Como dije en
el capítulo anterior, en Santo Domingo, nos quedamos bastante tiempo,
alrededor de unos 20 días. Sinceramente
estamos muy felices de haber pasado por esta ciudad, porque a pesar de haber
llegado por un problema en la moto (cosa que nos tenía preocupados), eso hizo que
se dé la posibilidad de conocer grandes personas, hermosas familias y hacer
buenísimos amigos.
La primer
noche acampamos en el balneario donde se hizo la reunión organizada por Soul
Bikers y despertamos al día siguiente, allí mismo se harían unos partidos de
futbol de motociclistas y también la gente se quedaría a pasar el día en las
piscinas que estaban muy buenas.
Nosotros a
penas nos levantamos, una de las parejas que se habían quedado a acampar en el
lugar nos invitaron a “desayunar” y lo digo entre comillas porque aquí los
desayunos son muy potentes, la gente desayuna hasta reventar prácticamente, así
fue que mesclamos un plato de “seco de pollo” que vendría a ser un guiso, eso
mismo con un licuadito de banana así que podrán imaginarse como llegamos de
vuelta al balneario, lugar donde me toco jugar al futbol jaja que desastre
todos, nos quedan mejores las motos.
Después de
jugar un malo pero divertido partido de futbol, me fui a duchar y con Pau nos
quedamos por ahí tomando unas cervezas, junto al Gringo, Peter, Vidal, David y
unos cuantos más.
Ya a la
tardecita mientras jugábamos como niños en la piscina, junto a Vidal, David, y el chino tuve la mala
suerte de golpearme la pierna, justo en la tibia, quedándome un tajo el cual
todos al verlo coincidieron que deberíamos ir al hospital así que allá fuimos.
Impresionante
la atención aquí en Ecuador, muy rápida y amables y además es totalmente
gratuita, para destacar. Así fue que me dieron 2 puntos en la pierna y después
a seguir paseando junto a los chicos que nos llevaron por todo Santo Domingo a
sacarnos fotos, y más tarde nos acompañaron a un Hotel donde nos invitaron
entre los chicos de Soul Bikers. Muy agradecidos con todos por tanta
generosidad y también por la compañía ya que siempre estuvieron con nosotros,
es más, esa misma noche antes de irnos a dormir, David nos invitó a cenar ASADO
a una parrilla estilo Argentina y la verdad que estaba realmente muy bueno,
igual a un asado argento.
Al día
siguiente, había llegado el lunes día en que descifraríamos que tenía la moto, venía
haciendo varios ruiditos y nos sabíamos bien a que atribuírselos.
Ni bien
llegamos al taller del gringo su padre al escuchar la moto nos dijo que el embrague
estaba mal, así que ahí mismo me puse a sacar las defensas y las cachas para
poder trabajar, también le saque el aceite y ahí tuvimos la primer sorpresa,
muy poco aceite tenía la moto, esto a causa del último servicio en Perú, lugar
donde nos quisieron ayudar, pusieron lo mejor de ellos pero se equivocaron,
errar es humano y esto va a quedar siendo un pedacito de esta historia. La
cuestión es que habían dejado las válvulas muy cerradas, recalentando así la
moto y quemando aceite, embrague y dañando varias cositas.
Ya sin
aceite la moto empezó a meter mano el papá del gringo y desarmó el embrague, yo
contaba con casi todos los repuestos así que eso no fue problema hubo que
suplementar unos resortes en el plato de embrague porque la recalentada se ve
que hizo que los resortes originales pierdan su tensión, ya con este arreglo hecho,
se volvió a armar el embrague y al arrancar la moto, el sonido había mejorado
muchísimo, pero lamentablemente algo seguía sonando, por lo que el papá del
gringo no dudo un segundo en pedirnos que saquemos el tanque de nafta y la tapa
del motor para ver qué pasaba, al desarmar en seguida se dio cuenta que un
rulemán del árbol de levas estaba jodido, también se debe haber roto por la
recalentada, pero por suerte no se dañó el árbol o algo más grave, ya que
teníamos destapada la moto y como yo contaba con varios repuestos decidimos
cambiar la cadena de distribución y el respectivo tensor, ahora todo lo que le
puse es de la Honda XR 400, todo japonés, esperemos que aguante más porque le
falta bastante guerra en este viaje, esto es el comienzo.
Así fue que con
el problema resuelto solo faltaba conseguir el rulemán y armar, toco esperar
hasta el día siguiente pero la moto quedo de lujo, volvió a ser la misma de
antes y todo gracias al Gringo y a su padre que no solo nos arreglaron la moto
sino que no nos cobraron ni un centavo y también nos dieron la posibilidad de
conocer a Ines, la mama del gringo que es una genia, gracias a ella incluimos
un nuevo modelo en nuestras artesanías. Ella siempre nos ayudó a vender las
pulseras en el taller y todos los días nos invitó a almorzar, siempre
tratándonos con la mejor onda, muy divertida esta señora.
Una noche
con el Gringo nos fuimos a tomar unas cervecitas a un Bar llamado Margarita, un
lugar bien rústico, todo totalmente natural y con buena música a un volumen
agradable. Allí conocimos a Oscar, un ecuatoriano muy buena onda, al cual
además le gusta mucho viajar y conoce bastante su país. Tal es su buena onda
que contándoles un poco nuestra historia ya decidió que al día siguiente vaya a
hablar con su hermano Juan para ver la posibilidad de trabajar en el bar por
unos fines de semana. También esa noche nos dejó vender artesanías a los
clientes que estaban sentados tomando lago y nos fue muy bien así que no
podemos decir más que gracias a estos hermanos, ya que al día siguiente fuimos
a hablar, confirmando así nuestro trabajo de meseros durante 2 fines de semana,
y fueron solo 2 porque teníamos ganas de continuar viaje pero la verdad es que
estuvo muy bueno formar parte de esa banda que trabajaba ahí, Niche, Areli,
Jorge, Ider, el Chino y por supuesto Oscar y Juanito quienes nos trataron como
en casa, nos divertimos muchísimo a pesar de estar trabajando y además también
nos ayudaron ellos mismos a vender pulseras en el bar, unos genios.
Ya con el
tema del trabajo confirmado debíamos ver donde nos íbamos a quedar porque los
chicos de Soul Bikers nos habían pagado 2 noches de hotel y nosotros habíamos
pagado la tercera, a pesar de que era un hotel barato (10 dólares la pareja) y
muy cómodo, para nosotros era mucho dinero invertido en hospedaje para trabajar
solo los fines de semana, por suerte, una tarde en el taller apareció Salvador,
un motociclista de unos 50 años que sin pedirle nada se ofreció a llevarnos a
su casa, así que al día siguiente nos llevamos todo desde el Hotel a la casa de
Salvador, ahí nos acomodamos y ya nos fuimos a trabajar.
Con Salvador
nos hubiese gustado haber compartido muchísimo más tiempo pero por los horarios
nuestros de trabajo se hacía medio difícil, pero igual nos trataron como de su
familia junto a su esposa, su bebe de 7 meses, Caro de menos de 10 años y
también Isabel su hija más grande, todos nos ayudaron mucho mientras estuvimos
en Santo Domingo, por eso estamos muy contento de haber pasado por esta hermosa
ciudad, a la cual muy pronto volveremos a tratar de trabajar aunque sea un fin
de sema más y conocer algo de los alrededores, ya que solo una tarde fuimos al
rio y nos encantó. Dicen que hay varias cascadas y mucha naturaleza por conocer
así que habrá que descubrirlas la próxima.
Después de
trabajar el primer fin de semana y como teníamos libre de domingo a jueves
decidimos irnos de paseo a Cayambe, lo llamamos a Mario Guaña que vive allá y
nos había invitado a su casa, así que le avisamos y salimos bien tranquilos a
media mañana. Casi nos fuimos sin carga, nos llevamos carpa ni nada, sabíamos
que íbamos por uno o dos días a los de Mario y regresábamos a Santo Domingo.
En el camino
pasamos por Mindo, lugar que lo habíamos escuchado nombrar bastante por otros
viajeros argentinos ya que ellos habían conocido a Juan Camilo Soto, eta
persona tiene una hostería, camping y voluntariado en Mindo, se llama Pura Vida
el lugar y es realmente precioso, literalmente es pura vida ya que está situado
en una reserva y rodeado de plantas y animales, allí solo pasamos a conocerlo y
saludarlo pero quedamos en que volveríamos a trabajar en el lugar ayudándolo a
Juan en lo que se pueda. De ahí continuamos viaje y llegamos a Cayambe por la
tarde, nos encontramos con Mario que estaba acompañado por Roxx una
motociclista mexicana que se vino desde allá en menos de 2 meses y piensa
llegar hasta Perú o Bolivia.
Mario es
administrador de un hotel por lo que muy gentilmente nos dio una habitación
donde pudimos descansar, y bañarnos con agua calentita después de mucho tiempo.
Al día
siguiente junto a Roxx y Mario fuimos al reloj de sol de la Mitad del Mundo,
lugar por donde pasa la línea del Ecuador y la latitud es exactamente 0.
Nos sacamos
unas cuantas fotos y con Pau nos fuimos a Otavalo lugar donde uno puede
conseguir lo que sea para hacer artesanías y a muy buen precio, así que ahí
compramos varias cosas para poder hacer más pulseras y tener material para
vender en el bar y más adelante en el viaje.
Ya con las
compras hechas decidimos regresar a Cayambe pero por un camino que nos había
dicho Mario que va por las lagunas de Mojanda, el camino este son unos cuantos
km de empedrado hasta llegar a la primer laguna, de ahí en adelante es todo
tierra, o más bien fango o lodo, algo bien blando y más, sumado a que en esta
época de lluvia debe estar en sus peores condiciones. Así fue que intentamos
seguir en el barro haciéndose extremadamente difícil, al punto de que a los
pocos km, error en un cálculo y nos fuimos de cabeza a un charco, por suerte
fue divertido y no nos pasó nada más que mojarnos de pies a cabeza. Levantamos
la moto y notamos que se había roto el porta herramienta, una lástima, ahora
tocara hacer uno nuevo.
Como el
camino estaba tan difícil decidimos volver, solo teníamos un tramo de barro
hasta el empedrado así que dimos la vuelta. Ese tramo de barro nuevamente nos
volvió a costar bastante, al llegar a un charco grande no encontrábamos por
donde pasar y yo decidí mandarme por el medio creyendo que por donde estaba la
huella de los vehículos quizás este mas asentado, eso pensé yo, pero la
realidad es que al meterme un poco la moto se enterró medio metro literalmente,
ahí sí que me invadió el susto, o nos invadió el susto mejor dicho porque Pau
se metió sin pensarlo en medio de charco y juntos, tironeando por un buen rato
pudimos sacar la moto hacia atrás y pasarla por otro lado.
A la tardecita
llegamos a Cayambe embarrados hasta la cabeza y bien mojados, no dudamos ni un
segundo en ir a tomarnos un chocolate caliente con biscochos típicos del
pueblo, esto lo habíamos probado el día anterior, ni bien llegamos junto a
Mario y Roxx, y este día ameritaba repetirlo.
Ya después
nos volvimos al hotel de Mario donde estaba junto a su esposa y se ofrecieron a
lavarnos la ropa, como habíamos llevado solo lo necesario Pau no tenía que
ponerse porque como hacia frio todo lo que traía lo tenía puesto, así que
también la esposa de Mario nos tuvo que prestar algo de ropa para no pasar
frio, la verdad que esta gente nos dejó maravillados por su calidez, nos
atendían mejor que en nuestras casa, ya nos daba un poco de vergüenza, siempre
nos esperaban para desayunar, nos han llevado a almorzar y a pasear también,
fueron 3 días increíbles y como ya le prometimos a Mario volveremos antes de irnos
a Colombia.
Con jUan Camilo Soto en Pura Vida
La flaca en la MItad del Mundo
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