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lunes, 23 de febrero de 2015

CAPITULO 24 (Chimbote - Lobitos)

En Chimbote nos quedamos unos cuantos días ya que el trato de Joel y de su familia fue demasiado bueno. Ni bien llegamos a su ciudad nos fue a buscar a la plaza y nos llevó a lo de José, dueño de un lavadero y amigo de Joel, en donde nos lavaron a Javier y a nosotros las motos quedando como 0 km.
Ahí mismo nos tomamos unas cervecitas, veníamos de estar todo el día arriba de la moto así que no vinieron nada mal y después nos fuimos a la casa de Joel donde nos acomodamos muy bien, cenamos algo todos juntos y a dormir.
La estadía en Chimbote fue muy divertida ya que además de Joel estábamos con Javi y unos días después llego Yago, otros viajero argentino así que ya éramos una banda importante.
Una mañana, gracias  Joel, pudimos llevar las motos a hacerle un buen mantenimiento (creo que no le hacía falta) pero allá fuimos, el taller de Honda en Chimbote nos regalaba el servicio y no queríamos quedar como desagradecidos, le limpiaron filtro de aire, hicieron carburación, regularon válvulas y también cambiaron el aceite.
En mi caso la moto no quedo del todo bien (por algo no me gusta que la toquen mucho) y tuvimos que regresar al otro día para regulen válvulas nuevamente y miren algunas cositas, por suerte después de esto la moto volvió a ser la misma y ya nos quedamos más tranquilos.



En Chimbote, casualidades de la vida, nos tocó disfrutar en familia el cumpleaños número 19 de Joel, comimos torta, y tomamos un vino que dicho sea de paso acá en Perú son bastante dulces.
Acá pudimos conocer a tres clubes de motos, quienes no dudaron en colaborar con nuestro viaje con la compra de parches, calcos y artesanías. Realmente muy agradecidos con los chicos y chicas de Club Fz- R Chimbote, Club Pulsar Nuevo Chimbote, y Club Pulsar Chimbote!
Con el Club Pulsar Chimbote, la noche del cumple de Joel nos fuimos a comer unos pollos todos juntos.
Acá en Chimbote nos separamos de Javi con quien veníamos viajando hacia unos cuantos días juntos, el piensa llegar a Alaska a mitad de año por lo que sabemos que no podremos seguirle el ritmo ya que nosotros de acá en adelante cada vez se hará más necesario trabajar y por lo tanto nuestra ruta seguirá siendo un poco lenta, pero como siempre decimos estamos felices así que eso es lo más importante, seguramente Javi continuara con su excelente viaje y ya nos volveremos a cruzar algún día, un abrazo locoo!!!
Así bien divertidos fueron pasando los días en Chimbote, hasta que llego el día de seguir, solo íbamos a hacer unos km hasta Trujillo donde nos quedaríamos en la casa de Walter Guevara, Yago tenía la misma ruta así que salió el primero en su Honda Biz a eso de las 9 de la mañana y nosotros salimos una hora después ya que no terminábamos más de acomodarnos.
Nos despedimos de Joel, dejamos nuestra firma en su libro de visitas de viajeros y salimos a la ruta, solo teníamos que hacer poco más de 100 km así que fuimos bien tranquilos y en la entrada de Trujillo nos encontramos con Yago y más adelante con Walter y su novia.
Walter nos invitó a almorzar y fuimos todos juntos, bastante grande la ciudad de Trujillo pero lo poco que vimos nos pareció mucho más ordenada que otras ciudades del Perú. Como todo en este viaje cambia cuando terminamos de almorzar nos miramos con Pau y dijimos de seguir no sé porque lo hicimos pero lo decidimos así, de esta misma manera Yago que pensaba seguir hasta Chiclayo decidió quedarse en Trujillo en lo de Walter. Al rato de haber salido ya estábamos arrepentidos, primero porque estábamos cansados y hacía mucho calor y también porque Walter nos cayó muy bien como para quedarnos al menos un día charlando, cosas que pasan a veces no hay que desesperarse, pero esta vez seguimos, despidiéndonos así de Walter, su novia y también de Yago a quien tampoco sabíamos si volveríamos a cruzarlo.


En cuestión ya cuando salimos a la ruta nuevamente serian como las 3 de la tarde y hasta Piura lugar donde nos esperaban, teníamos 420 km. Antes de los 100 km recorridos, el sueño empezó a invadirme por lo que decidimos parar un rato en el cual me dormí una buena siesta para continuar más tranquilo. Entre la paradita a dormir y el ritmo de viaje que fue tranquilo nos agarró la tardecita, apreciando en pleno desierto como bajaba el Sol en el horizonte y más tarde la noche, primero nos asustamos un poco porque la ruta estaba en construcción, no estaba pintada ni tenia carteles que indiquen nada. Pero por suerte más adelante la ruta paso de estar en construcción a estar 10 puntos por lo que llegamos sin problemas y a buen ritmo a Piura a las 20:30 hs.
Aquí nos estaba esperando Marcus un señor de unos 60 años, motociclista y buena onda. Él nos llevó a un departamento donde podríamos dormir. Este departamento es de la mama de Ángel un Peruano que está viajando en este momento por Ecuador, ella se llama Giovanni y nos recibió muy bien en su departamento a pesar de que también tenía hospedada a otra pareja de motociclistas, ellos eran Cesar de Barranca junto a su señora, dos personas que nos hubiese encantado conocer antes pero que al pasar por Barranca se encontraba realizando su propio viaje y no estaban allí, pero por suerte el destino hizo que nos pudiésemos conocer ahora.
Después de acomodar nuestras cosas salimos y junto a Cesar, Marcus y algunos integrantes del Club Fz fuimos a recorrer un poco la ciudad y más tarde a comer unos choripanes bien argentinos al puestito de Guille (rosarino) y su señora, muy buena onda esta pareja pero lo mejor sus choripanes (no puedo mentir, estaban fantásticos).
Después de comer más de un choripán acompañados de chicha morada bien fresca nos fuimos a dormir ya que Cesar y su señora al día siguiente bien temprano continuaban viaje.
Nosotros al día siguiente nos despertamos a despedir a Cesar y como Marcus nos había invitado a hacer algunas cosas en día decidimos que nos quedaríamos una noche más en Piura, por lo tanto nos quedamos un rato más durmiendo y después nos levantamos a esperar a Marcus quien al mediodía nos pasó a buscar llevándonos de tour por Piura y alrededores, primero fuimos a almorzar comida china y luego nos llevó a Catacaos, un pueblo pegado a Piura el cual se caracteriza por sus excelentes y diversas artesanías.
De ahí ya nos fuimos a tomar unas cervezas las cuales acompañamos con Ceviche y arroz con mariscos en distintas oportunidades, más tarde nos fuimos a un bar donde seguimos tomando cerveza y como para culminar el día volvimos a comer nuestro último choripán en lo de Guille, ya después de esto nos despedimos de Marcus porque al siguiente seguiríamos viaje.
Por la mañana nos levantamos junto con Giovanni con quien desayunamos algo bien rapidito y salimos, ella se iba a trabajar y nosotros nos quedamos en la puerta armando la moto para continuar viaje.







Ya hacia calorcito y eran las 8 de  la mañana, por suerte nuestro destino era bastante cerca, las playas de Lobitos a no mucho más de 100 km de Piura, hicimos bastante rápido este trayecto y llegamos a unas hermosas y tranquilas playas donde conseguimos un lugar en el Albergue Punta Lobitos para acampar gratis, y acá estamos desde ese miércoles 18 de Febrero que llegamos.
Pudimos disfrutar muchísimo de la playa, el mar color verde, increíble clima las 24 hs del día y la buena onda de la gente que uno se cruza en cada lugar.
Acá también nos encontramos nuevamente con una amigo de Piura, Cristian Solano a quien habíamos conocido personalmente en Huarmey y habíamos vuelto a verlo a nuestro paso por Piura, con el fuimos a almorzar y nos presentó a los chicos de Moto Club Talara, quienes también nos trataron con la mejor onda y esa misma noche nos encontramos para rutear un rato, comer y tomar algo todos juntos, gracias por la invitación chicos.!!

Y bueno acá seguiremos en Lobitos unos días más seguramente ya que está muy bueno el lugar y además estamos esperando una encomienda de Argentina, un saludo desde la reposera, mirando el mar!






domingo, 15 de febrero de 2015

CAPITULO 23 (Barranca - Chimbote)

Nos despertamos el sábado 7 de Febrero en casa de Clever bien temprano, a eso de las 7.  Las motos las habíamos dejado casi listas así que fuimos a la plaza donde nos encontramos con Jorge Ulloa y José Bedoya que habían salido de Lima bien temprano. Primero fuimos hasta el cristo a conocer las playas de día, sorprendente estas costas con sus bahías, piedras y acantilados, nos tomamos unas cuentas fotos todos juntos y volvimos nuevamente a la plaza donde desayunamos unos buenos tamales, panes y jugo de naranja para acompañar.
Ya después del desayuno nos encontramos con los chicos de Barranca para ir todos juntos hasta Huarmey, solo son 100 km así que fuimos bien tranquilos.
Al llegar a Huarmey fuimos a la plaza donde ya había buena cantidad de motos, ahí nos recibieron de lujo los grupos de todos lados de Perú y la gente de Huarmey nos hizo algunas entrevistas.
Después de estar un buen rato en la plaza al rayo del sol y con toda la ropa de moto puesta nos fuimos hasta la playa de Tuquillo donde sería el evento y acampe, allí aprovechamos a sacarnos todo y meternos al agua, la playa esta es paradisiaca, hermoso paisaje y el clima acompañaba fenomenalmente.



Al rato ya llegaron todas las motos y comenzamos a armar las carpas, nosotros, con Javi acampamos al lado de nuestras motos, y nos fuimos también al agua.
Ya estábamos cerca del mediodía y el calor era impresionante así que nos buscamos una sombra y junto a Bedoya, Jorge, Alexis y algunos más nos tomamos unas cuantas cervezas bien frescas.
En el evento todos pagaron su ticket de almuerzo cena y desayuna, el cual nosotros estábamos dudando si pagarlo o arreglarnos por nuestra cuenta ya sea cocinando o comiendo otra cosa por ahí, mientras averiguábamos apareció Alexis que había conseguido estos tickets para nosotros los que veníamos de otro país, así que sin dudarlo fuimos a pedir el almuerzo probando por primera vez el ceviche, que según los peruanos este no era el mejor del mundo, pero realmente estaba riquísimo. Para los que no saben el ceviche consiste en pescado crudo cocinado solo con el jugo de limos, lleva cebolla y sal, exquisito.
Ahí en el encuentro nos divertimos muchísimo todo el día ya que había mucha gente y la mayoría muy interesa en nuestro viaje por lo que anduvimos de charla en charla hasta la noche. También la gran multitud motera colaboro en gran cantidad con nosotros ya que nos compraron muchísimos parches y calcos, también nos convidaron bastante cerveza por lo que llegamos a la noche bastante casados..
En este evento pudimos conocer y reencontrarnos con otros viajeros como Yago (Yago por América), la colombiana Katharin que bajo hasta argentina en una Yamaha Crypton 110 cc y sola, al Mexicano Michael Baldwin que viene desde México en Otra “Yamahita” una súper Teneré 660 cc, y también a Alan, un peruano que viaja en una Honda Falcon como nosotros y la particularidad más grande de su viaje es que solo salió con 50 soles en su bolsillo demostrando que los sueños no se cumplen solamente con dinero.
Lo bueno de cruzarse con esta gente es que entre todos nos motivamos mutuamente, y aprendiendo cosas uno de otros, además de trasmitirnos vivencias, generalmente muy divertidas. También conocimos personalmente a gente con la cual hablamos desde hace mucho por Facebook.
Bueno la cuestión es que a la noche después de cenar y a causa de tanta cerveza ya no dábamos más, con Pau, Javi y Alan nos fuimos a dormir.
Al otro día ya muchos se preparaban para irse pero nosotros no teníamos ningún apuro, estuvimos todo el día en el mar y recién después de ver el atardecer empezamos a desarmar nuestro campamento, solo iríamos a hacer unos 40 km hasta la casa de un personaje del cual muchos no habían hablado. Este señor de nombre Clemente y propietario de un restaurante llamado “La Balsa” en el medio de la nada en el km 347 entre Huarmey y Casma, hace más de 25 años que recibe a los viajeros que pasan por allí, viajeros de todo tipo y nacionalidad!
Así que después de armar salimos con todas las ganas del mundo a conocer a este señor, salimos ya de noche y llegamos rápido, pero eran como las 20:30 hs, suponemos que ya estaría durmiendo porque no nos abrió la puerta, así que como el clima estaba ideal y además estábamos acompañados de un micro que se había roto más una patrulla decidimos dormir ahí en la puerta del restaurante, no armamos carpa ni tampoco sacamos nuestras bolsas de dormir. Solo nos inventamos unas almohadas y con la ropa de moto puesta pasamos una noche hermosa durmiendo muy placenteramente.
A las 6 :30 de la mañana ya estábamos despiertos ya que escuchamos ruidos en el restaurante, Clemente ni bien nos vio nos abrió la puerta y nos invitó a pasar, nos pedía disculpas por no habernos escuchado a lo que nosotros le contestamos que no se haga problema que habíamos dormido muy bien. Empezamos a charlar y nos mostró sus libros de aventureros que día a día le van dejando sus dedicatorias, tiene hasta dedicatorias en japonés, un genio total.
Y como si fuese poco mientras charlábamos con él y su hija Isabel, aparecieron unos platos de lomo saltado con papas fritas y huevos fritos (a las 7 am), increíble.
Así que desayunamos junto a él y su hija, charlamos un buen rato y le firmamos con Javi unos de sus libros, ya estábamos por preparar nuestras cosas para seguir hacia Huaraz cuando también nos ofreció una ducha la cual aceptamos con gusto ya que desde Lima que no nos bañamos, teníamos sal del mar por todos lados. Así que una buena ducha fresca y salimos a la ruta nuevamente con el honor de llevar pegadas la primer calco del Restaurante La Balsa, las cuales se las habían entregado hacia unos días y nosotros fuimos los primeros privilegiados.


Con bastante calorcito salimos acompañados por Javi rumbo a Huaraz, unos 140 km teníamos por delante pero todos en subida, ya a los pocos km nos agarró neblina la cual nos acompañó hasta plena cumple, cuando se terminó esta neblina ya podíamos ver la ciudad de Huaraz a lo lejos, al mediodía estábamos allí.
Teníamos solo una referencia motera y era una explicación así por arriba de cómo llegar a la casa de Fredy con quien nunca habíamos tenido contacto. Fuimos aproximadamente por donde nos dijeron, pero no teníamos el núm. de la casa, por suerte y valga la redundancia pero la suerte nos acompañó y al pasar por la casa de Fredy estaba la puerta de su garaje abierta y pudimos ver una KTM 990 que sabíamos que era suya, golpeamos la puerta y nos recibió muy bien junto a su amigo Herbert, le preguntamos sobre algunos caminos que estábamos interesados en hacer, y también sobre la posibilidad de acampar en al algún lugar o conseguir algo barato donde dormir a lo que su respuesta fue que podíamos quedarnos en su casa a pesar de que el no estaría ya que se iba a trabajar por 10 día a una mina. Con gusto aceptamos, entramos la moto y nos acomodamos en un cuarto. Después nos fuimos a almorzar y nos encontramos con Herbert, que es mecánico y le iba  a hacer un mantenimiento a la moto de Javi que necesitaba revisión en sus frenos y trasmisión.
Más tarde ya nos fuimos a comprar las cosas para llevarnos comida al día siguiente agarrándonos la noche caminando en el centro de Huaraz, bastante grande y pintoresca esta ciudad con sus cerros nevados de fondo y mucho verde por doquier.
Nos fuimos a dormir bien  temprano y nos despertamos bien temprano también, ya que acá estamos en apoca de lluvia las cuales son más probables en la tarde por lo que queríamos aprovechar el día tratando de evitar el agua.
A las 8 de la mañana ya estábamos cargando combustible, el día estaba increíble por lo que podíamos ver a lo lejos los cerros nevados, seguimos camino hasta Carhuaz donde nos desviamos hacia la punta Olímpica, hacemos unos km y llegamos a una barrera, esta era la entrada al Parque Nacional Huascarán y como se imaginaran cobraban entrada, no nos quedó otro remedio que manguear que nos dejen pasar, costó un poquito, pero al contarles sobre todo el apoyo que recibimos en este país se le ablandó el corazón al hombre que trabaja para el Ministerio del Ambiente (el mismo que nos dejó entrar gratis en Reserva de Paracas) y nos dejó seguir gratis abriéndonos la barrera. Ya muy contentos seguimos por una ruta en excelentísimo estado, por lo que debo decirles a todos que los 10 soles que cobran están muy bien pagados, aunque gratis es más lindo jaja.
Íbamos subiendo km a km acercándonos cada vez más a los cerros nevados, al llegar bien arriba después de unas cuantas paradas a sacar fotos nos encontramos con el túnel (uno de los más altos del mundo a 4700 m.s.n.m. ) y por recomendación de algunos decidimos esquivarlo por el camino de tierra que sube a un costado, el principio nos sorprendió con algo de nieve y unas cuantas piedras bien grandes que se notaba habían caído de arriba, hasta ahí venia súper entretenido pero a medida que avanzábamos se iba complicando un poco. Ya íbamos andando por la nieve haciéndose difícil y más avanzábamos más cantidad había, hasta que llegamos a un punto que no podíamos seguir por lo que decidimos pegar la vuelta y pasar por el túnel, no sin antes sacar un par de fotos, tirarnos en la nieve y también tirarnos con nieve!! Nos divertimos mucho junto a Javi y Pau.



Después de estar un rato jugando dimos vueltas las motos, ayudándonos entre los 3 para mover de a una, primero la Tornado y luego la Falcon y seguimos camino. Unos km más adelante llegamos a San Luis y se acabó el asfalto, serían las 12 del mediodía por lo que continuamos viaje por un camino de ripio bastante duro, en nuestro caso tenemos la suspensión de la moto bien ajustada cosa q es más cómoda en ruta pero cuando el camino se pone difícil dan ganas de aflojarla toda por el tuje siente cada una de las piedras y aquí particularmente eran muy grandes. Yendo bastante despacio pero igualmente disfrutando del camino y del paisaje llegamos a Yanama, ya sin cerros nevados y con muchísimo calor, ahí nos esperaba Javi que viaja solo en su moto y con la suspensión más blanda. Comimos unos panes de almuerzo, un par de tragos de agua y nos decidimos a seguir ya que no había mucho para ver. Lo más lindo de Yanama (por lo menos lo que conocimos al pasar) fue una pareja que conocimos que estaba enloquecida con nuestras motos, nos sacamos unas fotos con ellos, le preguntamos cuanto nos faltaba hasta la laguna y seguimos.
Según este chico era solo una hora en nuestras motos, se ve que pensó que son superpoderosas porque tardamos más de tres jajaja.

Después de Yanama el camino empieza a subir nuevamente hasta los 4800 m.s.n.m lugar desde donde podíamos apreciar las increíbles lagunas de color turquesa, parecían que estaban ahí nomás pero nos faltaba como una hora de bajada. No sé si recuerdan pero salimos a las 8 de Huaraz y ya eran como las 6 de la tarde y estábamos allá en la punta del cerro, la idea era acampar en la laguna así que le metimos coraje y seguimos, Javi con más coraje que nosotros se nos fue adelante dándole duro a la Tornado, nosotros cuidando a la Falconeta y también nuestro cuerpo, a mi particularmente no sé qué me pasaba, si sería el frio o qué, pero ya los brazos y las piernas no me daban más, llegamos a las 7 a la laguna y lo primero que hice fue acostarme en el pasto.



Como estaba tan cansado y hacia tanto frio a medida que íbamos bajando me iba automentalizando a no acampar, y eso que me encanta acampar, pero este día no era el indicado y no creí que fuera a disfrutarlo, así que hable con Javi y Pau y decidimos hacer de noche el tramo que nos quedaba hasta Yungay, el próximo pueblo. Tardamos una horita más en hacer esos últimos 35 km pero por suerte al llegar conseguimos un hotel con una habitación muy barata para los tres con agua caliente, cochera para las máquinas y camas realmente muy cómodas, que placer!
Nos acomodamos en el cuarto, cocinamos unos fideos con el mechero y a dormir, casi ni me acuerdo de la comida ya que estaba entredormido pero comí igual.
Al día siguiente nos despertamos,  y nos fuimos a hacer el tan famoso cañón del pato, increíble camino el cual atraviesa no menos de 30 túneles, algunos muy largos, oscuros y en curva. Excelentes vistas tuvimos y a medida que íbamos bajando nos empezó a acompañar el calor así que paramos a comer debajo de un árbol al mediodía, antes con Pau habíamos parado a pedir mangos a una señora la cual muy amablemente nos regaló unos cuantos ya que tenía como 6 cajones llenos, estaban exquisitos, también nos robamos unas tunas que estaban igual de ricas.



Ya a la tardecita llegamos a Chimbote donde nos esperaba Joel, quien nos fue a buscar a la plaza Mayor y nos llevó hasta su casa donde nos alojó a los tres y nos trató de maravillas, para la próxima contaremos con detalles los días que estuvimos en Chimbote!

viernes, 13 de febrero de 2015

Cerca de 300 turistas en motos llegaron a Huarmey y camparon en Tuquillo.

Cerca de 300 turistas en motos llegaron a Huarmey y camparon en Tuquillo.

CAPITULO 22 (Lima)

Lima, una ciudad muy grande, caótica, con mucho calor pero también con lugares muy lindos y gente que nos trató de maravillas.
En Lima estuvimos bastante ocupados los días que estuvimos. Nuestra estadía la pasamos en el taller de Jorge Ulloa quien nos trató como si fuese de nuestra familia.
Andábamos medio preocupados por conseguir la batería de la moto así que Jorge se dispuso a averiguarnos precios de diferentes batería, estaba la opción japonesa que se nos iba un poco de presupuesto o sino poner alguna de menos calidad, más barata, pero que no sabíamos si iba a ser funcional durante largo tiempo.
El primer día que estuvimos en Lima nos vino a visitar Fernando (ciclista) quien nos llevó al centro para que Javier pueda mandar a hacer sus parches bordados. Fuimos los 4 en las 2 motos, y ahí descubrimos  el caos y lo inmensa que es esta ciudad, a cada lugar que teníamos que ir debíamos hacer al menos 20 km, los cuales  demorábamos en hacerlos no menos de una hora, una locura y más para nosotros que somos de pueblo. En el medio de ese caos y por suerte ya con los mapas cargados en nuestro GPS llegamos al lugar donde confeccionarían los parches pero lo perdimos a Javi así que ya medio cansados de tanto transito nos volvimos solos para lo de Jorge.
Al llegar nos estaba esperando Alexis Guevara con quien habíamos hablado ya desde hace tiempo, charlamos un rato con él y luego nos fuimos al cumpleaños de Fredy, nuestro amigo limeño que habíamos conocido en Cusco, así que nuevamente salimos al caos vehicular. La pasamos muy bien en casa de Fredy junto a su novia Dio, sus amigos y familia. Ya muy cansados volvimos después de cenar a los de Jorge, mientras transitábamos por una avenida se nos paró al lado una dax con 2 chicas, que inmediatamente nos preguntaron: “ustedes son Nico y Paula?” ellas pertenecían al club Dax de Lima, ya habíamos tenido una charla por teléfono con su presidente y por eso ellas sabían de nosotros. Así que muy amablemente nos acompañaron hasta lo de Jorge en la otra punta de Lima donde nos tomamos unas cervecitas en la puerta y charlamos hasta casi dormirnos.





 Al otro día nos despertamos con la buena noticia que la importadora de las baterías Yuasa japonesas acá en Perú nos regalaba la batería nueva así que tuvimos que nuevamente salir en moto a buscarla, esta vez nos fuimos solos con Javi los dos en mi moto, fuimos a buscar la batería y también lo acompañe a Javi a comprar sus cubiertas nuevas y otras cositas que necesitaba, el también recibió una gran ayuda en la tienda Direlli. También conocimos a Ricardo de Honda Moto performance, quien con la batería nueva nos hizo un cheque descartando que el problema estuviera en otro lado.




Más tarde fuimos hasta Honda Desert, a averiguar algunos precios y ahí nos encontramos con un señor que se nos puso a hablar, su nombre es Sócrates y es miembro del club KLR 650, muy amable este señor junto a su pareja Sofía. Ahí mismo en la tienda nos compraron calcos colaborando con nuestro sueño y también nos invitaron para ir al día siguiente a la reunión de su club.
En el taller de Jorge la pasamos muy bien siempre conociendo viajeros como John MOrato y también los chicos colombianos de Inazuma. Siempre  Jorge ayudando a cada uno que pasa por Lima con mecánica, hospedaje o lo que pueda brindar, sinceramente demasiado solidario este hombre, quien cada mañana nos despertaba con un desayuno con tamales, o lomo saltado, desayunos que nos hacían tener el estómago lleno hasta la tarde. También muchas veces almorzamos o cenamos junto a él, solo un día pudimos prepara nosotros el almuerzo ya que nos daba un poco de vergüenza tanta atención de su parte.



Ya al día siguiente con la batería nueva colocada y la tranquilidad de que la moto ya no iba a tener problemas no fuimos al mediodía al Callao donde vive Fernando quien nos hizo un recorrido turístico caminando, muy linda esta ciudad la cual se encuentra bien limpia y ordenada, además de encontrarse situada en una bahía con su puerto al lado lo que la hace muy vistosa.




 Después de caminar unas cuantas horas junto a Fernando nos volvimos al taller y a la noche nos fuimos a encontrar con Sócrates y Sofía, junto a ellos moteamos un rato y nos reunimos junto a sus amigos en un restaurante donde entre todos nos invitaron a comer pizza y charlar sobre nuestro viaje, también muy amablemente colaboraron con la compra de parches y clacos por lo que volvimos muy contentos a casa de Jorge.

Otra noche fuimos a la casa de Manuel Saca un contacto que tenía Javier en Lima, él nos invitó a cenar a un lugar muy lindo situado en las costas de Miraflores.

Bueno como verán estuvimos muy entretenidos en Lima al punto de que hasta el último día, cuando pensábamos salir para Barranca en la mañana no pudimos hacerlo (felizmente) porque la gente de Honda Desert hablo con Sócrates ya que es su amigo y se ofreció a apoyarnos con algo, fuimos a la tienda y nos regalaron la cámara para tener para el cambio de cubierta (llanta aquí en Perú) que se aproxima, así que un millón de gracias también a la gente  de Desert.


Después de ir a esta tienda y con el caos vehicular de todos los días, recién pudimos llegar al taller después del mediodía, llegamos muertos de calor, nos dimos una buena ducha y nos empezamos a alistar para salir hacia Barranca, son solo 200 km pero terminamos saliendo como a las 5 de la tarde, y como acá antes de las 7 ya es de noche, viajamos por primera vez en la oscuridad, por suerte las rutas están muy buenas y gracias a Jorge Ulloa y Alexis Guevara en Barranca nos recibió Cleber y sus amigos. Hicimos una rodada en moto y luego nos invitaron a cenar y también el mismo Cleber nos dio un lugar en su casa para poder pasar la noche ya que al día siguiente salíamos temprano hacia Huarmey donde nos esperaba un motoencuentro bien grande!

miércoles, 11 de febrero de 2015

CAPITULO 21 (Cusco - Lima)

Cusco nuevamente nos volvió a atrapar pero esta vez por suerte fueron solo unos días, pero como siempre la pasamos muy bien ya que al haber tanto turismo conocíamos gente buena onda onda todos los días.
Así llegó el martes 27 de Enero, empezó el día bien temprano pero recién cerca del mediodía estuvimos listos para salir, primero fuimos hasta lo de Jeremías, el Cordobés que nos había hospedado ni bien llegamos a Cusco, el nos había prestado una mochila bien grande para ir al Machu Picchu así que fuimos a devolvérsela y despedirnos.
Después de saludar a Jere salimos rumbo a Abancay donde nos esperaba Carlos Bueno Quino, hicimos un camino hermosísimo para llegar hasta allí, y el clima también estuvo muy lindo, tardamos una 4 hs llegando a la tardecita, ya habíamos acordado encontrarnos con Carlos a eso de las 6 así que fuimos al punto de encuentro a conocerlo. Muy amable fue con nosotros este hombre ya que salió de su lugar de trabajo para invitarnos a comer unos pollos a la brasa y luego como si fuese poco, a pesar de que tenía compromisos, nos acompañó a buscar un hotel para pasar la noche, nosotros no parábamos de preguntar cuanto salían los hoteles allí pero él nos decía que no nos preocupemos, más tarde entendimos porque lo decía, ya que nos sorprendió pagándonos nuestra estadía esa noche.
Con Pau no lo podíamos creer, así que como Carlos estaría ocupado en la noche nos quedamos encerrados en el hotel aprovechando a ducharnos y mirar un poco de tele que hacía mucho que no veíamos, más tarde a dormir ya que al otro día seguiríamos viaje.
28 de enero: nos levantamos bien temprano y salimos hacia Andahuaylas donde también nos esperaban. Nuevamente el camino increíble, esta vez nos tocó un poco de lluvia pero por suerte no fue tanta, después del mediodía ya estábamos llegando, otra vez nos sentimos muy felices ya que nos recibieron Javier y Jorge, ellos muy amablemente nos esperaron en la ruta con sus motos, tras charlar un ratito en donde nos encontramos, nos invitaron a conocer la laguna de Pacucha, esta laguna se encuentra entre las montañas y es muy vistosa, además de  hacernos conocer este lugar nos invitaron a  almorzar pescado frito pudiendo observar por unas horas el paisaje que no dejaba de sorprendernos. La idea era acampar en la laguna pero en esta época de lluvia es un poco complicado así que cuando terminamos de almorzar y tras charlar un montón, decidimos ir junto a Javi y Jorge al pueblo de Andahuaylas a buscar un hotel barato donde pasar esa noche.
Antes de ir a buscar hotel nos llevaron a su tienda y taller de motos, donde venden motos Pulsar. Allí nos dieron una mano muy grande vendiéndonos a precio de costo el aceite para la Falcon, así que ahí mismo me puse a hacer el cambio de aceite ayudado por Pau que siempre está dispuesta a dar una mano.
A una cuadra del taller había un hotel súper barato, donde nos acomodamos los 2 en una cama de plaza y media ya que solo debíamos pasar esa noche, dejamos todas nuestras cosas en el hotel y la moto en el taller donde estuvimos toda la tarde haciéndole compañía a los chicos. A la noche nos fuimos a caminar con Javi y más tarde nos encontramos con Jorge quien nos regaló un chip para nuestro celular con número de acá de Perú para estar mejor comunicados.
Llegó la hora de la cena y nos invitaron a comer pollo, ahí conocimos a la mujer de Jorge, muy felices de conocer a estas personas ya que estaban muy interesado en nuestro viaje y desde el primer momento no dudaron en darnos una mano, y la verdad que nos ayudaron un montón, con el aceite, las comidas y como si fuera poco también nos compraron artesanías! Unos genios los chicos de Andahuaylas.
Después de cenar nos despedimos de los chicos y nos fuimos a dormir al hotel.
29 de enero: el taller abría  a las 8 de la mañana así que a nos levantamos temprano para poder ir a buscar la moto ni bien abrían, llegamos atamos todas nuestras cosas y nos sacamos unas cuantas fotos en el taller antes de partir.



 Teníamos un camino bastante difícil por delante ya que teníamos ganas de llegar a Pisco pasando por Ayacucho, salimos a las 9 de la mañana de Andahuaylas ya con los trajes de lluvia puestos ya que debíamos subir a unas cuantas cumbres y en esta época llueve seguro. El pronóstico no nos falló viajando con lluvia, y niebla hasta Ayacucho, aquí llegamos al mediodía y paramos a comer un almuerzo, el cual compartimos con Pau y luego seguimos, como andamos sin GPS preguntamos a la gente de esta ciudad cuanto tardaríamos hasta Pisco y todos nos dijeron cosas muy diferentes, algunos decían que tardaríamos 3 horas y otros que llegaríamos recién a la medianoche, la verdad que la cosa andaba en el medio ya que son unas 5 hs de viaje, cuando terminamos de almorzar ya eran como las 3 de la tarde pero salimos igual, llegamos en un par de horas al Abra de Apacheta a unos 4700 m.s.n.m, realmente un frio terrible ahí arriba, nos tocó lluvia en toda la subida y arriba de todo tuvimos que transitar por la nieve y también por la ruta con una capa de hielo, se hizo bastante difícil y también muy lento ya que transitamos unos cuantos km con todos los recaudos del mundo a unos 20 km/h.





Después de tanto esfuerzo comenzó la bajada hacia Pisco, a medida que avanzábamos ya comenzamos a sentir olor a mar, no sé cómo explicarlo pero lo sentimos así, a eso de las 9 de la noche ya estábamos en esta ciudad costera, intentamos ir a ver el mar pero era tan de noche que no logramos visualizarlo así que nos fuimos a averiguar si podíamos acampar en la playa, como nos dijeron que Pisco está medio peligroso desertamos de la acampada y por primera vez en el viaje fuimos a pedir a los bomberos un lugar para dormir. Estos la verdad que fueron muy amables y hospitalarios con nosotros, nos recibieron muy bien y nos dieron un cuarto donde tirar nuestras bolsas de dormir.
Al otro día nos levantamos temprano y fuimos a conocer la Reserva de Paracas, lugar donde cobran 10 soles por persona, pero con la ayuda del Ministerio del Ambiente conseguimos entrar gratis, este lugar son playas totalmente vírgenes con unos acantilados impresionantes, aquí pasamos gran parte del día ya que encontramos una playa desolada sonde nos sacamos toda la ropa de moto y nos metimos al agua, la cual es de un color verde trasparente y la temperatura parecida a las costas de Argentina por lo que disfrutamos muchísimo.


Más tarde seguimos hacia Ica, habíamos hablado con Cesar el presidente del Club Dax Ica y nos encontramos con ellos en la plaza y nos fuimos a dar unas vueltas, conocimos el Oasis de Huacachina el cual no nos pareció demasiado deslumbrante quizás a causa de lo espectacular de la Reserva de Paracas.

En el mismo oasis mientras charlábamos con los chicos preguntándoles si podíamos acampar allí, Daniel y Luis, dos integrantes del club nos ofrecieron lugar donde quedarnos, finalmente nos quedamos en casa de Luis que vive con su abuela. Mientras íbamos todos en caravana hacia lo de Luis, sonó nuestro celular así que paramos la moto para atender esa llamada y al querer continuar nuestro camino la moto no arrancaba por lo que hubo que empujarla. La preocupación invadió nuestros cuerpos ya que teníamos que seguir viaje y sinceramente de la parte eléctrica es lo que menos entiendo, medios preocupados llegamos a casa de Luis, donde comimos unas hamburguesas junto a Luis y su abuela. Finalmente conseguimos un cargador de batería así que dejamos la moto cargando y nos fuimos a dormir más tranquilos.
Al día siguiente había llegado la mama de Luis de Lima y nos despertaron con un desayuno increíble, acá los desayunos parecen los almuerzos que estamos acostumbrados en nuestro país. Después de desayunar, arrancamos la moto sin problemas y acompañamos a Luis, su mama y su abuela a su chacra la cual tiene muchas frutas, diversos tipos de uvas, mangos y tunas, allí comimos de todo y pasamos el día junto a ellos.

Más tarde salimos acompañados por Luis a encontrarnos nuevamente con el los chicos de las Dax, mientras rodábamos por una avenida miro por el espejo y veo una moto bien cargada, era Javier (Soplando al Norte) que estaba arribando a la ciudad, así que se acopló a nosotros y salimos a rodar junto a los chicos por un camino de tierra, esa tarde conocimos a Alfredo, de la ciudad de Pisco quien a nuestro paso por su ciudad se encontraba en Lima y no habíamos podido conocerlo. Así llegó la noche y fuimos a cenar todos juntos y luego nuevamente volvimos al oasis para que Javier pueda conocerlo. Hablamos con Javier para seguir juntos hacia Lima al día siguiente, él se fue a dormir a lo de Daniel y nosotros nos volvimos a lo de Luis.
Nos despertamos el domingo 1 de Febrero, y nos fuimos a encontrar con Javier para partir, primero hicimos unos pocos km hasta Pisco donde Alfredo nos había invitado a desayunar, luego el mismo Alfredo decidió acompañarnos, primero fuimos hasta Chincha donde nos esperaba Hans, un mecánico de la zona quien iba a revisar la moto para saber porque no había arrancado. Hans nos recibió de la mejor manera y sobre todo nos despejó dudas sobre lo que le estaba pasando a la falconeta, la batería ya había caducado y no almacenaba carga por lo que deberíamos cambiarla, por suerte como la habíamos cargado por el momento no teníamos problemas.
Así fue que nos despedimos de Hans y continuamos viaje junto a Alfredo quien muy amablemente decidió seguir acompañándonos por unos cuantos km, la ruta va toda por la costa y nosotros estábamos desesperado por parar en alguna playa a meternos al mar, así fuimos pasando por varias y parando en algunas pero la verdad no nos metimos en ninguna, algunas las encontramos medio sucias, o con muchas piedras en el agua y otras llenísimas de gente así que al llegar a Cerro Azul en Cañete nos despedimos de Alfredo y continuamos junto a Javier hasta Lima. Como era domingo el trafico estaba insoportable, ya que la gente de Lima y alrededores se mueven a playas un poco lejanas para salir del loquero de su ciudad, así fue que hicimos casi 100 km a paso de hombre o a veces, con suerte, pudiendo meter la moto entre medio de los autos o por la banquina.
Llegamos a Lima a la tardecita, estábamos medio perdidos ya que nuestro GPS no tenía cargado los mapas de Perú, pero como siempre algo bueno sucede, recibimos un llamado del Chino Torres con quien habíamos hablado por face y de casualidad nos vio pasar en nuestras motos. Nos encontramos con él en una estación de servicio y no guio para que lleguemos al Campo de Marte donde nos esperaba Fernando Lucio Lozada Villanueva (un ciclista) y también Jorge Ulloa (motociclista). Al encontrarnos con ellos nos sorprendimos por tan cálido recibimiento, ellos estaban junto a José Bedoya, otro motociclista de Lima y también unos viajeros colombianos John y su hermana. Nos sacamos unas cuantas fotos, con banderas de los 3 países presentes y luego salimos en moto hacia el cerro San Cristóbal, donde se puede ver toda la ciudad desde lo más alto.

Luego del paseo fuimos a conocer a Daniel Solano (el Peruano Loko) un símbolo viajero en este país ya que se recorrió todo Sudamérica en moto. Charlamos un rato y nos fuimos a cenar todos juntos, y más tarde Jorge Ulloa se ofreció muy amablemente a hospedarnos a nosotros y a Javier en su taller, a pesar de que también estaba hospedando a los colombianos no tuvo problemas en recibirnos a nosotros también! Como verán desde que salimos de Cusco el contacto con la gente fue lo más lindo que nos regaló Perú además de sus hermosos paisajes y rutas.