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lunes, 13 de abril de 2015

CAPITULO 27 (Santo Domingo y paseo a Cayambe)

Como dije en el capítulo anterior, en Santo Domingo, nos quedamos bastante tiempo, alrededor  de unos 20 días. Sinceramente estamos muy felices de haber pasado por esta ciudad, porque a pesar de haber llegado por un problema en la moto (cosa que nos tenía preocupados), eso hizo que se dé la posibilidad de conocer grandes personas, hermosas familias y hacer buenísimos amigos.
La primer noche acampamos en el balneario donde se hizo la reunión organizada por Soul Bikers y despertamos al día siguiente, allí mismo se harían unos partidos de futbol de motociclistas y también la gente se quedaría a pasar el día en las piscinas que estaban muy buenas.



Nosotros a penas nos levantamos, una de las parejas que se habían quedado a acampar en el lugar nos invitaron a “desayunar” y lo digo entre comillas porque aquí los desayunos son muy potentes, la gente desayuna hasta reventar prácticamente, así fue que mesclamos un plato de “seco de pollo” que vendría a ser un guiso, eso mismo con un licuadito de banana así que podrán imaginarse como llegamos de vuelta al balneario, lugar donde me toco jugar al futbol jaja que desastre todos, nos quedan mejores las motos.
Después de jugar un malo pero divertido partido de futbol, me fui a duchar y con Pau nos quedamos por ahí tomando unas cervezas, junto al Gringo, Peter, Vidal, David y unos cuantos más.
Ya a la tardecita mientras jugábamos como niños en la piscina, junto  a Vidal, David, y el chino tuve la mala suerte de golpearme la pierna, justo en la tibia, quedándome un tajo el cual todos al verlo coincidieron que deberíamos ir al hospital así que allá fuimos.
Impresionante la atención aquí en Ecuador, muy rápida y amables y además es totalmente gratuita, para destacar. Así fue que me dieron 2 puntos en la pierna y después a seguir paseando junto a los chicos que nos llevaron por todo Santo Domingo a sacarnos fotos, y más tarde nos acompañaron a un Hotel donde nos invitaron entre los chicos de Soul Bikers. Muy agradecidos con todos por tanta generosidad y también por la compañía ya que siempre estuvieron con nosotros, es más, esa misma noche antes de irnos a dormir, David nos invitó a cenar ASADO a una parrilla estilo Argentina y la verdad que estaba realmente muy bueno, igual a un asado argento.
Al día siguiente, había llegado el lunes día en que descifraríamos que tenía la moto, venía haciendo varios ruiditos y nos sabíamos bien a que atribuírselos.
Ni bien llegamos al taller del gringo su padre al escuchar la moto nos dijo que el embrague estaba mal, así que ahí mismo me puse a sacar las defensas y las cachas para poder trabajar, también le saque el aceite y ahí tuvimos la primer sorpresa, muy poco aceite tenía la moto, esto a causa del último servicio en Perú, lugar donde nos quisieron ayudar, pusieron lo mejor de ellos pero se equivocaron, errar es humano y esto va a quedar siendo un pedacito de esta historia. La cuestión es que habían dejado las válvulas muy cerradas, recalentando así la moto y quemando aceite, embrague y dañando varias cositas.
Ya sin aceite la moto empezó a meter mano el papá del gringo y desarmó el embrague, yo contaba con casi todos los repuestos así que eso no fue problema hubo que suplementar unos resortes en el plato de embrague porque la recalentada se ve que hizo que los resortes originales pierdan su tensión, ya con este arreglo hecho, se volvió a armar el embrague y al arrancar la moto, el sonido había mejorado muchísimo, pero lamentablemente algo seguía sonando, por lo que el papá del gringo no dudo un segundo en pedirnos que saquemos el tanque de nafta y la tapa del motor para ver qué pasaba, al desarmar en seguida se dio cuenta que un rulemán del árbol de levas estaba jodido, también se debe haber roto por la recalentada, pero por suerte no se dañó el árbol o algo más grave, ya que teníamos destapada la moto y como yo contaba con varios repuestos decidimos cambiar la cadena de distribución y el respectivo tensor, ahora todo lo que le puse es de la Honda XR 400, todo japonés, esperemos que aguante más porque le falta bastante guerra en este viaje, esto es el comienzo.
Así fue que con el problema resuelto solo faltaba conseguir el rulemán y armar, toco esperar hasta el día siguiente pero la moto quedo de lujo, volvió a ser la misma de antes y todo gracias al Gringo y a su padre que no solo nos arreglaron la moto sino que no nos cobraron ni un centavo y también nos dieron la posibilidad de conocer a Ines, la mama del gringo que es una genia, gracias a ella incluimos un nuevo modelo en nuestras artesanías. Ella siempre nos ayudó a vender las pulseras en el taller y todos los días nos invitó a almorzar, siempre tratándonos con la mejor onda, muy divertida esta señora.



Una noche con el Gringo nos fuimos a tomar unas cervecitas a un Bar llamado Margarita, un lugar bien rústico, todo totalmente natural y con buena música a un volumen agradable. Allí conocimos a Oscar, un ecuatoriano muy buena onda, al cual además le gusta mucho viajar y conoce bastante su país. Tal es su buena onda que contándoles un poco nuestra historia ya decidió que al día siguiente vaya a hablar con su hermano Juan para ver la posibilidad de trabajar en el bar por unos fines de semana. También esa noche nos dejó vender artesanías a los clientes que estaban sentados tomando lago y nos fue muy bien así que no podemos decir más que gracias a estos hermanos, ya que al día siguiente fuimos a hablar, confirmando así nuestro trabajo de meseros durante 2 fines de semana, y fueron solo 2 porque teníamos ganas de continuar viaje pero la verdad es que estuvo muy bueno formar parte de esa banda que trabajaba ahí, Niche, Areli, Jorge, Ider, el Chino y por supuesto Oscar y Juanito quienes nos trataron como en casa, nos divertimos muchísimo a pesar de estar trabajando y además también nos ayudaron ellos mismos a vender pulseras en el bar, unos genios.
Ya con el tema del trabajo confirmado debíamos ver donde nos íbamos a quedar porque los chicos de Soul Bikers nos habían pagado 2 noches de hotel y nosotros habíamos pagado la tercera, a pesar de que era un hotel barato (10 dólares la pareja) y muy cómodo, para nosotros era mucho dinero invertido en hospedaje para trabajar solo los fines de semana, por suerte, una tarde en el taller apareció Salvador, un motociclista de unos 50 años que sin pedirle nada se ofreció a llevarnos a su casa, así que al día siguiente nos llevamos todo desde el Hotel a la casa de Salvador, ahí nos acomodamos y ya nos fuimos a trabajar.
Con Salvador nos hubiese gustado haber compartido muchísimo más tiempo pero por los horarios nuestros de trabajo se hacía medio difícil, pero igual nos trataron como de su familia junto a su esposa, su bebe de 7 meses, Caro de menos de 10 años y también Isabel su hija más grande, todos nos ayudaron mucho mientras estuvimos en Santo Domingo, por eso estamos muy contento de haber pasado por esta hermosa ciudad, a la cual muy pronto volveremos a tratar de trabajar aunque sea un fin de sema más y conocer algo de los alrededores, ya que solo una tarde fuimos al rio y nos encantó. Dicen que hay varias cascadas y mucha naturaleza por conocer así que habrá que descubrirlas la próxima.
Después de trabajar el primer fin de semana y como teníamos libre de domingo a jueves decidimos irnos de paseo a Cayambe, lo llamamos a Mario Guaña que vive allá y nos había invitado a su casa, así que le avisamos y salimos bien tranquilos a media mañana. Casi nos fuimos sin carga, nos llevamos carpa ni nada, sabíamos que íbamos por uno o dos días a los de Mario y regresábamos a Santo Domingo.
En el camino pasamos por Mindo, lugar que lo habíamos escuchado nombrar bastante por otros viajeros argentinos ya que ellos habían conocido a Juan Camilo Soto, eta persona tiene una hostería, camping y voluntariado en Mindo, se llama Pura Vida el lugar y es realmente precioso, literalmente es pura vida ya que está situado en una reserva y rodeado de plantas y animales, allí solo pasamos a conocerlo y saludarlo pero quedamos en que volveríamos a trabajar en el lugar ayudándolo a Juan en lo que se pueda. De ahí continuamos viaje y llegamos a Cayambe por la tarde, nos encontramos con Mario que estaba acompañado por Roxx una motociclista mexicana que se vino desde allá en menos de 2 meses y piensa llegar hasta Perú o Bolivia.
Mario es administrador de un hotel por lo que muy gentilmente nos dio una habitación donde pudimos descansar, y bañarnos con agua calentita después de mucho tiempo.
Al día siguiente junto a Roxx y Mario fuimos al reloj de sol de la Mitad del Mundo, lugar por donde pasa la línea del Ecuador y la latitud es exactamente 0.
Nos sacamos unas cuantas fotos y con Pau nos fuimos a Otavalo lugar donde uno puede conseguir lo que sea para hacer artesanías y a muy buen precio, así que ahí compramos varias cosas para poder hacer más pulseras y tener material para vender en el bar y más adelante en el viaje.
Ya con las compras hechas decidimos regresar a Cayambe pero por un camino que nos había dicho Mario que va por las lagunas de Mojanda, el camino este son unos cuantos km de empedrado hasta llegar a la primer laguna, de ahí en adelante es todo tierra, o más bien fango o lodo, algo bien blando y más, sumado a que en esta época de lluvia debe estar en sus peores condiciones. Así fue que intentamos seguir en el barro haciéndose extremadamente difícil, al punto de que a los pocos km, error en un cálculo y nos fuimos de cabeza a un charco, por suerte fue divertido y no nos pasó nada más que mojarnos de pies a cabeza. Levantamos la moto y notamos que se había roto el porta herramienta, una lástima, ahora tocara hacer uno nuevo.
Como el camino estaba tan difícil decidimos volver, solo teníamos un tramo de barro hasta el empedrado así que dimos la vuelta. Ese tramo de barro nuevamente nos volvió a costar bastante, al llegar a un charco grande no encontrábamos por donde pasar y yo decidí mandarme por el medio creyendo que por donde estaba la huella de los vehículos quizás este mas asentado, eso pensé yo, pero la realidad es que al meterme un poco la moto se enterró medio metro literalmente, ahí sí que me invadió el susto, o nos invadió el susto mejor dicho porque Pau se metió sin pensarlo en medio de charco y juntos, tironeando por un buen rato pudimos sacar la moto hacia atrás y pasarla por otro lado.
A la tardecita llegamos a Cayambe embarrados hasta la cabeza y bien mojados, no dudamos ni un segundo en ir a tomarnos un chocolate caliente con biscochos típicos del pueblo, esto lo habíamos probado el día anterior, ni bien llegamos junto a Mario y Roxx, y este día ameritaba repetirlo.

Ya después nos volvimos al hotel de Mario donde estaba junto a su esposa y se ofrecieron a lavarnos la ropa, como habíamos llevado solo lo necesario Pau no tenía que ponerse porque como hacia frio todo lo que traía lo tenía puesto, así que también la esposa de Mario nos tuvo que prestar algo de ropa para no pasar frio, la verdad que esta gente nos dejó maravillados por su calidez, nos atendían mejor que en nuestras casa, ya nos daba un poco de vergüenza, siempre nos esperaban para desayunar, nos han llevado a almorzar y a pasear también, fueron 3 días increíbles y como ya le prometimos a Mario volveremos antes de irnos a Colombia.
 Con jUan Camilo Soto en Pura Vida

 La flaca en la MItad del Mundo







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