22 De
Octubre: nos levantamos bien temprano en el hotel de Potosí y junto a Yann y Efraín
nos fuimos a buscar las motos para prepararnos para ir hasta Uyuni. En un rato
ya teníamos todo listo, nos separaban menos de 300 km de asfalto a nuestro
destino, viajamos juntos a un ritmo muy tranquilo llegando entre montañas y
cerros que ya se veían nevados al pueblo de Uyuni, nos instalamos en el hotel más
barato que encontramos ya que la idea era poder descansar bien y al otro día
salir hacia el salar donde pasaríamos la noche todo juntos.
Así que una
vez acomodados en el hotel, fuimos a comprar unas cositas para llevarnos al
otro día al salar y también a caminar por el pueblo conociendo un poco y
dándonos cuenta de la gran convocatoria de viajeros extranjeros.
Luego del
paseo, una simple ensalada, algún café y a dormir temprano.
23 de
Octubre: se notó que estábamos cansados ya que nos tuvieron que venir a golpear
la puerta para que dejemos la habitación y también para que nos pongamos a
armar la moto ya que los chicos estaban casi listos.
Nos
levantamos medio apurados y en un rato ya teníamos la moto preparada para el
salar, antes de irnos fuimos las 3 motos a fumigarlas con gas-oil (diésel) por
unos 10 Bs, esto ayuda a que la sal no se pegue tanto en las partes críticas de
la moto dentro del salar. Menos mal que lo hicimos ya que al llegar al salar
los primeros metros hubo que meter las motos al agua salada, que lastima que
nos daba la falcon, pero como decimos nosotros, con ella a todos lados.
Después de
pasar la parte mojada el salar comenzó a ponerse bueno, seco y totalmente
blanco, íbamos las 3 motos una al lado de otra a unos 70, 80 km/h sin ningún
problema, el paisaje realmente único. Algunos nos habían asustado un poco con
respecto a las condiciones del salar, a que era fácil perderse y demás consejos
no tan buenos para un aventurero. Con respecto a esto les cuento que con
cualquier GPS básico, uno traza la ruta por donde va andando, además siempre
sabiendo a donde se está dirigiendo y ayudándose por algún mapa como para
situarse mejor. El salar es muy concurrido por motos y sobre todo por camionetas
las cuales están dispuestas siempre a dar una mano, o a sacarte de alguna duda.
Hay muchos caminos, de los cuales aprendimos que los llevan dirección similar
van hacia el mismo lado, de esta manera entramos mas de 100 km al salar pasando
por la isla Inkawasi, demasiado turística para nuestro gusto y luego seguimos
hacia la isla del Pescado la cual era mucho más linda que la otra y totalmente
desierta, allí decidimos acampar.
Buscamos
refugio en unas piedras por el “frio que iba a hacer más tarde”, nos acomodamos
bárbaro pudiendo llegar tranquilos a ver el atardecer, hacer fotos en
perspectiva y demás cosas que el salar permite disfrutar, uno se siente
realmente pequeño en ese lugar.
Entre risas
y emociones por estar en este lugar mágico, se fue el sol y llegaron las
estrellas, la cantidad más numerosa que vimos en toda nuestra vida, ya de noche
nos empezamos a dar cuenta que el frio no era tan extremos como nos habían
dicho, por ejemplo Yann anduvo en ojotas hasta la hora de irse a dormir.
Conseguimos
un poco de leña de cactus para hacer un fueguito y cocinarnos algo y luego
seguimos disfrutando del cielo, más tarde a la carpa a descansar.
24 de
Octubre: nos levantamos temprano y con Pau nos fuimos a subir lo más alto que
pudimos a la Isla del Pescado donde estábamos, subimos por un par de horas y
pudimos apreciar el salar desde lo alto, un paisaje realmente único con el
volcán Tunupa de fondo con su pico nevado.
Luego junto
a Yann nos pusimos a armar la moto para volver hasta el pueblo de Uyuni donde
nos esperaba Epifanía, la tía de Edgar, un amigo que hicimos en Santa Cruz. Efraín
y Bela decidieron quedarse una noche más en el salar, nosotros en un rato ya
teníamos todo listo y junto a nuestro amigo francés seguimos viaje junto, en
tres horas ya estábamos nuevamente en el pueblo de Uyuni, conociendo a esta
señora que nos brindó un lugar para nuestra carpa, por una noche, para seguir
viaje al otro día. Otra persona hermosa que el camino nos da la posibilidad de
conocer, tomamos él te junto a ella y charlamos bastante, allí lavamos las
motos después de la odisea en el salar y más tarde salimos caminando al centro
a buscar algo barato para comer.
Después de
cenar nos volvimos a la casa donde ya teníamos armada la carpa para poder
descansar para el viaje del día siguiente.
25 de
Octubre: Nos levantamos temprano, desayunamos y antes de salir fuimos a comprar
unas cositas para llevar al viaje por las dudas de que tengamos que dormir en
cualquier lado, también pasamos por internet a subir las espectaculares fotos del
salar y luego salimos con destino Challapata, a unos 200 km por ripio de donde
estábamos, nos dijeron que era muy difícil pero por suerte no fue así, solo
algunos tamos con algunos arenales y otros tramos en construcción con desvíos
pero por suerte en su mayoría bastante transitable, nuevamente viajamos junto a
Yann con quien llegamos juntos hasta el pueblo de Huari, donde ya estábamos
cansados. Nosotros nos fuimos a buscar un lugar para la carpa cosa que
rápidamente conseguimos al costado de una cancha de futbol, pero Yann fue a
buscarse un hotel que no consiguió en el pueblo por lo que siguió a Challapata.
Ya era la
tardecita por lo que armamos la carpa con luz del día y solo picamos unos panes
con queso para irnos a dormir a eso de las 8, veníamos cansados y sin bañarnos
hacia unos días, a dormir como bebes hasta el otro día.
26 de
Octubre: nos levantamos temprano y después de desayunar unas cuantas frutas nos
pusimos a alistar la moto para la continuación del viaje. En un rato ya
estábamos en la ruta, primero fuimos hasta Challapata a buscar a Yann que había
dormido allí, luego seguimos juntos por asfalto hasta Oruro. Al mediodía ya
estábamos allá, nos esperaba Gustavo con quien veníamos hablando hace tiempo,
Yann siguió hasta Cochabamba donde lo esperaban también.
Llegamos a
la puerta de Gustavo y nos recibió su padre tratándonos de maravillas, mientras
llamaba a Gustavo para avisarle que habíamos llegado. En unos minutos él ya
estaba con nosotros invitándonos a comer un plato típico de la zona, el charquicán,
el cual consiste en carne de llama, huevos duros con su cascara, papas hervidas
con su cascara y mote, todo esto se come con la mano, ESPECTACULAR.
Luego
volvimos a la casa a buscar la moto nuestra y la Jawa de Gustavo quien nos llevó
en un city tour por Oruro, fuimos a la Iglesia, a la mina de socavón debajo de
la iglesia, a la virgen en la cima del cerro y a un museo, conocimos así mucho
de Oruro y de su historia, además de poder conocer a Gustavo que demostró ser
un gran amigo y sobre todo compañero.
Luego
volvimos a la casa donde nos íbamos a quedar, una casa en construcción en la
cual nos brindaron una habitación cerrada donde armamos nuestra carpa adentro
para estar bien cómodos y calentitos, realmente muy cómodos estuvimos en Oruro
donde nos quedamos tres noches conociendo día a día un poco más a Gustavo, a
sus padres, yendo a comer por ahí y caminando siempre como nos gusta las calles
de las ciudades en este caso de Oruro. Así pasaron estas tres noches muy divertidas
y acompañadas en esta hermosa ciudad, ya tendremos que volver otra vez
apuntándole a los carnavales que nos dijeron que es algo realmente único.
29 de
Octubre: nos levantamos temprano y mientras desayunamos, desarmamos campamento
y atamos todo a nuestra moto se nos hicieron como las 11 de la mañana, fuimos
hasta lo de Gustavo a dejarle sus llaves y así poder despedirnos de él y de sus
padres, muy emotiva esta despedida ya que fue muy lindo poder conocer a esta
gente tan buena, esta gente que hace uno los extrañe al dejar la ciudad.
Emocionados
salimos a la ruta, estábamos a 200 km de Cochabamba por asfalto, el camino
comenzó subiendo hasta los 4500 m.s.n.m para luego bajar a los 2500 m.s.n.m que
está situada Cochabamba. Allí nos esperaba Cesar y Las Águilas Legendarias, un
grupo mayormente conformado por Jawas antiguas.
Al llegar
conocimos a Augusto, quien nos dio hospedaje por noches en su casa, con él nos
fuimos a comer algo al centro de Cochabamba donde nos encontramos con Cesar
quien nos invitó a cenar a su bar por la noche, así que allá fuimos, Augusto
nos dejó en el bar, aun no habíamos ni descargado la moto pero allí estábamos,
comiendo un Pique Macho, comida típica de la zona acompañado de una fresca
cerveza. Más tarde nuevamente Augusto nos pasó a buscar para ir a la reunión de
las Águilas donde nos presentarían, allí la pasamos realmente bien conociendo a
muchos integrantes del grupo, tuvimos la suerte de conocer a Ronald y a Sergio
quienes nos brindaron aceite para la moto y hasta se ofrecieron para cambiarlo
ellos mismos.
Después de
la reunión salimos en caravana las motos para regresar al bar donde habíamos
estado antes, allí nos sentamos en una mesa larga a seguir divirtiéndonos y
conociéndonos también, nos reímos mucho todo juntos. Las horas fueron pasando y
llego la hora de cierre del bar al igual que nuestros ojos que ya no daban más,
habíamos arrancado a la mañana temprano en Oruro y seguíamos de madrugada de
joda. Así que de común acuerdo con Augusto decidimos ir a su casa a dormir.
Llegamos y sin bajar nada de la moto nos
acostamos en un colchón, estábamos fusilados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario