Al día
siguiente nos levantamos y nos fuimos a disfrutar del mar y del sol que el día
estaba increíble, nos quedamos hasta la tardecita quedando bastante quemados
por el sol.
Al volver a
lo de Víctor nos encontramos con la sorpresa de que había llegado Bigote, él es
un motociclista argentino el cual vive en Mar del Plata a tan solo 200 km de
nuestra casa, ha recibido muchísimos viajeros en su casa, hablamos hace un
montón por Facebook y lo venimos a conocer personalmente en Ecuador, cuantas
cosas lindas tienen estos viajes. Así fue que con bigote nos quedamos charlando
desde que llegó hasta que nos fuimos a dormir.
Con Victor y Bigote
Recuerdo que
esa noche nos comieron los mosquitos a nosotros y a Bigote también, pero igualmente
se pudo dormir. Al día siguiente nos vino a buscar Ramón a la casa de Víctor y
nos llevó a un lugar llamado El Morro donde por 5 dólares por persona nos
llevaron a una excursión para avistar delfines.
La
embarcación se trasladaba por manglares, estos son las plantas que crecen en
los lugares donde se encuentra el mar con el rio. Anduvimos poco más de media
hora para llegar al lugar donde generalmente se ven lo delfines. Nosotros con
toda la expectativa del mundo y a la vez un poco de incertidumbre ya que nunca
habíamos visto delfines y teníamos miedo de que no tuviésemos tanta suerte. Al
final fue todo lo contrario y pudimos ver un montón de delfines, sacarles fotos
y también hacer videos, realmente estuvo muy bueno.
Al volver de
la excursión fuimos a almorzar todos juntos y pasear un poquito más. Ya de
regreso a la casa de Víctor, Ramón se fue a su trabajo y con Bigote nos fuimos
los 3 a la playa, ahí pudimos disfrutar de las últimas horas del día, nos
metimos al mar y lo metimos a Bigote, que es de una ciudad costera pero hace
como 7 años que no se metía al agua.
La falconeta, con la moto de Ramon y la Bigotina.
Ya después
de un buen rato de playa, nos volvimos a la casa ya que con Pau teníamos
planeado salir de tardecita a Guayaquil. Entre que nos bañamos y armamos la
moto se nos hizo de noche pero de todas maneras salimos ya que las rutas en
Ecuador están en excelente estado y a Guayaquil eran menos de 100 km.
Ya habíamos hablado
con Gabriel que nos esperaba en nuestro destino, nos despedimos de Víctor, de
su familia y también de Bigote y salimos a rutear, la temperatura de esa noche
estaba espectacular, hasta llovió y disfrutamos del agua, la ruta casi toda
recta y muy bien señalizada.
En poco más
de una hora estábamos llegando a Guayaquil, lo llamamos a Gabriel y nos explicó
por teléfono como llegar a su casa, lo que no sabía Gabriel es que nosotros
somos de pueblo y andamos sin GPS en este momento, se imaginarán que nos perdimos,
las ciudades a nosotros no nos gustan mucho y nos complican un poco, semáforos,
puentes, salidas de autopistas, entradas y demás, te pasaste 100 mts y para
volver tenés que perder 20 minutos. De esta manera andábamos en Guayaquil medio
perdidos pero conociendo la ciudad se veía tranquila. Entre idas y venidas, mas
nuevas a llamadas a Gabriel, conocimos de casualidad a un hombre que se acercó
a nosotros, este hombre llamado Fernando venia en su auto junto a su señora y
su hijo y nos vio en una zona “no turística” digamos, por lo que se dio cuenta
que andábamos perdidos, él es motociclista también, así que muy amablemente nos
ofreció llevarnos a donde teníamos que ir y también nos pasó su número de teléfono
para vernos al día siguiente.
Ya despidiéndonos
de Fernando y estando en la puerta de la casa de Gabriel, le avisamos, entramos
la moto y salimos en el auto junto a él y Margarita (su esposa) a cenar algo.
Ellos decidieron
llevarnos a un lugar donde se come comida Argentina, querían que nosotros les confirmáramos
si de verdad eran comidas de allá o no. La cuestión que llegamos a un
restaurante pequeño decorado a lo argentino, con cuadros de Molina Campos, algo
muy típico en nuestro país.
La cuestión es
que yo estaba muy entretenido mirando la decoración de “la Gauchita” (así se
llamaba el lugar) cuando de repente miro hacia el mostrador veo una cara conocida,
tarde unos segundos en darme cuenta quien era esta persona. Resulta que era
Octavio, un chico de Henderson, Argentina al cual habíamos conocido en nuestro
primer viaje largo en moto por nuestro país en 2013.
Bueno ahí mismo
nos pusimos a charlar, y también nos sentamos a comer con Gabriel y Margarita,
nosotros nos tentamos con un choripán que habíamos visto así que pedimos eso,
los chicos se pidieron empanadas, todo exactamente igual a como lo comemos en
casa. Después hablando con la gente de la gauchita supimos que ellos hacen los
chorizos, la masa de las empanadas y la pizza y también fabrican el queso, increíble
producción tienen.
Con Gabriel y Margarita
Con Octavio en La Gauchita
Después de
comer nos fuimos a dormir a casa de Gabriel quien tenía preparado un cuarto
para nosotros. Al día siguiente lo acompañamos a Gabriel hasta donde iba a
trabajar y nosotros nos fuimos a caminar por el malecón (costanera) medio agobiados
por el calor, pero disfrutando del orden que tiene la ciudad, no es Suiza, pero
se ve realmente bien. Además de ir costeando el rio nos fuimos a conocer el
famoso Parque de Las Iguanas en pleno centro de la ciudad, algo muy loco para
nuestros ojos que no podían creer como esa decena o centena de iguanas estaban
tan tranquilas en medio de la plaza, después entendimos que le dan de comer
todo el día y demás, pero igualmente es increíble. Allí estuvimos como una hora
maravillados con estos animales, todos de distintos tamaños y distintos colores
y tonos desde verdes a marrones.
Más tarde
nos encontramos nuevamente con Gabriel y nos fuimos a visitarlo a Freddy, el mecánico
que habíamos conocido la vez anterior que pasamos por Guayaquil. Él nos había ofrecido
un filtro de aceite para la moto, y como estábamos justamente por cambiarlo nos
venía muy bien. Llegamos al taller y en seguida nos regaló no uno sino dos
filtros de aceite para nuestra moto, ya estábamos re felices con este gesto por
lo que le dijimos que nos vendiese 2 litros de aceite para el cambio y
cuando vio que necesitábamos aceite
mineral (el más barato) también nos regaló esos 2 lts, ya no lo podíamos creer.
Entonces ahí mismo me puse a cambiar el aceite y el filtro cuando de repente sonó
nuestro celular, era Fernando, la persona que habíamos conocido el día anterior
al llegar a la ciudad. Él nos preguntaba dónde estábamos para pasarnos a
buscar, le pasamos la dirección y cuando ya estábamos terminando de cambiar el
aceite apareció un chico, él era el hijo de Fernando y estaba ahí para
llevarnos al negocio de su padre.
Al llegar
vimos que este negocio era un lubricentro o “lubricadora” como dicen acá, allí Fernando
en seguida nos recibió de la mejor manera y les pidió a sus empleados si no nos
lavaban la moto.
Ahí mismo se
pusieron a hacerle una limpieza como pocas veces le habían hecho, le hicieron
un trabajo con diésel dejando el motor como nuevo y también limpiaron la cadena
con pincel, un lujo, la moto quedo como si fuese nueva. Y Fernando, no conforme
con esto se apareció con una bolsa con 3 Lts. del mejor aceite y también un
lubricante de cadenas.
Se imaginaran
nuestras caras, no podíamos creer como en este día sin pensar en nada habían aparecido
todo estos regalitos. Ya con la moto limpia, Fernando se puso a cerrar su
negocio y nos invitó a cenar junto a su familia y empleados de la lubricadora. Nos
llevaron a un lugar muy típico donde se come pescado frito con camarones
rebosados, ahí nos divertimos un buen rato, también llegaron algunos compañeros
motociclistas amigos de Fernando.
Ya después de
la cena nos fuimos a rodar un rato y a conocer un poco la ciudad de noche. Más tarde
terminamos tomando un café colombiano en Juan Valdez, y después nos acompañaron
a la casa de Gabriel para que vayamos a dormir.
Al otro día
lo acompañé a Gabriel a esperar a un español que estaba llegando de Perú, se
trataba de Fabián, a bordo de una BMW GS 800 que se trajo desde Cáceres,
España. Él ya fue hasta Ushuaia y ahora está subiendo con la meta de llegar a
Alaska este mismo año.
Él llegó con
un problema en su moto por lo que lo acompañamos a un taller de BMW, allí tuvo
que dejar su moto en reparación.
Nosotros con
Pau habíamos decidido ese día mudarnos a casa de Fony y Gina, una pareja de
motociclistas que habíamos conocido personalmente en Santo Domingo y que ya nos
habían ofrecido más de una vez que vayamos a su casa, ya que la casa de ellos
es una de las Motoposadas de Motoviajeros SOS.
Con Gabriel y Fabian de España
Así fue que
lo llamamos a Fony y coordinamos para que nos vaya a buscar más tarde a La
Gauchita, el lugar de la comida Argentina. A Gabriel le explicamos que nos íbamos
para que el este un poco más tranquilo y nosotros también, ya que Gabriel vive
en una casa la cual tiene bastante seguridad, rejas, llaves, alarma, esas cosas
que se usan en la ciudad y no nos gustan tanto, que a su vez hacían que si
Gabriel salía, nosotros, o salíamos con el hasta que volviese o quedábamos encerrados
en la casa hasta que volviese. Así fue que nos pusimos a armar la moto y a eso
de las 7 de la tarde nos despedimos de Gabriel y Margarita y nos fuimos para la
Gauchita con la idea de probar aunque sea una empanada.
Llegamos a
la gauchita y nos pusimos a hablar con Octavio quien nos presentó a Miguel, el
dueño del lugar, el cual también es argentino y no solamente argentino sino que
es argentino buena onda jajaja.
Con el
estuvimos un rato hablando de motos, de nuestros viajes y también de sus viajes
ya que él es un trotamundos como nosotros que ahora se encuentra viviendo en
Guayaquil ya que cuenta con esta cadena de restaurantes.
Después de
charlar un buen rato nos decidimos a
pedir las empanadas que tanto deseábamos, una de carne y otra de jamón y queso
(son bien grandes), ahí mismo Miguel nos ofreció un vaso de vino que no pudimos
despreciar. Estaban exquisitas las empanadas, ya después de devorarlas llegó
Fony a buscarnos, fuimos a querer pagarle a Miguel pero no nos aceptó nuestro
dinero.
También Miguel
nos invitó a que vayamos al día siguiente a su casa a comer un asado bien al
estilo argentino.
Así llegamos
más tarde a casa de Fony donde conocimos a sus hijos Rodrigo, Adrián y Mariana,
ellos entre los 9 y los 13 años. Esa noche estuvimos haciéndole compañía a Fony
y Gina que estaban instalando en unas motos algunos de los accesorios que
venden (Fonyparts en Facebook) y más tarde cenamos todos juntos acompañando la
comida con un vaso de Fernet Branca que no veíamos desde Bolivia, los
argentinos me entenderán más que ninguno, ya que esta bebida es algo típico de
Argentina la cual a medida que nos vamos alejando cuesta más (acá en Ecuador
solo 40 dólares). Después de 2 vasos de fernet y muchas charlas nos fuimos a
dormir.
Con Fony, Gin a y nuestro querido FERNET
Al día siguiente,
según lo planeado salimos hacia la casa Miguel donde ya Octavio tenia prendido
el fuego desde temprano y un costillar de cerdo en la parrilla, ahí estuvimos
junto a Miguel su esposa Pilar, la hermana y el hijo Bruno (o pisculichi como
le diría Octavio). Nos divertimos mucho y para nuestra suerte (demasiada últimamente)
tomamos fernet hasta que estuvo el asado.
Ya más tarde nos volvimos a casa de
Fony porque esa noche iríamos a la reunión del Club Iron Horse del cual Fony y
Gina son integrantes.
En la reunión
nos reímos muchísimo filmando un video para otro club Iron Horse pero de Perú y
luego nos fuimos a cenar todos juntos, esa noche también la suerte nos acompañó
ya que muchos de los miembros del club decidieron darnos una mano con la compra
de nuestros parches y calcos por lo que estaremos eternamente agradecidos.
En esta
ciudad nos quedamos varios días en la casa de Fony, algunos días paseamos y
otros nos quedamos en la casa mirando películas con Rodri, Adrián y Mariana, o jugando
a la Play Station o lo que sea, la cuestión es que la pasamos muy bien,
estuvimos cómodos y descansamos un montón.
Un día nos
fuimos a conocer el Parque Histórico de Guayaquil, este muestra un poco de
flora y fauna típicas de la región antes de que la sociedad arrasara con todo y
también hay construcciones muy antiguas que fueron trasladas a este lugar y
restauradas tal cual a como estaban.
Muy lindo
este lugar ya que se pueden ver muchos animales y muchos de estos están sueltos,
también está muy cuidado, y en estas construcciones que están restauradas en
TODAS se puede entrar a recorrerlas, y para más sorpresa nuestra todo esto fue
con un costo de 0 centavos, si GRATIS. Y es realmente entendible ya que lo que
quiere este país es mostrar al mundo sus parques su historia, por eso el
turismo aquí está muy bien manejado, lo que tiene q ser gratis es gratis y después
el turista gasta su dinero en el país en hotelería, gastronomía y demás cosas
que si generan dinero, no como en otros países que te cobran hasta para ir al
baño pero no te brindan nada turísticamente y hablo de algo pensado para que el
turista disfrute y este cuidado, ya que gracias a dios naturaleza tenemos en
todos lados.
Con Fony y
Gina paseamos mucho, fuimos a ver las Aguas danzantes, parques y también nos
llevaron a cenar varias veces.
tambien una noche nos pusimos a amasar unas pizzas Argentinas en casa de Fony, salieron muy buenas...
Amasando con Mariana.
Una Calabresa.
Jamon y Morrones, Calabresa y Napolitana.
Un domingo
nos volvimos a ir a la casa Miguel a comer bien a lo argentino, esta vez fueron
tallarines caseros, Miguel empezó a hacer la masa y nos entusiasmamos ayudándolo,
la verdad es que salieron muy buenos, Miguel, además de hacer una muy buena
masa, se mandó un tuco (salsa) con estofado (carne) como para 20 personas y éramos
solo 7. Después de almorzar seguimos con las costumbres Argentinas y miramos
carrera de Fórmula 1, y varios partidos del torneo argentino.
Miguel y Octavio
Aca con Miguel y Pilar
Una de las últimas
noches nos enteramos que en Guayaquil jugaba Estudiantes de La Plata, equipo
del cual Pau es hincha contra Barcelona de Guayaquil, equipo del cual Fony y
Gina son fanáticos.
Así que sin
pensarlo nos pusimos a averiguar el horario y nos fuimos al estadio junto a
Fony, Gina y Mariana. Este el segundo estadio que vamos en nuestro viaje ya que
en Bolivia también habíamos ido, pero en este caso fue más lindo ya que hinchábamos
por un equipo argentino y en el caso de Pau más porque era su equipo.
Ahí también nos
acompañó la suerte ya que Estudiantes jugó un buen partido y ganó 2 a 0.
Al día siguiente
ya Miércoles 22 de Abril decidimos que continuaríamos viaje, estábamos esperando
unas banderas bordadas que habíamos encargado y que supuestamente iban a estar para el mediodía, cuando fuimos a
retirarla no estaban ni siquiera empezadas, entonces le dijimos que teníamos que
viajar ese mismo día por lo que se comprometieron a terminarlas para las 7 de
la tarde. Por el horario no teníamos problema ya que solo íbamos a hacer 150 km
hasta Salinas y como dije anteriormente aquí las rutas son todas de 4 carriles
y bien señalizadas.
Al final los
parches estuvieron listos para las 21:00 hs, y recién después de tenerlos
comimos algo en lo de Gina y nos preparamos para salir, atamos todo en la moto
y 2 miembros de los Iron Horse nos acompañaron hasta la salida de la ciudad,
cuando nos despedimos miramos la hora y ya eran más de las 11 de la noche.
Ruteamos bien
tranquilos disfrutando de la temperatura agradable que nos había tocado en la noche y hasta nos
hicimos una parada a tomar mates a mitad de camino, esto es algo que nos encanta
hacer pero hace rato que no conseguíamos Yerba Mate, pero en Guayaquil si habíamos
conseguido (compramos un kilo y medio). A la 1 de la mañana ya nos encontramos
en la entrada de Santa Elena, antes de llegar a Salinas con los chicos de Iron
Horse Santa Elena, ellos nos esperaron todos en la ruta y nos acompañaron hasta
la casa de Paul (Munrra) donde nos íbamos a quedar a dormir!
Pau con sus trofeos de este viaje, ya sexto pais contando Argentina.