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lunes, 18 de mayo de 2015

CAPÍTULO 31 (Quito - Reserva)

En el camino hacia Quito nos tocó bastante lluvia, como no andábamos apurados paramos en una estación de servicio (gasolinera) a tomar unos mates, comer galletitas y esperar el mejor momento para arrancar, parecía que la lluvia quería parar.
Cuando ya estábamos preparándonos para salir apareció una moto, era David de Soul Bikers Santo Domingo que también iba hacia Quito ya que iba a vender su moto, de esta manera hicimos el último tramo acompañados llegando a quito a media tarde.
Preguntando a la gente llegamos hasta la casa de Edwin, al arrivar nos pusimos a charlar un poco y nos invitó una buena sopa calentita.
Más tarde nos fuimos a la habitación donde dormiríamos, allí Edwin tenía su computadora por lo que nos quedamos un buen rato charlado con él y actualizando un poco la página de viaje ya que teníamos internet. Ya más tarde a dormir y al día siguiente nos preparamos para continuar, decidimos seguir viaje porque de todas maneras por Quito volveríamos a pasar, además como saben nos gusta más la naturaleza que las ciudades.



Así fue que salimos rumbo al oriente, nosotros nos fuimos bien desabrigados creyendo que desde Quito que está bien alto comenzaríamos a bajar, pero nuestro cálculo no resultó ser el mejor, ya que la ruta fue subiendo durante largo tiempo haciendo que suframos un poco el frío, lo aguantamos porque no teníamos ganas de ponernos a desatar el equipaje. Por suerte después de una horita ya el camino comenzó a descender.
Sinceramente no sabíamos ni a donde iríamos esa noche, solo teníamos rumbo hacia el noreste del país y tampoco teníamos contactos que nos esperaran por lo que seguramente íbamos a buscar camping o un hostal barato cuando llegue la tardecita.
Pero como siempre en este viaje todo cambia, a media tarde recibimos una llamada de Renato de la ciudad de Puyo, también en el oriente pero un poco más al Sur, quien nos preguntaba cuando llegaríamos por su ciudad y además quería saber hasta dónde llegaríamos ese día.
Nosotros como darle una referencia le nombramos una ciudad llamada Nueva Loja (Lago Agrio) la cual en nuestro mapa se veía un poquito más grande, por lo que seguramente ahí podríamos encontrar más variedad de hospedaje/camping y también de precios.
Al decirle esto a Renato nos dice que el tenía un amigo allí en Nueva Loja y que iba a llamarlo.
Nosotros mientras tanto estábamos como siempre, sentados tomando mate al costado de la ruta observando el atardecer, cuando sonó nuevamente el teléfono, era Renato para avisarnos que nos recibiría su amigo en esa ciudad.


Ya un poco más tranquilos y también contentos por la solidaridad brindada día a día por el motociclismo continuamos ruta, nos faltarían unos 50 km o quizás menos. Al poco tiempo de salir recibimos una nueva llamada, esta vez era Freddy de Nueva Loja (presidente del club Águilas de la provincia de Sucumbíos), el seria nuestro anfitrión por 2 noches.
Al llegar a la ciudad paramos en una rotonda y lo llamamos y en menos de 5 minutos ya estaba ahí con nosotros, nos vinieron a recibir Freddy, su sobrino Víctor y su señora Lety.
De ahí y a modo de agasajarnos Víctor,  nos invitó a su casa donde charlamos un buen rato y comimos un plato de comida a pesar de que Freddy comentó que su señora ya estaba preparando la merienda en su casa también. Aquí en Ecuador la merienda vendría a ser la cena de Argentina pero un poco más temprano.
Ya después de comer algo en lo Víctor, llegó David, el hijo mayor de Fredy quien es motociclista al igual que su padre.
Ya de ahí salimos hacia la casa de Fredy donde al llegar conocimos a  su esposa Mercy y sus otros hijos, Evelin, Joel y Andresito de menos de un año de edad.
Esta familia nos dejó muy sorprendidos, primero que nada por habernos recibido sin conocernos, porque Renato los llamó pero él, a su vez, tampoco nos conocía personalmente aun, es muy lindo saber que la gente confía en uno y a la vez disfruta de poder estar con nosotros ya sea charlando, paseando, comiendo o lo que sea.
Pero también nos dejó sorprendidos por su forma de ser tan cálida, nos sentimos verdaderamente en familia, como si ya hubiésemos pasado más tiempo junto a ellos, son esa clase personas que a uno le dan ganas de darle un a brazo a cada rato, demasiado buena gente . Nos hicieron disfrutar mucho de esa hermosa familia que tienen y también nos llevaron a pasear, al día siguiente de llegar fuimos a almorzar con Víctor y de ahí nos fuimos a una laguna en el Parque Perla, otro lugar hermoso que este viaje nos da la posibilidad de conocer.



Al llegar, ya estábamos deslumbrados por la naturaleza que nos rodeaba, muchísimos árboles, una laguna gigante, senderos, aves y también monos. Pero también íbamos a vivir una experiencia nueva, hacer Canopy. Este es un deporte “extremo” (para mí no tanto) el cual consiste en cruzar esta laguna por un cable de acero que se encuentra a bastante altura (no se calcular la altura y no quiero mentir). Alli se sube por una escalera bastante alto, previamente instalado un arnés que te agarra de espalda, brazos y piernas, y también debo reconocer que te aprieta bastante las tarlipes.  Al llegar arriba una persona te engancha a ese cable con un gancho bien seguro el cual tiene una roldana, quedando colgado de la espalda con los pies extendidos, como en posición de vuelo.
Así fue que David se largó primero para que lo veamos y atrás fue Pau así podía sacarle unas fotos y no la dejábamos ahí sola para lo último, a la flaca le movieron el cable para darle más adrenalina al asunto, la hizo asustar un poco pero le gustó.


Yo quise hacerlo un poco más extremo y me tire con la cámara en mano filmando un video,  pero a mí no me movieron el cable aunque me hubiese gustado que lo hagan jeje.
Al llegar del otro lado también estaba Fredy que había estado filmándonos mientras cruzábamos, ya después de esta divertidísima actividad cruzamos nuevamente la laguna pero en canoa.
Al llegar del otro lado nos quedamos jugando con el mono Martin, un mono igual a los cientos que andan dando vuelta, pero a diferencia de los demás, este era súper sociable. Era imposible que no se te tire encima, quiera sacarte algo, morderte o jugar, para nosotros fue buenísimo, nos pasmaos un buen rato sacándole fotos, filmándolo y apreciando con detalles su cuerpo, la primera vez que podíamos estar con un mono tan de cerca, increíble poder tocar sus manos, ver las expresiones en sus ojos y hasta los movimientos, son mini personitas, realmente espectacular.
Ya después salimos a caminar por un sendero, el cual iba por el medio de la selva y estaba todo embarrado, estuvo muy bueno también, y así fue que pasamos una linda tarde en familia.

Ya al día siguiente decidimos partir, nos levantamos, tomamos unos mates, mientras Freddy diseñaba un adhesivo para pegarle a nuestro termo, el cual tenía el nombre de nuestra página de Facebook y también las iniciales de él y su señora. Además de esto, antes de que nos vayamos, se apareció con un calentador eléctrico para nuestro termo, increíble esta gente y eso que sólo estuvimos menos de 2 días.
Luego, nos despedimos de Mercy y salimos junto a Fredy a saludar a su sobrino Víctor y También a su hijo David, ambos estaban trabajando.
Saludamos, nos abrazamos y también nos emocionamos un poco, sinceramente era inevitable. Después de tan linda despedida salimos a la ruta y nos fuimos a la laguna de Limoncocha que nos la habían recomendado.
Este lugar es una Reserva y se encuentra a una hora al sur de Nueva Loja, todo por camino asfaltado como el 95 % de los caminos acá en Ecuador.
Al llegar descubrimos un lugar realmente hermoso, pero para nuestro estilo de viaje también muy caro. La laguna cuenta solo con un muelle donde uno puede acceder gratis no pudiendo apreciar el verdadero encanto de este lugar que son la variedad de animales que lo habitan. Para poder verlos hay que pagar unas canoas que son costosas, seguramente lo valen pero nosotros no podíamos darnos ese lujo, tampoco había donde dormir ya que no nos dejaban acampar y si lo hacíamos deberíamos cruzar la laguna para ir del otro lado donde vivía un señor, pero teníamos que pagar la canoa que nos cruce, dejar la moto del otro lado y además pagar bastante por dormir en la carpa. De esta manera decidimos continuar viaje, andábamos medio preocupados porque nuestra cámara poco a poco iba dejando de funcionar, no hacia foco, y a pesar de cargar a batería muchas veces nos decía como que estaba descargada, otras funcionaba como para dejarnos sacar alguna foto. Así fue que el resto del día y los días siguientes solo intentamos y rezábamos poder sacar alguna foto cuando el paisaje era espectacular. No es lo más lindo este método pero peor hubiese sido que no funcione por nada, así por lo menos nos dio tiempo a poder solucionarlo, sacando una foto de vez en cuando.
Saliendo de la laguna nos dirigimos a La Joya de los Sachas y luego llegamos a Fco. De Orellana (el coca), allí paramos a cargar gasolina, serían las 4 de la tarde (acá a las 6 es de noche), y un camionero mientras esperamos para cargar se nos puso a charlar, él era de esta ciudad por lo que conocía bastante los alrededores. Nosotros aprovechamos a preguntarle de todo: que conocer, donde acampar, distancias, tiempos, y alguna cosita más seguramente. Muy amablemente nos ayudó y nos guió para que lleguemos a una reserva antes de un  pueblo llamado Loreto.
Con las indicaciones de este buen hombre llegamos en 40 minutos a esta reserva donde no encontramos  a nadie, caminamos por un sendero, hasta nos metimos en unos cuartos que parecían oficinas o recepciones y nadie aparecía, ya estábamos por armar carpa cuando se me dió por irme a caminar por un lugar q aun no habíamos ido, ya estaba anocheciendo y no podíamos perder demasiado tiempo porque la única luz que teníamos era la de una linterna.
Al irme caminando llegue a un lugar donde había unas construcciones, esto era parte de la reserva: baños, restaurante, cascadas, tinglados, parrillas, todo muy lindo. Ahí me puse a buscar y por fin encontré gente, ya estábamos casi de noche por lo que le explique que habíamos llegado hacia un rato pero no habíamos encontrado a nadie y que ya era medio tarde para continuar viaje, por suerte esta gente no tuvo ningún problema en que acampemos.
Solo tuvimos que pagar a entrada a la reserva q eran 2 dls por persona, pero con esto tuvimos acceso a los baños, electricidad y además dormimos por primera vez en hamacas paraguayas. Armamos la carpa debajo de un techo pero el clima esta estaba realmente agradable, por eso nos tiramos en la hamaca y sin cenar nos fuimos a dormir, solo tomamos unos mates con galletitas.
Al día siguiente me levante bien temprano, Pau seguía durmiendo, así que me prepare el mate y me fui a ver la cascada disfrutando de unos buenos amargos acompañado solamente del ruido que hacia el agua al caer, quise sacar fotos pero la cámara ya andaba menos que el día anterior a pesar de haberla dejado cargando. Como lo de las fotos no funcionó, decidí ir a meterme al agua, la cual era bastante fría, pero el clima estaba lindo por lo que estuvo muy bueno. Después ya apareció Pau, seguimos tomando mates y nos fuimos nuevamente a caminar por donde habíamos caminado el día anterior anocheciendo. De día fue muchísimo más lindo, pudiendo apreciar muchas plantas, árboles gigantes y también aves con gran variedad de sonidos.
Al mediodía nos hicimos un arroz con atún ya que teníamos todo la noche anterior pero por vagos no lo habíamos querido cocinar. Este día, y como no conseguimos en ninguna parte de Ecuador gas butano para nuestro mechero, improvisamos con una lata de cerveza una cocina la cual hicimos funcionar con alcohol. No mencioné antes que toda rama que había por el piso estaba empapada, no pudiendo hacer un fuego ni por casualidad, pero el hambre generó esta idea y por suerte salió muy bien.
Después de almorzar nos pusimos a preparar la moto para continuar viaje pero empezó de repente a diluviar, y este diluvio duró horas. Con esta linda lluvia que estaba cayendo no íbamos  a salir a la ruta , decidiendo así dormir la siesta en las hamacas. Estábamos relajadísimos hasta que llego bastante gente y muy oportunamente, siendo el lugar inmenso, se pusieron justo al lado nuestro, bien bien cerca. Intentamos seguir durmiendo pero no hubo forma así que nos fuimos a preparar el mate y hablando con el hombre del restaurante mientas calentábamos el agua nos preguntó  si no queríamos comer algo que tenía cosas baratas. Nosotros nos miramos como diciendo, que será barato para este hombre?? Pero efectivamente era cierto, nos hizo un plato sencillo con huevo, arroz y creo que hasta un poquito de carne por 1 dólar cada uno. Ya después de esto con la panza llena, y el corazón contento, salimos a la ruta, hasta la lluvia había parado para que continuemos viaje.











2 comentarios:

  1. Vivo a dos minutos del Hopital Eugenio Espejo en Quito, estare pendiente del traslado de Nico, si alguien tiene mas informacion estare pendiente, mi numero 0-998224776 / Jairo Silva Castro/Face

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  2. amigos, vivo en Quito y si hay alguna forma de ayudarles en estos momentos, cuenten conmigo. me avisan por esta via. abrazos. sergio

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