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lunes, 20 de octubre de 2014

CAPITULO 12

6 de Octubre: Nos despertamos un poco después de lo planeado, pero por suerte para las 9 ya habíamos desayunado y armado toda la moto.
Antes de irnos fuimos a la casa de los padres de Franccesco a despedirnos de él, de sus hijos y de sus padres. Muy contentos estamos de haber podido conocer a esta familia encantadora que hasta se emocionaron mientras nos despedían.
Después de saludarlos salimos a la ruta abandonando la ciudad pero sin saber cuál sería nuestro próximo destino, solo teníamos la certeza de que iríamos por la ruta hacia Samaipata, situada a tan solo 120 km de Santa Cruz. A medida que iban pasando los km iban apareciendo las montañas y también las subidas, el paisaje iba tornándose espectacular.
Nos habían pasado un dato de un lugar llamado “Cuevas” que se encuentra sobre la ruta a Samaipata, en este lugar hay unas cascadas bastantes grandes y muchísima naturaleza. Cuando llegamos a este lugar el tiempo no nos estaba acompañando ya que hacia vario km que veníamos andando debajo de la lluvia, por lo que decidimos pasar de largo este lugar e irnos hasta Samaipata, por suerte más adelante la lluvia paró.
Al llegar a Samaipata al mediodía con bastante calor y hambre nos fuimos a buscar algo para comer, llegando a la conclusión de que si nos sentábamos a comer en algún lugar gastaríamos lo mismo que si nos cocinábamos. De esta manera nos dimos nuestro primer gusto en Bolivia sentándonos a comer unas milanesas, con papas fritas, arroz y ensalada por tan solo 10 Bolivianos, estaba riquísimo además de ser barato.
Luego de almorzar y relajarnos fuimos a averiguar a un camping del pueblo y como no nos sirvió el precio salimos a la ruta nuevamente yendo hacia El Fuerte de Samaipata donde había un camping más barato, al llegar fuimos a observar el lugar y mientras caminábamos nos atacó un enjambre de avispas picándonos más de 10 a cada uno, con un dolor insoportable decidimos que allí no nos quedaríamos tampoco.
Todos picados en brazos, cabeza y cuello seguimos camino hasta El Fuerte, pero al llegar ya casi estaban cerrando por lo que la chica de la entrada nos recomendó que fuésemos con más tiempo al otro día. Hablando con ella misma le comentamos sobre nuestro viaje y nos dijo que vayamos al Museo Arqueológico, situado en el pueblo, a contarles un poco nuestra historia que seguramente podrían hacernos algún descuento en la entrada al Fuerte y Museo.
Así que con este dato volvimos al pueblo con la idea de hablar en el Museo y luego ir al camping que habíamos averiguado en un principio. Al llegar al museo hablamos con Carola, de Administración y contándole sobre nuestro viaje y nuestra página no dudo en darnos una mano. Por lo tanto queremos hacer un agradecimiento especial a la gente de la Municipalidad de Samaipata por esta colaboración.
Al salir del museo e informados por la misma Carola decidimos ir a preguntar a otro camping y hostal llamado “El Jardín”. Al llegar averiguando tarifas y observando el lugar , el cual se veía realmente hermoso, todo construido naturalmente y a su vez acompañado de un excelente paisaje con las montañas de fondo.
Ahí hablamos con Cande, la dueña del lugar a quien también le contamos un poco sobre nuestro viaje y sin más ella accedió a sumarse a nuestro sueño dejándonos la estadía gratis a  cambio de publicidad en nuestra página, difundiendo así la página del camping “El Jardín” y mostrando un poco mediante fotos la belleza del lugar.
Ya muy contentos con lo acontecido, ingresamos al camping a armar nuestro campamento, allí conocimos a personas de todas partes del mundo que también estaban alojadas allí, gente de Barcelona, País Vasco, Francia, Inglaterra, Holanda, Chile, Suiza y seguramente algún país más, increíble diversidad de culturas e idiomas.
Luego de practicar un poco de idiomas nos fuimos hasta el mercado a comprar unos víveres. En el mercado venden muchísimas frutas y verduras de una excelente calidad y realmente muy barato, también se vende lo que es fideo, arroz, avena y demás cosas todo suelto, nada viene en paquete, así que nosotros re felices ya que estamos medio en contra que para cosa que uno compra venga acompañado de una bolsa que luego debe ser desechada.
Luego de las compras volvimos al camping y aprovechando de la cocina que disponíamos como espacio común nos hicimos una rica cena para después comerla al lado del fogón que habían encendido otros chicos con quienes compartimos charlas en Inglés y Español y también un rico vino tinto. Luego de tan hermosa velada nos fuimos a dormir a la carpa iluminados por la luna llena.
7 de Octubre: Nos despertamos a las 9 y tras desayunar unas cuantas frutas nos fuimos en la moto camino al Fuerte. Pagamos la mitad de la entrada y empezamos a recorrer sus senderos en la altura pudiendo apreciar esa gigantesca piedra tallada, sus ruinas y también los increíbles paisajes que nos sorprendían ya que para cualquier lado que uno mire la vista es muy bella y a su vez distinta.
Luego de caminar unas cuantas horas volvimos a pueblo y nuevamente por 10 Bs. Almorzamos en el restaurante del día anterior. Esta vez comimos churrasco con papas, arroz, ensalada y revuelto, INCREÍBLE!
Después del almuerzo fuimos a recorrer el pueblo sacando unas cuantas fotos, ya a la tardecita de vuelta en el camping, una ducha y a preparar tranquilos una cena livianita para irnos a dormir temprano ya que estábamos bastante cansados.
8 de Octubre: A las 8 ya estábamos desayunando para ir a “Cuevas” el balneario que no habíamos podido conocer por la lluvia, ya para las 9 estábamos allí, pagamos 10 Bs de entrada. Hermosísimo lugar, muy cuidado. Mientras caminábamos por sus senderos nos iban sorprendiendo de a una sus cascadas, la primera pequeña y las dos últimas ya con una altura de unos 25 mts, el agua realmente trasparente y a una temperatura muy agradable pudiendo aprovechar para nadar todo el día.
Después de “Cuevas” volvimos a Samaipata y con las entadas de “El Fuerte” del día anterior nos fuimos a conocer el Museo Arqueológico  donde pudimos ver un documental que contaba la historia de “El Fuerte” de Samaipata, la cual data de tiempos pre-incaicos, también pudimos ver ejemplares de cráneos, vasijas, armas de la época y demás cosas características, realmente muy lindo e impactante ya que al haber podido caminar el día anterior por el Fuerte uno se imagina un poco mejor las cosas.
Al volver del museo pasamos por el mercado a comprar unas cuantas cosas ya que al otro día iríamos a “La Pajcha”, una cascada que se encuentra a unos 50 km de Samaipata por camino de tierra, ese lugar es totalmente natural, por lo tanto, no se paga entrada y se puede acampar allí. El único tema es que desde ese lugar lo caminos no están muy buenos para continuar por lo que tendríamos que volver a Samaipata luego de  “La Pajcha”, entonces decidimos dejar la mayoría de nuestras cosas en el camping y llevarnos solo lo necesario
Nos fuimos a dormir bien temprano después de cenar.
9 de Octubre: nos levantamos temprano a desayunar y desarmar nuestro campamento para irnos, en un rato ya teníamos todo listo saliendo por el camino de tierra, el cual se transitaba entre subidas y bajadas bastante pronunciadas por lo que nuestra velocidad crucero fue de unos 30 km/h. a mitad de camino pasamos por un pueblo llamado San Juan del Rosario el cual se veía demasiado tranquilo, casi desolado. Allí nos quedamos tomando unos mates en la plaza y aprovechando a preguntar a la poca gente que pasaba sobre el lugar a cual estábamos yendo ya que no teníamos demasiada información de cómo llegar. Como no es un lugar muy turístico no cuenta con carteles que indiquen donde se encuentra, así que la ayuda de los lugareños nos vino muy bien. Luego de los mates continuamos y en menos de una hora ya estábamos allí, entramos la moto por el camino lo más adentro que pudimos metiéndonos en un lugar con muchísimos árboles y el curso del rio a su lado. Apenas bajamos de la moto continuamos caminando por un sendero el cual nos llevaba hacia el ruido de la cascada que escuchábamos desde lejos, 50 mts más adelante estaba esta magnífica belleza natural, no sabría calcular los mts que tiene esta caída de agua pero les aseguro que es altísima y realmente hermosa.
Encantados con el lugar volvimos esos 50 mts hacia la moto a armar nuestro campamento, juntar leña y a ponernos las ojotas para irnos a meter al agua, ya que donde cae el agua se ha formado una olla bastante profunda y también a orillas de este lugar una playa increíble de arena blanca.
Tan tranquilo y desolado el lugar que hasta pudimos desnudarnos para tomar sol, siempre mirando que no venga nadie. Nos quedamos disfrutando del agua y la playa hasta la tardecita, luego nos fuimos a encender un fogón y a preparar la cena acompañados de un vinito que nos había regalado una chica de Suiza en el camping de Samaipata. Después de cenar, a dormir como bebes.
10 de Octubre: Nos despertamos y desayunamos mirando el rio. Más tarde fuimos a caminar un rato pudiendo observar que se venían unas nubes muy feas, por lo que decidimos que volveríamos a Samaipata ya que si se largaba a llover estábamos en medio de la nada y a 50 km por tierra de Samaipata. Desarmamos nuestro campamento y nos subimos emprendiendo la vuelta, ya a pocos km de haber salido comenzaron a caer las primeras gotas, así que le metimos más ganas y velocidad ya que nuestra intuición nos decía que llovería más y no nos equivocamos. Cuando solo habíamos hecho 15 km de los 50 totales las pequeñas gotas a esta altura ya habían formado un barrito que hacía que la moto de vez en cuando patinara un poco.
Para peor cada minuto que pasaba llovía un poco más. Al llegar a San Juan del Rosario nos encontramos con un motociclista de la zona que venía delante nuestro y había parado a sacar el guardabarros de su moto ya que según el resto del camino estaría más difícil. Sin pensarlo dos veces y nuevamente guiados por nuestra intuición seguimos camino despidiéndonos de este hombre y sin perder tiempo. De a poco la lluvia empezaba a hacerse torrencial por suerte el camino a pesar de estar mojado mantenía su buen estado y la Falcon como siempre comportándose de diez, pareciera que le gustaran estas aventuras. Y así fue como hicimos esos 50 km de tierra en una hora y media luchando contra el clima y el camino, por suerte llegamos sanos y salvos.
Nuevamente fuimos a el camping “el Jardín” el cual estaba súper poblado de gente de todas partes del mundo, así que como siempre habiendo nuevos amigos.
11 de Octubre: nos quedamos esperando a un chico de Santa Cruz de la Sierra que estaba de paseo en Samaipata, el cual nos había dicho que nos iba a hacer el favor de llevarnos unas cosas a Santa Cruz, unas que enviaríamos a La paz para usar más adelante, como ropa de verano y repuestos de la moto y otra que iba para que un argentino que conocimos nos lleve a Argentina cuando vaya, cosas que no usamos, algunos regalos y folletería. La cuestión es que nos pasamos todo día en el camping esperando a este chico pero no apareció, así que como ya teníamos todo listo para enviar fuimos a una empresa de encomiendas y lo enviamos por nuestra cuenta.
Ya más tarde y más relajados fuimos al mercado a comprar unas cosas para la cena y también para el día siguiente ya que seguiríamos viaje.
12 de Octubre: nos levantamos temprano, desayunamos y nos pusimos a armar la moto, salimos recién al mediodía con bastante calor pero con muchísimas ganas de disfrutar la Ruta del Che, que era nuestro objetivo. En 2 hs de asfalto llegamos desde Samaipata a Vallegrande, como era domingo de elecciones aquí en Bolivia todo estaba cerrado así que decidimos largarnos a la aventura por ripio y tratar de llegar a La Higuera, lugar donde mataron al Che. Estábamos a unos 50 km pero tardamos bastante, el camino muy duro, muchas subidas y muchísimos paisajes para sacar fotos, yendo a no más de 30 km/h.  llegamos a la Higuera a eso de las 6 de la tarde.

Ya estaba atardeciendo por lo que buscamos hospedaje rápidamente quedándonos con la opción más económica que fue la de una señora llamada Irma, la cual nos dio un lugar en el fondo de su casa para armar la carpa. Medio a oscuras bajamos todo de la moto y armamos campamento, luego fogón para preparar la cena y apenas terminamos el ultimo bocado, a dormir, ya que realmente estábamos destruidos.

CAPITULO 11

25 de Septiembre: nos levantamos bien temprano y para nuestra sorpresa Victoria nos estaba esperando con un delicioso desayuno, el cual tenía café con leche, jugos recién exprimidos, frutas, pan con queso, pan con manteca, todo realmente delicioso.
Después de este agasajo guiados por la misma Victoria fuimos a conocer el rio y sus cascadas caminando unas cuantas horas deslumbrados por tanta belleza natural, el día estaba realmente hermoso, sumándole que la temperatura del agua es muy agradable nos metimos en cada lugar por el que pasábamos ya que en la caminata cruzábamos de un lado al otro del rio por el agua. Increíble poder ver la cantidad de peces que habitan el lugar, el agua es casi trasparente.
Luego de tanta caminata volvimos  a la casa quedándonos charlando un rato, y conociendo su huerta y animales, así que todos juntos estuvimos todo el día, hasta juntamos los huevos de las gallinas, todo realmente muy lindo para nosotros.
Más tarde llegó la hora del almuerzo así que nuevamente todos juntos nos sentamos  a la mesa a disfrutar de él, cuando terminamos de almorzar, Oscar y Victoria se fueron a dormir la siesta y nosotros nos volvimos al rio, ya que como no queríamos abusar de su buena onda sabíamos que esta seria nuestra última tarde allí.
Más tarde al volver del rio nos encontramos con Ademir que había ido a la chacra a visitarnos, así que todos sentados mirando el hermosos paisaje desde la ventana nos quedamos charlando hasta la tardecita, luego Ademir se volvió para su casa y nosotros nos pusimos a armar la moto para partir al otro día.
Más tarde cenamos y nos fuimos a dormir bien temprano ya que al otro día queríamos aprovechar las horas más frescas del día levantándonos al amanecer.
26 de septiembre: como habíamos planeado a las 5 y algo de la mañana ya estábamos levantados y nuevamente agasajados por Victoria con su exquisito desayuno, luego de esto nos despedimos de ellos, dicho sea de paso nos costó bastante ya que Victoria estaba con una mezcla de tristeza y emoción porque nos íbamos cayéndose sus lágrimas, así que nosotros no podíamos dejar de abrazarla, casi desatamos todo para quedarnos un día más.
Luego de tan linda despedida nos fuimos hasta la ciudad de Bonito donde nos esperaba Ademir para pasarnos algunos datos de Corumbá ya que allí nos esperaba otro motociclista, cuando llegamos él no estaba así que lo esperamos un rato atrasando un poco nuestra salida y ya tan temprano empezó a sentirse muy fuerte el calor.
Al rato llego Ademir, nos pasó los datos, nos despedimos y salimos hacia Corumbá, el camino realmente hermoso atravesando todo el pantanal, teniendo la suerte de ver muchísimas aves y hasta una serpiente Anaconda de no menos de 2 metros de largo, todo increíble para nosotros, lo único malo era el insoportable calor que hacía que quisiéramos parar seguido en cualquier sombra que encontrábamos a hidratarnos y dejar que la moto se le enfríen un poco las cubiertas que parecía que se iban a derretir.
Para la tarde ya estábamos en Corumbá donde nos encontramos con Sergio, Lobos Estradeiros. En un principio íbamos a buscar quedarnos en un camping o en un hotel barato ya que al otro día pensábamos irnos para Bolivia, cabe aclarar que Corumbá es justo la frontera con este país.
Al final Sergio nos dijo que podíamos ir a su casa, pero no sin antes pasar a conocer a un icono del motociclismo también ciudadano de Corumbá, el Viejo do Rio, quien tiene un moto bar en su casa y sobre todo una buena onda increíble.
Luego de esto llegamos a casa de Sergio, no hicimos más que llegar y ya nos regaló un portaherramientas para la moto que nos vino barbaro, en ese mismo momento nos pusimos a colocarlo quedando de maravillas.
Ahí conocimos a su señora a su nieto y a sus suegros, todos nos trataron bárbaro, compartimos la cena, nos dimos un baño y nos fuimos a dormir.
Al otro día junto a Sergio y su familia fuimos a la frontera Brasil-Bolivia a hacer los trámites para nuestra partida que sería el día siguiente. Primero hicimos la salida de Brasil y luego sin hacer la entrada a Bolivia nos fuimos a recorrer todos juntos el primer pueblo, Puerto Suarez, el cual tiene un rio hermoso, con un muelle donde uno puede meterse vario metros adentro del agua, la gente desde ese muelle saltaba al agua dándonos unas ganas bárbaras de hacer lo mismo, lástima que teníamos que ir a  hacer trámites a la frontera Boliviana.
Dejamos este hermoso pueblo para volver al infierno de calor y de gente en la frontera, este es el primer país donde hay que hacer bastantes trámites para el ingreso, digamos que en Brasil y Paraguay es más informal, pero aquí no, te miran todo, hay largas colas y todo lleva su buena cantidad de tiempo.
Así que armándonos de paciencia hicimos la cola para hacer nuestro ingreso a Bolivia y luego ya con los papeles firmados y sellados nos fuimos a hacer la importación temporal de la moto en la cual te controlan hasta el número de chasis.
Luego de esto volvimos a casa de Lobo, donde almorzamos algo y nos fuimos a dormir una siesta para luego armar la moto y salir al otro día.
A la tardecita ya habíamos descansado y teníamos todo listo para salir, así que junto a Lobo y su nieto Luis Miguel nos fuimos a conocer el cristo de Corumbá, su plaza, el puerto y demás lugares típicos, acompañados de unas buenas cervecitas ya que hacía mucho calor.
Al volver a su casa cenamos todos juntos y nos fuimos a dormir bien temprano ya que al otro día teníamos un largo día de ruta.
28 de Septiembre: como habíamos planeado a las 4 a.m. nos levantamos, nos comimos una fruta y luego nos despedimos de Lobo para salir a la ruta mientras se iba haciendo de día, a esa hora pasamos la frontera Brasilera y Boliviana y nadie nos controló nada, pasamos como si nada.
Unos km más adelante nos paró la policía y como nos habían dicho tantas cosas malas teníamos un susto que ni les cuento, pero contrario a nuestras predicciones el policía miro mi registro cedula verde y nos deseó buen viaje, así que más relajados continuamos el trayecto teníamos casi 700 km hasta Santa Cruz de la Sierra donde nos esperaba Manuel Rivero, fuimos los primeros 350 km en medio unos paisajes hermosos, pasando por algunos lugares que debimos habernos quedado, pero como nos esperaban en Santa Cruz seguimos de largo. Después de esos 350 km se vinieron otros 350 con poco paisaje y muchísimo calor, costo bastante ya que los hicimos en las peores horas, vuelvo a pensar que debimos haber parado en algún lugar y hacer noche pero las cosas pasan por algo así que por algo seguimos hasta Santa Cruz, llegando a eso de las 3 de la tarde con un calor que ya no aguantábamos más nada, ni el tráfico, ni los semáforos ni a nosotros, para el que no conoce, esta es la ciudad más poblada de Bolivia y sobre todo muy moderna, muy linda, sobre todo de noche cuando el transito disminuye.
Ni bien llegamos nos quedamos en la cuadra donde vive Manuel, pero no teníamos la dirección exacta por lo que preguntando nos dijeron donde era y allí fuimos a golpear la puerta, él no se encontraba en ese momento pero si su madre la cual nos invitó a pasar a tomar agua, nos ofreció para bañarnos y también un plato de comida, la verdad que muy sorprendidos con este gesto entramos a su casa a charlar con ella. Manuel se encontraba en el rio con sus amigos también motociclistas, lo llamamos por teléfono y nos pusimos de acuerdo para encontrarnos allí.
Al rato de llegar y de entablar mucha buena onda con todos conocimos a Franccesco, un italiano que vive en Bolivia hace unos cuantos años y que habla muy bien el español, el mismo nos ofreció que podíamos dormir en su casa así que junto a todo el grupo cuando se hizo la noche fuimos todos a lo de Franccesco, nos tomamos unos cuantos fernet y después nosotros nos fuimos a dormir temprano ya que no dábamos más, ellos siguieron.
En Santa Cruz nos quedamos 8 días ya que el mismo Franccesco nos consiguió trabajo de meseros en un restaurante/boliche pero dicho trabajo era el viernes y recién estábamos a lunes.
Así que aprovechamos el lunes para descansar quedándonos en la casa todo el día, no somos de ciudad y no nos gustan mucho así que ya tendríamos tiempo de conocerla.
En esa semana hicimos de todo ya que una noche fuimos  a la pizzería de Paolo, primo de Franccesco, también italiano y motociclista con el cual nos divertimos mucho ya que él no habla tan bien español como Franccesco, pero a pesar de eso nos cayó muy bien, un capo Paolo.
También en Santa Cruz conocimos a los trillizos de Franccesco y también a sus padres, compartimos algunos almuerzos con ellos que también nos cayeron de maravillas ya que son unas grandes personas estos tanos, los vamos a extrañar a los nonos, a los nenes y también a Franccesco que nos ha tratado como de su familia los días que estuvimos.
Franccesco además del trabajo de meseros le ofreció a Paula para cuidar a sus hijos durante un día completo cosas que aceptamos con todo gusto.
El miércoles fuimos a encontrarnos con varios grupos de motociclistas, acompañados por Manuel, y otros chicos que habíamos conocido en el rio el primer día, el motivo de encontrarnos con todos estos grupos, era para seguir conociendo gente y también por la solidaridad de Manuel que hablo con todos para que nos ayuden comprándonos calcos y parches, dicho sea de paso vendimos un montón y también hicimos nuevos amigos ya que fuimos entrando en confianza de a poco. Todos juntos nos tomamos unas cervezas por ahí y también junto a Franccesco, Paolo y 2 amigas de ellos luego  nos fuimos a un boliche a hacer nuestra primer salida de noche en el viaje, nos tomamos unas cuantos fernet y volvimos de día a casa de Franccesco, la pasamos realmente bien conociendo esta parte de ciudad y noche de Bolivia que realmente no estaba en nuestro planes.
Esa noche habíamos conocido a José Luis, propietario de las hamburguesas cuadradas, un clásico aquí en Santa Cruz quien nos invitó para que fuéramos al otro día a degustarlas, así que ante tan tentadora oferta allá fuimos, la verdad que increíbles la hamburguesas ya que cuentas con muchísimos ingredientes como ají, salchicha, panceta, choclo, lechuga y algunas cositas más que no me acuerdo. Además de la excelente cena que nos invitaron también junto a su señora y su hija nos llevaron a una feria típica de que se hace en el mes de Septiembre la cual tiene muchas comidas típicas y se destaca por tener muchas cosas en miniatura, desde botellitas y fajos de dinero hasta un paquete de arroz en tamaño minúsculo. En ese lugar José nos hizo unos cuantos regalos para llevarnos de recuerdo. Luego del paseo volvimos a casa de Francesco a dormir ya que al otro día debíamos trabajar por 13 hs seguidas.
Al otros día entramos a las 4 de la tarde al restaurante a armar todas las mesas y preparar el lugar para la noche, aquí a las 7 de la tarde la gente ya empezaba a sentarse para cenar y a las 8 ya la música estaba al tope de sonido, con bandas en vivo y muchísima gente bailando y tomando en cantidades exorbitantes, además de seguir sirviendo comidas durante toda la noche. A ese ritmo estuvimos hasta las 3 a.m. donde empezó a calmarse un poco y entre todos los mozos nos pusimos a ordenar todo, con Pau ya no dábamos más, la falta de costumbre hizo que nos doliera todo pero bueno, bienvenido sea el trabajo para continuar con esta aventura, a eso de las 5 ya estaba todo listo y nos volvimos a casa a darnos una ducha y acostarnos lo más rápido posible ya que antes del mediodía habíamos acordado cuidar a los trillizos.
Así que a las 10 y media nos levantamos, de nuevo una ducha de agua fresca para despabilar y a casa de los padres de Franccesco a encontrarnos con los nenes, Leonardo, Aurora y Franccesca por suerte para nosotros y sobre todo para Pau estos chicos unos verdaderos santos, nos divertimos mucho juntos y también acompañados por sus abuelo que prepararon un almuerzo y cenas espectaculares, para nosotros muy rico todo ya que la cocina italiana es muy parecida a la argentina, ya lo habíamos notado las veces anteriores que fuimos a comer.
Paula ese día se encargó de bañar a los 3 y luego los llevamos al parque, comimos helado y jugamos mucho hasta dormirnos los 5 todos juntos en una habitación
5 de Octubre: nos levantamos bien temprano y mientras Pau cumplía sus últimas horas de trabajo yo me fui a lavar la moto y hacerle el cambio de aceite para salir al otro día hacia Samaipata.

Cuando estaba terminando de hacerle todo a la moto, llego Pau y almorzamos juntos unos sándwich de jamos y luego nos fuimos a dormir una siesta, después de descansar nos pusimos a armar la moto para dejarla lista para salir al otro día. EMPIEZA LA RECORRIDA A BOLIVIA!!

miércoles, 1 de octubre de 2014

CAPITULO 10

19 de Septiembre: Nos levantamos y teníamos ganas de seguir haciendo algo así que Manuel compro todo para hacer unas milanesas y Pau se puso a cocinarlas, comimos todos juntos y contentos ya que estaban exquisitas.
El día estuvo bastante feo así que nuevamente nos quedamos en la casa de Manuel sin mucho para hacer. A la noche llego un amigo de Manuel que trajo un vacío así que a prender el fuego para hacerlo a la parrilla, esta vez el que cocinó fue Manuel, como siempre todo le sale rico, además del vacío hizo unos brochets de hígado y corazón que estaban para chuparse los dedos, acompañados de unas botellas de vino y muchas charlas como siempre, quedándonos hasta tarde todos juntos.
20 de septiembre: Nos levantamos bien temprano para ir hasta Iguazú a buscar la encomienda que estábamos esperando hacia unos cuantos días. Llegamos a Iguazú retiramos la encomienda e hicimos las llamadas a nuestras respectivas familias antes de abandonar la Argentina por última vez quien sabe uno hasta cuándo.
En menos de 2 horas ya estábamos de vuelta en Ciudad del Este donde nos pusimos a armar la moto muy tranquilos para salir al otro día bien temprano, mientras alistábamos nuestras cosas se nos acercó Dara, la hija de Yohana con un regalito para nosotros, un mono de peluche para que nos acompañe en nuestro viaje así que ahí nomás lo agregamos a nuestro equipaje.
Al rato vino Manuel con sus calcomanías recién hechas (la primera vez que las hace) así que tuvimos el honor de ser los primeros viajeros en recibirlas, automáticamente fuimos hasta la moto a buscarle un lugar donde pegarla.
A la noche cenamos todos juntos tomándonos unos vinitos por última vez en Ciudad del este junto a Manuel y Yohana, como siempre divirtiéndonos mucho, después de la cena nos fuimos a acostar ya que al otro día íbamos a salir bien temprano porque teníamos poco más de 600 km hasta Pedro Juan Caballero.
21 de Septiembre: Nos levantamos a las 5 de la mañana, desayunamos algo y nos vestimos para salir, por suerte ya habíamos dejado todo listo, solo había que despedirse de Manuel y Yohana y salir a la ruta, a las 6 ya estamos rodando muy tranquilos hacia casa de Sabino y Ángela en Pedro Juan Caballero también en Paraguay.
Como nos había recomendado Manuel hicimos el camino más largo yendo como para Saltos del Guairá, pudiendo apreciar hermosos paisajes en este país, el camino con subidas bajadas y muchas curvas, fuimos muy tranquilos por lo que nos llevó unas cuantas horas llegar pero como íbamos despacio no nos produjo tanto cansancio el viaje. Antes de llegar a Pedro Juan entramos en el Parque Cerro Corá, todo totalmente natural, casi que nos quedamos a acampar ahí mismo pero no queríamos fallarle a  Sabino que nos estaba esperando.
Por lo tanto, después del parque solo nos quedaban unos km hasta nuestro destino, al llegar vimos dentro de la casa de Sabino una Falcon gris por lo que me di cuenta que era la de Pablo Luna otro viajero Argentino que está retornando de Alaska así que nos pusimos muy contentos por poder conocerlos y también sabíamos que le íbamos a hacer miles de preguntas.
Entramos a la casa y nos recibió Ángela la esposa de Sabino ya que él se había ido junto a Pablo a comprar algo a la ciudad, así que ahí mismo mientras charlábamos ella nos preparó unas croquetas y milanesas que dicho sea de paso nos vinieron muy bien ya que habíamos pasado todo el viaje a mate y frutas únicamente jaja.
Al rato llego Pablo y Sabino y empezamos a charlar y conocernos, nos dijo que no hacía falta que armáramos carpa que había una habitación para nosotros así que nos acomodamos nos duchamos y a la nochecita nos sentamos todos juntos a seguir charlando y comer una picada que había preparado Ángela.
Al otro día Sabino nos llevó al shopping cosa que no nos gusta ni un poquito pero allá fuimos jaja, acompañados de Pablo sin parar de charlar sobre su viaje y experiencias en los 2 años y 8 meses de travesía.
Por la noche fuimos a comprar una pizzas con Pablo y Sabino, las más caras de nuestras vidas y también las más raras ya que el que pidió fue Sabino y al abrir la caja solo había una con queso, el resto era con carne, cosa rara si las hay.  Comimos las pizzas que al tener el ingrediente carnívoro era realmente una bomba así que con la panza bien llena nos fuimos a dormir.
23 de Septiembre: nos levantamos temprano y Sabino nos llevó en su auto a  hacer los trámites para nuestra salida del Paraguay y entrada a Brasil así al otro día solo tendríamos que subirnos a la moto y partir, hicimos todo bastante rápido y luego junto a Pablo nos fuimos a recorrer un poco la ciudad y a sorprendernos con sus precios, todo realmente barato, cayendo en la tentación de comprar un nuevo bolso para la moto ya que el que estábamos usando a pesar de ser de una excelente calidad no nos era cómodo para sacar algo en particular de adentro ya que se llenaba tipo cilindro, ya con el bolso nuevo y con la idea de poder el viejo, que también es relativamente nuevo volvimos a los de Sabino donde nos esperaban con el almuerzo.
Después del almuerzo ya nos fuimos a armar la moto para salir al otro día y probar cómo funcionaba el bolso nuevo, por suerte después de un rato ya teníamos todo listo quedando muy contentos con la compra, ahora nos quedaría pendiente encontrar el lugar donde vender el bolso que veníamos usando hasta ese momento pero ya encontraríamos oportunidad.
A la noche cenamos todos juntos y a dormir para salir temprano al otro día.
24 de septiembre: Nos levantamos antes de las 6 desayunamos junto a Pablo, un café con leche y sándwich de jamos y queso preparados por Sabino y Ángela y partimos junto hasta la estación de servicio, tanqueamos las motos y nos despedimos ya que Pablito estaba volviendo para Argentina.
El cielo estaba bastante negro pero hacía un calor impresionante por lo que decidimos viajar sin ponernos lo trajes de lluvia. Al rato como lo esperábamos ya estaba lloviendo a cantaros, por suerte seguía el calor así que digamos que se disfrutaba de la lluvia que duraba unos minutos, paraba otros y volvía a arrancar, fuimos por un camino realmente hermoso en las sierras Brasileras con mucha vegetación a sus lados, animales, tucanes y todo tipo de cosas, siempre acompañados por la lluvia y por el calor. Nuestro destino era Bonito a unos 350 km aproximadamente así que fuimos muy tranquilos a una velocidad bastante lenta pero que nosotros la disfrutamos mucho ya que se puede apreciar todo de otra manera.
Al llegar a bonito fuimos a averiguar por un camping y para nuestro presupuesto todo estaba muy caro así que nos quedamos dando unas vueltas ya que Sabino nos había pasado el dato de Ademir que nos esperaría a las 3 de la tarde, pero como habíamos salido bastante temprano eran solo las 11 de la mañana y el calor era impresionante. En eso estábamos parados con la moto tratando de conseguir unas frutas o algo fresco y económico, y apareció un señor en su bicicleta, obviamente hablando en portugués preguntándonos sobre nuestro viaje, como pudimos nos fuimos entendiendo a tal punto que Walmir, así se llamaba nos invitó a su casa para hacer tiempo hasta encontrarnos con Ademir. Al llegar a casa de Walmir nos ofreció un lugar donde poder darnos un baño para refrescarnos ya que la temperatura oscilaba los 35 grados. Terminamos de bañarnos y para nuestra sorpresa nos estaba esperando con un plato de comida para cada uno, muy agradecidos nos sentamos los 3 a comer y mientras pasaba el tiempo cada vez nos entendíamos más, el nuestro castellano y nosotros su portugués.
Después de almorzar nos pusimos a jugar al ajedrez y charlar hasta que llegó la hora de encontrarnos con Ademir así que nos fuimos a la plaza donde habíamos arreglado vernos, en un rato él ya estaba ahí y nos hizo seguirlo hasta su casa. Sinceramente con Ademir nos costó muchísimo más entendernos pero si nos dábamos cuenta de que nos quería ayudar, primero el entendió que nosotros estábamos buscando un hotel o camping cosa que no era así ya que estaba muy caro, además para ese entonces ya teníamos la oferta de Walmir de quedarnos en su casa. Como pudimos nos fuimos entendiendo de a poco hasta que nos dijo que podíamos armar la carpa en el patio de su casa y que mientras nos tomáramos un café junto a su esposa. Mientras ella preparaba el café llegaron Victoria y Oscar, amigos de Ademir, ellos unos señores de unos 60 y tantos años, además de la buena onda que tenían, también entendían bastante bien el español así que cuando llegaron nos pusimos a charlar un poco más y ellos le traducían a Ademir que de a poco iba entendiendo mejor como era el estilo de nuestro viaje, hasta donde pensamos llegar y como lo vamos haciendo, o sea, trabajando, vendiendo calcos y parches y haciendo lo que surja para seguir adelante.
Mientras charlábamos nos comentaron que para conocer el rio también había que pagar si o si ya que todo está privatizado en Bonito y la verdad que era demasiado costoso para nuestro presupuesto, nos agarró un poquito de desilusión y Victoria y Oscar al notar esto nos dijeron que ello Vivian en una chacra a unos 12 km de la ciudad por camino de tierra la cual se encontraba en medio de la naturaleza y a pocos metros de su casa pasaba el rio con pequeñas cascadas.
Así que después del café y tras aceptar la invitación de ellos, los seguimos detrás de su auto y allá nos fuimos, a medida que íbamos haciendo los km íbamos adentrándonos en bosques con mucha vegetación, acompañados de un excelente atardecer.
Al llegar para nuestra sorpresa Victoria nos llevó hasta un cuarto donde dormiríamos y nosotros pensamos que deberíamos armar la carpa, así que muy contentos por el lugar y por cómo nos trataba esta gente empezamos a bajar nuestras cosas para después sentarnos al lado de ellos a disfrutar del increíble paisaje y de la tarde que de a poco se iba haciendo noche.
Luego cenamos todos juntos bien temprano y nos fuimos a dormir al otro día habría tiempo para conocer el rio y disfrutar bastante del lugar.