SEGUINOS EN FACEBOOK!
lunes, 26 de enero de 2015
CAPÍTULO 20 ( Recorrida al Valle Sagrado)
17 de Enero:
nos levantamos temprano, pero al estar tanto tiempo en un lugar siempre se
tarda mucho en preparar la moto, terminamos saliendo como a las 13 hs, íbamos
para el valle sagrado pero no sabíamos las distancias ni a donde llegaríamos,
nuestro GPS aún no tiene cargados los mapas de Perú así que no lo estamos
usando haciendo que a veces andemos medio a la deriva. De este modo salimos
pasando por Cinchero, Urubamba y finalmente llegando a Ollantaytambo, aquí
decidimos quedarnos ya que el próximo tramo hasta Santa Teresa es por tierra y
al menos unas 2 o 3 hs de viaje. Aquí en Ollanta comenzamos a buscar donde
acampar pero hasta los campings son medios caros, de este modo conocimos a
Rinaldo, un artesano que vive subiendo la montaña y sin pedirle nada nos
ofreció que podíamos ir a su casa, él estaba en la plaza principal pero no
explicó cómo llegar así que allá fuimos, al llegar nos quedamos sorprendidos
por la altura de las montañas, la vegetación del lugar y por la ubicación de su
casa a la orilla del rio el cual hacia un ruido impresionante, lo único malo
era que no tenía forma de llegar con la moto hasta la casa, hubo que bajar
caminando. De repente se largó a llover, un diluvio que empapo todo y nos hacía
pensar en si armar la carpa o no, como Rinaldo aún no llegaba no sabíamos que
hacer además de que si nos quedábamos tendríamos que dejar la moto en el camino
cosa que no me gustaba demasiado. Mientras decidíamos y gracias a que teníamos
agua caliente en el termo nos tomamos un café bien calentito con unas
galletitas dulces.
Ya estaba atardeciendo
y todavía teníamos todo atado en la moto, por suerte ya no llovía, así que
decidimos volver al pueblo a dar unas vueltas y ver si aparecía algo a buen
precio, solo sería por una noche ya que al otro día continuaríamos, por suerte
como ya era de noche pudimos conseguir un hostel por 12 soles cada uno,
hablando con la gente del pueblo nos dijeron que para Ollanta es un precio
súper bajo ya que todo está apuntado al turismo Europeo, entonces sin dudarlo
nos instalamos en ese hostel, llamado “Portadas” el cual es realmente muy
lindo, al entrar a la habitación nos sorprendimos ya que tenía hasta
televisión. Bajamos todo de la moto y nos fuimos a caminar al centro y apreciar
desde lejos las ruinas, realmente impactantes, aun no conocemos Machu Picchu
pero las de acá son muy grandes al igual que el precio de su entrada jaja.
Luego de
caminar por un buen rato volvimos al hostel a bañarnos comer algo y a dormir
que al otro día seguíamos hacia Santa Teresa, lugar que cuenta con aguas
termales, las cuales estábamos ansiosos por conocer.
18 de Enero:
nos hicimos un desayuno en la habitación y tras atar todo en la moto salimos
bien tranquilos hacia Santa teresa ya que nos habían dicho que se tardaba aproximadamente
unas 3 horas, al final fueron 4. El camino asfaltado hasta Santa María, unos
100 km, en los cuales se sube hasta Abra Málaga a unos 4300 m.s.n.m. Mucho frio
ahí arriba, ya que se pasa muy cerca de los cerros nevados, increíbles paisajes
fuimos transitando y después de llegar a la cumbre se comienza a bajar, Pau
entre tantas curvas, subidas y bajadas estaba un poco mareada, así que paramos
unas cuantas veces a descansar y sacar fotos. Al llegar a Santa María, ya con
un poco más de humedad y calor, comienza los últimos 40 km pero de tierra, un
camino en partes al borde del precipicio, muy parecido al camino de la muerte,
hermosísimo y además transitado por lo que había que manejar con mucha
concentración. En un ratito ya estábamos allá, casi ni miramos el pueblo y nos
fuimos derecho a las termas, al llegar comprobamos que el lugar es
espectacular, ahí debajo de las montañas con sus tres piletas de aguas
termales, todo muy natural y además económico, solo 5 Soles la entrada y con la
posibilidad de acampar gratis, así que rápidamente bajamos todos nuestros
bártulos y en 2 minutos armamos la carpa así nomás para irnos a meter al agua.
Estuvimos relajados chapoteando hasta que quedamos bien arrugados, luego nos
cambiamos y como ya era de tardecita nos fuimos a encender un fogón para
cocinar algo. Costo bastante prender el fuego ya que la leña estaba toda mojada
a causa de las lluvias, pero igualmente pudimos cocinar. Ni bien terminamos de
hacer los fideos se largó a llover, así que nos metimos a comer dentro de la
carpa y luego a dormir. La noche fue bastante complicada ya que como habíamos
armado la carpa a las apuradas se empezó a mojar por algunos lugares y para
colmo, cuando nos habíamos relajado y dormido profundamente, la moto, que
estaba parada al costado de la carpa, al formarse barro debajo de su pata se
cayó encima nuestro, un susto terrible, además de tener que salir en patas y en
medio en bolas a levantar la moto y tratar de armar nuevamente la carpa lo
mejor posible. Por suerte no hacia tanto frio y tampoco se había roto nada de
la carpa ni de la moto. Después de esto pudimos dormir sin problemas hasta la
mañana ya que la lluvia dejo de ser tan fuerte.
19 de
Diciembre: nos levantamos temprano y estuvimos todo el día en las piletas, Salí
un rato solamente, en la moto, hasta la municipalidad de Santa Teresa para
preguntar si podrían hacernos el favor de guardarnos la moto y algunas de
nuestras cosas mientras nos íbamos un par de días al Machu Picchu, para nuestra
suerte la gente en este pueblo es muy copada por lo que no tuvieron ningún
problema en guardarme las cosas en la Oficina de Turismo y además en la policía
nos dieron un lugar donde dejar la moto tranquilos, así que muy agradecidos con
la Municipalidad y Policía de Santa Teresa. Con estas buenas noticias me volví
a las termas a contarle a Pau, y nuevamente volver al agua, más tarde empezó a
llegar gente con sus carpitas así que esa noche hicimos fogón en compañía de
chicos de Francia, Colombia e Italia. Después a dormir nuevamente debajo de la
lluvia pero esta vez con la carpa armada
a la perfección, al otro día comenzaríamos nuestra caminata a Machu
Picchu y necesitábamos dormir bien.
20 de Enero:
nos despertamos a las 5:30 pero estaba lloviendo demasiado como para salir de
la carpa e intentar acomodar todas nuestras cosas para salir, pero nos dormimos
unas 2 horitas mas y el Sol salió radiante, así que de a poco fuimos acomodando
todo para arrancar, una vez que estuvo todo listo, lo que llevaríamos al Machu
y lo que dejaríamos en Santa Teresa partimos hacia la plaza donde se encuentran
la Municipalidad y también la Policía, ahí dejamos el bolso con nuestra ropa de
moto, cascos y otras cositas y la moto también, después fuimos a comprar provisiones
al mercado y salimos caminando hacia Hidroeléctrica, el camino son unos 10 km
pero teníamos todo el día. No hicimos mas de 500 mts, cuando una combi para al
lado nuestro a querer llevarnos por unos soles, le contamos que íbamos a
caminar, que estábamos medio cortos de dinero y nos redujo muchísimo la tarifa,
así que subimos. En el camino fuimos hablando con el chofer y al llegar a Hidroeléctrica
nos sorprendió no cobrándonos absolutamente nada, así que agradecidísimos con
este hombre, el cual trabaja en una empresa de tours de Cusco llamada “Alelí
Tours”. bajamos de la combi, nos despedimos del hombre y comenzamos nuestra
caminata hasta Hidroeléctrica, unos 10 km por las vías, el único medio de
acceso. Estuvo cansadora pero hermosísima la caminata, toda en medio de
paisajes selváticos, muchas plantas e insectos. También pudimos apreciar el
Machu Picchu desde lejos el cual ya se veía imponente. Caminamos durante unas 4
horas contando paradas a tomar agua, almorzar, comer frutas, sacar fotos y todo
lo que se nos ocurrió en el camino, a eso de las 5 de la tarde ya estábamos
llegando a Aguas Calientes, en este momento nos acompañaba una gran tormenta
desde hacía un par de kilómetros así que estábamos empapados, pero como el
clima estaba agradable y veníamos casados de caminar se disfrutó mucho el agua
caída del cielo.
Ya en el
pueblo, nos pusimos a averiguar sobre la ubicación del Hostel de Paz, una chica
argentina que habíamos conocido en Ollanta junto a su novio y sus 2 hijos,
ellos estaban viviendo desde hacía unos años en Aguas Calientes habiéndose
alquilado una casa la cual la hicieron hostel alquilando camas, un ambiente muy
familiar y buena onda, con una cocina con balcón con vista a los cerros con sus
nubes a media altura. Muy hermoso y como dije antes buena onda, ya que al
llegar nos dieron una mano muy grande dejándonos tirar nuestras bolsas de
dormir en lugar de ocuparles una cama, todo por un precio muy accesible para
los precios que se manejan en este pueblo.
Al llegar
nos encontramos con 2 chicas que habíamos conocido en Cusco y que también
estaban el hostel de Paz, ellas recién bajaban del Machu y ya se volvían para
Hidroeléctrica así que solo compartimos una horita juntos, en ese rato también
nos tomamos unos buenos mates junto a Lorenzo el novio de Paz. Más tarde
llegaron Ale y José de Pigüe, Argentina, quienes también al día siguiente irían
al Machu como nosotros por lo que organizamos ir juntos. Cenamos algo esa
noche, una ducha y a dormir bien temprano ya que la idea era arrancar lo mas
temprano al día siguiente.
21 de Enero:
Ale nos despertó a las 5:30 pero estaba lloviendo a cántaros, así que nos
quedamos durmiendo un ratito mas y luego desayunamos, a las 7:30 comenzamos a
caminar y por suerte sin lluvia, paramos en el mercado a comprar unas cosas
para comer y continuamos la caminata, primero por la calle hasta cruzar el
puente y luego comenzaban las interminables escaleras a Machu Picchu, cientos o
miles de escalones bastante altos y con una pendiente bien pronunciada, subimos
sin parar durante una hora, con muchísimo calor y muy traspirados. Cuando ya
faltaba poco para llegar paramos a tomar agua y comer unas frutas, de ese modo
entramos mas descansados. Ya en la puerta presentamos las entradas, comenzando
a conocer las ruinas los 4 juntos, impactante ver semejantes construcciones
casi en perfecto estado a pesar de haber pasado cientos de años. El paisaje es
lo que mas nos deslumbró ya que la ciudad se encuentra entre las montañas, las
cuales a la mañana estaban un poco tapadas por algunas nubes pero realmente se
veía lindo. Caminamos un montón ahí adentro durante horas, al mediodía nos
sentamos a comer unos sándwich pero nos vinieron a decir que estaba prohibido a
pesar de que nosotros no estábamos ensuciando nada ni tampoco sentados sobre
las ruinas. Estas son las cosas un poco chocantes que no nos gustaron del
Machu, lo que a simple vista se ve es que está manejado como un negocio
grandísimo, como si fuese un parque de diversiones, la verdad muy feo, porque
la realidad es que es historia, historia a la cual todos tendríamos que tener
un libre acceso, ya que quien no tiene para pagar los 50 dólares de entrada no
tendrá la mas mínima posibilidad de entrar. Y lo decimos con fundamentos, ya
que por todos los medios intentamos al menos conseguir una rebaja pero nos fue
imposible, y no solo nos dijeron que no sino que lo hicieron con una mala onda
terrible, solo te ven con un signo dólar en la frente, eso somos para la gente
que maneja el Machu, la cual poco interés debe tener en la ruinas mas que el
beneficio diario que esta les brinda.
A pesar de
esta disconformidad disfrutamos muchísimo del día, ya a la tarde y bastante
cansados con Pau decidimos volver tranquilos para Aguas Calientes donde
dormiríamos una noche mas. Bajamos nuevamente por las escaleras y llegamos al
hostel con mucha lluvia. Nos preparamos una merienda y ni bien terminamos de
merendar hicimos la cena, estábamos muertos de hambre y de sueño también, a las
8 ya nos fuimos a dormir derrotados.
22 de Enero:
nos levantamos a la mañana a desayunar y preparar nuestras cosas para irnos,
para el mediodía ya estábamos emprendiendo el regreso a Santa Teresa junto a
Ale y José, se hizo muchísima mas rápida la vuelta, al llegar a Hidroeléctrica,
en poco mas de dos horas, conseguimos una combi que nos llevó hasta Santa
Teresa por 10 soles a los 4. Así que ya cansados aceptamos la oferta y llegamos
tranquilos sin tener que caminar el último tramo, allí fuimos a la Policía y
Municipalidad a buscar la moto y nuestras cosas y después nos fuimos nuevamente
a acampar a las termas, lugar que nos había encantado.
Llegamos con
los chicos juntos a las termas, armamos
las carpas y nos metimos al agua quedándonos como hasta las 9 de la noche
mojándonos, luego nos fuimos a encender un fogón acompañados de una familia de
Ollantaytambo. Cocinamos con el fuego y mas tarde a dormir.
23 de Enero:
nos levantamos bien temprano y nos pusimos a ordenar todas nuestras cosas para
partir, a las 11 de la mañana ya estábamos arriba de la moto con todo listo.
Los chicos salieron caminando a buscar movilidad para llegar a Cusco y nosotros
salimos en la moto, el camino a la vuelta fue bastante difícil porque nos
agarró tormenta bien fuerte hasta Abra de Málaga a 4300 m.s.n.m , por suerte la
bajada fue a pleno sol. Al llegar a Ollanta después del mediodía paramos en el
mercado a comer un plato de comida, de ahí seguimos hacia Pisac pasando por
Urubamba y Calca. Al llegar a Pisac pudimos apreciar sus ruinas y dar una
pequeña vuelta por el pueblo para luego seguir hacia Cusco aprovechando que
recién eran las 4 de la tarde.
En seguida
llegamos a Cusco volviéndonos a instalar en el hostel Shlomi, ya acomodados
salimos un rato con nuestras artesanías a intentar vender algo en la plaza, por
suerte nos fue muy bien así que felices de haber retornado a Cusco por unos días,
la idea era no estar mucho tiempo y así continuar viaje rumbo a cosas nuevas!
sábado, 24 de enero de 2015
CAPITULO 19 ( Copacabana - Cusco)
18 de
Diciembre: Nos levantamos temprano, la felicidad de saber que conoceríamos un
nuevo país hizo que nos levantáramos con muchas ganas, desayunamos en el hostel
y bajamos a armar la moto, como la lluvia se hizo presente desde temprano
salimos con los trajes de lluvia puestos.
En 10
minutos ya estábamos en la frontera con Perú, ya no teníamos un solo boliviano
encima lo que nos complicó un poco las cosas ya que para salir de Bolivia nos
pidieron fotocopias y no teníamos como pagarlas, explicamos en la frontera pero
no hubo solución así que tuvimos que salir a pedir a alguien que nos regale
estas fotocopias, para nuestra suerte un coreano no tuvo problema en ayudarnos,
ya con fotocopias en mano y tras hacer unos trámites rápidos dejamos atrás el
hermoso país de Bolivia el cual nos deslumbró durante casi 3 meses con su
naturaleza y su gente, nos llevamos muchos amigos de acá por lo que dejamos la
excusa perfecta para volver, gracias Bolivia por tanto.
Al llegar
del lado peruano a hacer los tramites íbamos con mucha expectativa de como nos
iba a ir, cuantos días nos darían para estar en Perú y todas las cosas que unos
piensa al cruzar una frontera. Por suerte en esta frontera son bastante
flexibles y sobre todo buena onda, les contamos de nuestro viaje y estamparon
el sello en nuestro pasaporte con 90 días de permiso así que ya estábamos felices,
solo quedaba hacer el trámite de la importación de la moto, también en este lugar nos trataron muy bien
al punto de terminar sacándonos fotos con los policías, dejándoles una calco
nuestra pegada en su destacamento y por supuesto con la felicidad enorme de
tener 90 días también para la moto.
Después de
hacer todo esto comenzamos a transitar por suelo peruano, hacia muchísimo frio
y para colmo más adelante comenzó a llover y bastante fuerte, salimos sin
destino fijo y sin saber cuanto se tardaba aproximadamente en llegar a cada
ciudad, así fuimos pasando por Puno primero, lugar que decidimos no quedarnos
ya que no nos gustó mucho además de que ya hacia un par de días que veníamos
disfrutando del lago Titicaca en Copacabana. Lugo llegamos a Juliaca una ciudad
muy grande la cual se destaca por su caos vehicular, súper poblada de moto
taxis con carrocerías con techos, muy peculiares estos transportes los cuales
parecen hubieran salido de un hormiguero, así que sin dudarlo seguimos camino a
Cusco, sabíamos que sería difícil llegar ya que ya estábamos pasando el
mediodía.
Antes de
continuar aprovechamos lo beneficioso de estas ciudades y nos comimos un
almuerzo súper barato y rico, después si con la panza llena seguimos viaje.
Nuevamente
la lluvia nos acompañaba y a medida que pasaban los km íbamos subiendo cada vez más, a medida que
avanzábamos los cerros nevados los teníamos cada vez más cerca haciéndose
sentir el frio hasta los huesos, realmente lo estábamos sufriendo ya que llovía
y hacia muchísimo frio y no encontrábamos un solo hueco donde parar a esperar o
tomar algo calentito. Entre Juliaca y Cusco es todo naturaleza, solamente hay
algunos poblados muy chicos en los cuales no hay mucho para ver ni hacer.
Cuando
estábamos a unos 100 km de Cusco, pasamos por una tienda la cual tenía una
cafetera arriba de la mesa, así que paramos y bajamos temblando de la moto
entrando a esta tienda donde nos trataron como en casa, nos cobraron 2 cafés y
casi le tomamos la cafetera entera. Ya un poco más recuperados del frio nos
pusimos a hablar con el hombre del lugar, preguntándole cuanto tardaríamos en
llegar a Cusco y si había lugares antes donde poder dormir. Ya se estaba
haciendo la noche y el frio era cada vez más fuerte por lo que esta buen hombre
nos ofreció quedarnos a dormir ahí en su tienda, nos dijo que no nos cobraría
nada y que tenía para darnos un colchón y unas frazadas, nos pusimos muy
felices por tanta bondad y aceptamos su invitación, lo ayudamos a bajar el
colchón, armamos la cama y entramos la moto. Ya acomodados decidimos comprarle
2 platos de arroz con huevo los cuales salían solo 1 sol cada uno y estaban
riquísimos, ni bien terminamos de comer, no serían ni las 8 de la noche, pero
igualmente decidimos meternos en la cama a dormir calentitos, mejor no podría
haber sido nuestro primer día en Perú.
19 de
diciembre: empezamos a escuchar ruidos en la tienda a eso de las 5 am y como
estábamos de invitados nos dio vergüenza quedarnos durmiendo así que nos
levantamos con los primeros rayos del sol, había muchísima niebla y hacia mucho
frio. Mientras, tomamos el café, acompañado de unas frutas que nos quedaban,
luego armamos la moto y ayudamos a guardar las frazadas y el colchón, cuando
miramos la hora ya eran casi las 7 así que decidimos salir a la ruta, estábamos
cerca de Cusco así que fuimos bien despacio, sacando fotos y parando a tomar
mates. Antes del mediodía ya habíamos llegado, si, estábamos en Cusco, ciudad
que siempre creí lejísimos pero acá estábamos, y habíamos llegado sin problemas
en 5 hermosos meses de viaje.
Atravesamos
toda la ciudad en la moto siguiendo los carteles que te llevan al centro
histórico, al llegar a la plaza de armas no podíamos creer la belleza de esta
ciudad, no me gustan las iglesias pero debo reconocer que la construcción, independientemente
de lo que piense, impacta.
Dimos un par
de vueltas y nos fuimos a buscar la dirección de Jeremías, un argentino de la
provincia de Córdoba que vive en Cusco, él nos estaba esperando, así que cuando
llegamos a su casa lo llamamos y en unos minutos ya estaba ahí con nosotros.
La pasamos
muy bien junto Jere quien nos abrió las puertas de su casa, la cual es un
departamento muy pequeño, un monoambiente donde estaba su cama, la televisión,
heladera y algún mueble. No quedaba mucho espacio, pero como dice el dicho y se
notó, la casa era chica pero el corazón muy grande, así que ahí en el medio
inflamos un colchón de Jere donde dormimos los dos.
En Cusco
estuvimos mucho tiempo, al día siguiente de llegar nos fuimos caminando al
centro, mientras paseábamos se nos ocurrió preguntar en un restaurante por
trabajo, fue el primer lugar donde preguntamos y nos dijeron que si, nuestra
función era la de llevar gente a comer, caminábamos por la plaza con tarjetas
del restaurante o simplemente nos parábamos en la puerta del local ofreciendo
la carta para que la lean.
Trabajando
conocimos a una señora llamada Alice la cual tiene un hostel y nos dijo que
vayamos por un precio muy bajo (8 soles), como estábamos trabajando creímos que
esta era una buena opción para estar cerca del trabajo y no molestarlo a Jere
en su casa así que le dijimos que al otro día iríamos a su hostel.
Nosotros
estábamos contentos por el trabajo y por haber conseguido hostel pero al llegar
a lo de Jere le contamos como era el trabajo y lo que nos pagaban y nos dijo
que era muy poco el pago, así que al otro día fuimos a reducir la jornada
laboral a la mitad y aumentar el pago en relación a las horas que trabajamos,
aceptaron pagarnos un poco más e ir solo medio día pero no estaban muy convencidos,
ya que al día siguiente nos dijeron que no vayamos más. Pero como siempre
decimos, las cosas pasan por algo, charlando en la plaza con un argentino nos
dijo que estaba vendiendo trufas y que le era más redituable que trabajar en un
lugar con un jefe y demás.
Antes de
saber que nos quedábamos sin trabajo nos fuimos al hostel de Alice (The Aquí´s
House), al llegar, Pau se puso a contarle de nuestra página y Alice se puso muy
contenta con esto, hasta quería pagarnos por publicidad, pero nosotros preferimos
que no nos cobre nuestra estadía en lugar de estar cobrándole. De esta manera
nos instalamos en el hostel, solo estábamos nosotros, una chica llamada Anca,
de Rumania y Fredy de Lima. Cuando nos enteramos que no teníamos más trabajo, y
ya con la idea de quedarnos en Cusco a pasar navidad y año nuevo, decidimos
ponernos a hacer trufas, las cuales les poníamos galletitas de chocolate, dulce
de leche, avena y cacao.. quedaron buenísimas y realmente se notó al venderlas
ya que con caminar un par de horitas en la plaza sacábamos lo suficiente para
pagar un hostel y comer, pero como no estábamos pagando hostel nos servía para
juntar un poco de dinero.
De a poco el
hostel se fue llenando de gente y sobre todo de argentinos, conocimos a
Rodolfo, Fer, Adri, Vanina, Pepa, Bruno, unos chicos de Cordoba, otros de
Brasil, a Maquita de Lima a Fredy que ya lo había nombrado quien estaba junto
su novia Dione, a los uruguayos Flor y Kevin, a Francisco y Jeimy de Chile que
viajan en bicicleta y seguramente me esté olvidando de alguno, la cuestión es
que había mucha gente y ya éramos una familia, comiendo siempre juntos,
festejando las fiestas juntos y también saliendo algunas noches a los bares.
Así fueron
pasando los días y como nos daba un poco de vergüenza no estar pagando
comenzamos a ayudar a Alice en su hostel el cual se le había llenado y la
estaba sobrepasando, pero como a veces la gente no sabe aceptar un buen gesto
prefiere abusarse, por lo cual pasamos de estar ayudando a estar trabajando,
primero lo bancamos bastante bien, le organizábamos el hostel, la ayudábamos a
atender la puerta, limpiar la cocina y hasta le hicimos una mudanza un día que
nos pidió. Pero de a poco la onda fue cambiando, y no con nosotros sino en el
hostel en sí, y todos los huéspedes, como ya éramos familia sentíamos todos la
misma mala onda pero no sabíamos porque. Un día Alice nos vino a pedir si no
podíamos dormir en una sola cama porque no tenía lugar y tenía reservas pero no
tenía cama, como no pagamos no tuvimos ningún problema en dormir en una sola
cama.
A medida que
transcurrían los días, Alice nos pedía que hagamos más cosas por lo que nos
pasábamos todo el día trabajando en el hostel o vendiendo trufas, entonces un
día hablando con Pau y aprovechando la venta de trufas decidimos decirle a
Alice de pagarle en vez de ayudarla, ya que se venían las fiestas y queríamos
disfrutar.
Pasamos una
excelente navidad y año nuevo con los chicos, comimos y tomamos bastante en
ambas fiestas, pero la particular fue la de año nuevo ya que el hostel estaba a
tope y nos divertimos al máximo, luego de brindar, salimos a tomar algo por ahí
y mas tarde nos volvimos al hostel a dormir y para nuestra sorpresa en el
hostel estaba la música al máximo, y quienes estaban con la música eran Alice
con sus hijos y amigos tomando muchísimo alcohol, esto no nos molestó para nada
ya que era año nuevo y está bueno festejar, de ese modo con la música a tope
todos nos fuimos a dormir sin problemas, a la mañana al levantarnos la música
seguía igual y Alice y sus compañeros estaban borrachísimos por lo que el
hostel ya era un caos, todos estaban muy disgustados con esta situación y no
específicamente nosotros ya que no somos de quejarnos, pero verdaderamente
estaba todo muy mal, baños sucios, vomitados, gente que no eran huéspedes
dormidos en el piso con sus ropas vomitadas, no lo podíamos creer, y para
colmo, para ponerle la frutilla al postre al mediodía, mientras seguían tomando
se empezaron a agarrar a las piñas lastimándose mucho, dejando sangre en todo
el hostel y todos los que estábamos ahí no sabíamos que hacer, hablando entre
nosotros decidimos que nos iríamos todos por todo esto que estábamos viviendo.
Y como si fuera poco a la noche a una chica le robaron el celular dentro del
hostel, pero habiendo tanta gente extraña la verdad que las sospechas empezaron
a surgir y todos estaban muy desconformes.
Por todo lo
acontecido al otro día nos fuimos todos dejando el hostel vacío, la verdad que
no es lindo contar esto pero es lo que paso y forma parte de nuestro viaje.
De este modo
algunos sacaron su pasaje a Lima, los chilenos salieron en bici para Machu
Pichu y con Pau, acompañados de Adri, Kevin, Vanina, Bruno y Pepa nos fuimos a
buscar un hostel barato, caminamos todo el día no pudiendo encontrar nada como
los 8 soles de Alice pero la mala experiencia nos había servido para aprender
que a veces hay que pagar un poquito más, como seguíamos vendiendo trufas
podíamos darnos este gusto. Los chicos habían conseguido un hostel a 14 soles
con desayuno y una pieza para los 7 con baño privado, estaba bueno el hostel y
además valía más caro pero los chicos habían llegado a ese precio así que allá
fuimos, al Hostel Imperial.
Al llegar
entramos los 7 a la habitación y después de 10 minutos de estar instalados nos
vinieron a golpear la puerta para sacarnos las toallas y papel higiénico ya que
decían que por la rebaja no nos correspondía, no nos habían dicho esto antes,
pero bueno, lo aceptamos sin protestar.
A la mañana
siguiente nos levantamos a desayunar, café con leche, te, panes con manteca y
mermelada y panqueques, éramos los más felices del mundo. A la noche todos
juntos nos hicimos un pastel de papa argentino y luego nos fuimos a un bar a
tomar algo.
A la mañana
siguiente nos despertamos con resaca, nos pusimos despertador para bajar a
desayunar, pero para nuestra sorpresa cuando bajamos no nos querían dar
desayuno porque estábamos pagando más barato y ahí sí, contrario a cuando nos
sacaron la toallas todos nos pusimos a protestar llegándonos a enojar bastante,
cosa que no buscamos en nuestro viaje, de este modo y gracias a la mala onda
nuevamente decidimos irnos también de este hostel. Habíamos averiguado hacia
unos días por 13 soles uno que estaba buenísimo, se llamaba Shlomi, es un
hostel Israelí, el cual cuenta con agua caliente, wi fi, cocina, mesa de pool,
play satation 3, televisión y sobre todo, y lo más importante BUENA ONDA. No tenía
desayuno pero fue el mejor lugar que estuvimos en Cusco, aquí también conocimos
muchísima gente, había gente de Córdoba, de Tucumán, Salta, Buenos Aires, Santa
Fe, Brasil, Israel, Chile y de España.
Acá la
pasamos tan bien y tan relajados estuvimos que nos costó mucho irnos de Cusco,
en si nuestra estadía duró casi un mes y en este último hostel estuvimos como
10 días, siempre vendiendo trufas y uno de los últimos días hasta pudimos
vender artesanías en la plaza yéndonos muy bien.
Los últimos
5 días cada mañana nos levantábamos diciendo que nos iríamos de Cusco pero por
una cosa o por la otra siempre terminábamos quedándonos, pero como siempre fue porque
estábamos felices no había problema.
miércoles, 14 de enero de 2015
CAPÍTULO 18 (La Paz - Copacabana)
15 de
Diciembre: Nos levantamos en casa de Oscar bien temprano y nos pusimos a
ordenar la casa y armar todas nuestras cosas, a media mañana ya estábamos
desayunados y con la moto lista. Tras despedirnos de Juanito, el empleado de
Oscar nos subimos a la moto y nos dispusimos a llegar a Copacabana. Antes
pasamos por el mercado a comprar frutas para el viaje y pedir unas indicaciones
para salir de La Paz, que sabíamos que era bastante difícil, y así fue.
Tardamos más de una hora en salir de la ciudad, hacia un frio terrible, y para
colmo se largó a llover. Como andábamos medios engripados, decidimos parar para
no mojarnos y comernos un almuerzo barato antes de seguir, al terminar dicho
almuerzo por suerte la lluvia había cesado al menos, el frio seguía fuerte.
Salimos a la
ruta y en un par de horas ya empezamos a ver el increíble Lago Titicaca y la
lluvia nos volvía a acompañar nuevamente, me parece que ya nos vamos a tener
que ir a acostumbrando a esto en esta época. A penas paró un poco la lluvia
decidimos parar a tomar unos mates a orillas del lago, luego continuamos hacia
Tiquina donde uno debe cruzar el lago en balsa para luego continuar con unos 40
km de ruta a Copacabana. El cruce consiste en subir la moto a una balsa donde
va acompañada de otros vehículos, nos salió 15 Bs cruzar y la experiencia fue realmente
muy linda, excelente el paisaje y muy divertido llevar la moto por el agua.
Ya del otro
lado continuamos esos 40 km bien tranquilos ya que era temprano y el paisaje
daba para parar cada 100 mts a sacar una foto distinta. A las 4 de la tarde ya
estábamos en el hermoso y tranquilo de pueblo de Copacabana a orillas del lago
Titicaca. Pasamos por 2 hostels y en el segundo nos quedamos, estaba baratísimo
y aceptable, ubicado justo en frente de la plaza. Tas acomodarnos en nuestra
habitación, nos fuimos a caminar, conocimos la hermosa iglesia de Copacabana la
cual es realmente grande y con muchísimo dinero invertido en su decoración, no
comparto que se gaste dinero en estas cosas pero realmente es impactante, luego
de aquí nos fuimos a ver el lago bien de cerca pudiendo apreciar un hermoso
atardecer.
Ya de noche
andábamos caminando por el centro y averiguando cómo hacer para ir a la Isla
del Sol, luego de preguntar en todos lados conseguimos una empresa que se sumó
a ayudarnos con nuestro sueño cobrándonos muy poco para llevarnos a la isla al
otro día, dicha empresa se llama PACHAKUTI y estamos realmente agradecidos con
ellos.
Luego ya con
planes armados para el día siguiente nos fuimos a comprar fiambre y frutas para
llevarnos a la isla, ya con las compras hechas a dormir como bebes.
16 de
Diciembre: nos levantamos a las 7 de la mañana ya que el barco a la isla salía
a las 8, nos tomamos unos mates y salimos hasta orillas del lago sonde nos
esperaba el barco, la primera vez que andábamos en unos de estos barcos con
asientos y una especie de terraza donde unos también puede sentarse a sacar
fotos o simplemente disfrutar del paisaje. Estábamos realmente felices y emocionados,
el viaje comenzó con lluvia pero de a poco el día se fue poniendo realmente
hermoso. No se puede creer la inmensidad del lago, nosotros que vivimos en el
mar por momentos no le encontrábamos diferencia, es gigante.
Llegamos a la
isla a las 10:30 de la mañana y comenzamos a caminar, nos dejaron por el lado
norte y el barco nos pasaría a buscar por el lado sur a las 15:30 hs, teníamos
que caminar unos 12 km pero también almorzar y sacar fotos, así que el tiempo
nos pareció muy poco. Comenzamos viendo ruinas en la isla e impactándonos
segundo a segundo con sus playas sin gente y una tranquilidad increíble. Al
mediodía nos hicimos una ensalada de frutas con muchísima variedad de cosas,
luego de comer esto y descansar un rato nos dispusimos a caminar ya que nos
quedaban 9 km y ya era la 1 de la tarde. En la isla te quieren cobrar cuando
llegas, cuando te vas y cuan do vas caminando también, nosotros como siempre
contando de nuestro viaje pudimos zafar de estos gastos y caminarnos toda la
isla gratis, caminamos hasta las 15 hs casi sin parar, salvo para sacar fotos y
obviamente disfrutar de los hermosos paisajes que veíamos metro a metro. Ya a
las 15 hs y creyendo que nos llegaríamos caminando comencé a correr alejándome
de Pau con la idea de que si llegaba muy justo con el horario al barco por lo
menos poder avisarle que Pau ya estaba llegando, realmente fue agotador este
tramo ya que el lago está muy alto y el sol y estaba fuertísimo. Llegue con lo
justo al barco a las 15:30 hs, no podía casi respirar pero había llegado, como
la isla es tranquilidad solo hizo falta hablar o gritar mejor dicho diciéndole
a Pau que podía llegar tranquila que el barco la esperaba, a ella y a unos
japoneses que también venían con los minutos contados.
Ya con Pau
en el barco, tomamos muchísima agua pero aun seguíamos cansados, la tarde por
suerte estaba hermosísima con mucho sol y así emprendimos la vuelta, a
diferencia de la mañana que llovía pudimos volver en la terraza del barco todo
el camino hasta Copacabana.
Llegamos a
las 18 hs y nos fuimos a caminar un rato por el centro, más tarde al hostel y a
dormir, no dábamos más, nos dolía todo y el sol nos había cocinado.
17 de
diciembre: nos levantamos bastante tarde y nos fuimos a almorzar al centro ya
que está bastante barato, luego del almuerzo nos alquilamos un pato flotante el
cual mediante pedales nos llevó bastante adentro del lago, estuvimos relajados
ahí bastante tiempo y luego lo fuimos a devolver, está muy bueno sentirse uno
tan pequeño en ese lago a pesar de estar en un pato flotante jaja.
Más tarde
para seguir con la rutina de caminata nos fuimos por la costa caminando unos
cuantos km llegando a lugares donde ya no había nada, solamente campo y lago,
hermoso.
A la
tardecita volvimos al hostel donde empezamos a ordenar todo para irnos al día
siguiente, Perú nos esperaba y estábamos muy ansiosos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)