La estadía
en La Paz duró más de 20 días, y cuando las estadías son tan largas se hace
difícil escribir el día a día ya que hay días espectaculares y días que quizás
son medios aburridos para contarlos, pero en general estuvieron espectaculares
estos días en esta gran ciudad.
Aquí pudimos
conocer a Oscar Andrade, quien nos esperó la noche que llegamos y nos dio un
lugar muy cómodo donde quedarnos durante todo el tiempo que estuvimos. Oscar un
gran tipo con el cual tuvimos la oportunidad de compartir muchísimos buenos
momentos y también conocer a su familia. Junto a él y Adri, su hija nos fuimos
a hacer el camino de la muerte, salimos una mañana de Domingo ambas motos, la
Falcon y la KLR de Oscar, pero lamentablemente el clima no nos acompañó ya que
al llegar a donde comienza el camino la lluvia era realmente fuerte por lo que
decidimos ir hasta Yolosa pero por el camino nuevo que es asfaltado. No valía
la pena hacer el sacrificio y arriesgarse a ir por el camino de tierra ya que
no lo hubiésemos podido disfrutar ni tampoco apreciar sus maravillosos
paisajes. Así que como buenos moteros que somos seguimos por el asfalto y todo
el tiempo debajo de una lluvia impresionante hasta nuestro destino, la idea de
llegar si o si se debía a que en Yolosa al mediodía se correría una carrera de
motos enduro y también de cuatriciclos, la cual transitaría por caminos de la
zona teniendo como meta el pueblo de Yolosita.
Antes del
mediodía ya estábamos allí y para nuestra suerte la lluvia ya no nos
acompañaba, el cielo empezaba a limpiarse pudiéndose apreciar los paisajes
selváticos y sus yungas, con un poco de barro pero sin lluvia hicimos unos
pocos km por unos caminos que sería la continuación del camino de la muerte y
realmente muy parecidos, después de divertirnos un rato y hacer unas buenas
fotos, volvimos haca el lugar estratégico para ver la llegada de las motos y
los cuatris, allí estuvimos disfrutando de esas máquinas hasta las 4 de la
tarde aproximadamente, ya que debíamos volver a la paz y queríamos hacerlo de
día.
Al volver ya
no llovía por lo que pudimos apreciar los paisajes que a la ida no habíamos
visto por la tormenta, ya a la nochecita estábamos en la paz comiendo unos
sandwichs los cuatro juntos antes de irnos a dormir.
A Oscar
también debemos agradecerle la posibilidad que nos dio de trabajar en su
imprenta, un lugar de ambiente familiar donde además de trabajar y generar
buena cantidad de dinero nos divertimos mucho ya se trabaja en un ambiente
familiar junto a sus hermano Eduardo y su hermana Gabriela y también sus
empleados Juanito y Nico. Este fue el motivo principal por lo que estuvimos
tanto tiempo en La Paz y gracias a dios fue así.
En esta
hermosa ciudad también conocimos a Javier Zaconeta con quien ya habíamos
hablado antes de comenzar el viaje y habíamos tenido la posibilidad de
conocerlo en el encuentro de motos de Buena Vista. Él es integrante del grupo
K-La-K y la verdad que nos hizo conocer bastante la ciudad llevándonos a pasear
en teleférico, algo que hacíamos por primera vez en nuestra vidas y lo
disfrutamos mucho ya que pudimos apreciar la inmensa ciudad desde las alturas,
también nos llevó a cenar más de una vez y a tomar algunos tragos.
Una noche
festejando anticipadamente mi cumpleaños fuimos junto a su grupo a ver un
concierto de rock donde nos divertimos bastante y tomamos un poco más,
realmente muy bien la pasamos junto a él y sus amigos cada vez que nos
encontramos.
Una mañana
en la cual aún no estábamos trabajando decidimos con Pau ir a hacer el camino
dela muerte que nos había quedado pendiente por factores climáticos, salimos a
eso de las 10 muy tranquilos llevándonos para el camino unos mates, frutas y
sandwichs. Por suerte esta vez el clima fue espectacular, muy variable, eso sí,
ya que el principio del trayecto es subiendo por asfalto a una altitud
increíble donde el frio se hace sentir y mucho, para luego empezar a bajar por
el ripio a pueblo de Yolosa el cual se encuentra solamente a 1000 m.s.n.m y ahí
contario al principio el calor es realmente insoportable. El místico camino de
la muerte consiste en unos no más de 50 km en plena bajada con la rareza que
uno debe circular por mano izquierda, hoy en día es una ruta turística por lo
que uno solamente se cruza bicicletas y a algún lugareño en su auto o
camioneta, ya no es tan peligroso como uno lo imagina ya que el 90% de la gente
que se traslada hasta el pueblo de Yolosa o Coroico lo hace por el asfalto
mucho más rápido y seguro. Es admirable los precipicios del camino y los
paisajes que uno puede ver, en muchos tramos cae agua desde los cerros al
camino a veces pareciendo un lluvia, formándose pequeñas cascadas que son
inevitables y realmente muy divertidas y refrescantes!!
En La Paz
también pasé mi primer cumpleaños fuera del país, como estábamos trabajando y
generando dinero pudimos con Pau darnos para nosotros un gran gusto, que fue ir
a un restaurante italiano a comer unas pastas muy buenas, algo que ya veníamos
extrañando mucho ya que principalmente las pastas rellenas como ravioles,
lasagnas o canelones es algo que prácticamente no lo vimos más desde que
dejamos atrás nuestra Argentina. Así que muy contentos disfrutamos de esa noche
los 2 solos, algo que nos veníamos privando de hacer por el estilo de viaje que
hacemos y siendo realistas también por el presupuestos con el cual viajamos.
También
tuvimos la buena suerte de que Gabi, la hermana de Oscar nos agasaje en su
departamento con una comida típica llamada Picana, una especie de guiso muy
abundante en carnes, de pollo, cerdo y vaca, realmente muy sabroso.
Al estar
tanto tiempo en esta ciudad, pudimos aprovechar nuestro tiempo y gracias a una encomienda
que nos mandó mi mamá desde Argentina la cual contenía muchos hilos encerados,
comenzamos con un nuevo emprendimiento que fueron las artesanías, día a día
íbamos produciendo pulseras en macramé algo que aprendí a hacer algunos años
atrás y que le enseñé a Pau por lo que juntos armamos una producción de lujo
quedándonos un stock de pulseras bastante grande y a nuestro gusto muy lindas.
Con esto también tuvimos mucha suerte ya que acá mismo pudimos vender una
cuantas generando así una nueva forma de ingresos, además de los trabajos
temporales que van surgiendo y la ventas de parches y calcomanías que siempre
funciona a la perfección.
Así fueron
pasando los días entretenidos por el trabajo, las artesanías y las buenas
compañías hasta que llegó el momento de irnos hacia un nuevo destino, uno de
los últimos que nos quedaba en Bolivia, el inmenso lago Titicaca y el pueblo de
Copacabana del cual nos habían hablado maravillas, de ahí ya cruzaríamos a Perú
para continuar con este hermoso sueño que la vida nos está dando la posibilidad
de poder cumplir y así demostrarle a todo el mundo que a veces las trabas para
viajar y privarse de conocer los hermosos lugares de nuestra hermosa Latinoamérica se las pone
uno mismo, nada es imposible amigos y día a día va quedando demostrado!!
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