SEGUINOS EN FACEBOOK!

lunes, 22 de septiembre de 2014

CAPITULO 9

9 de Septiembre: Nos despertamos en el hotel, y nos quedamos ahí hasta después del almuerzo ya que venía Ema para ir a recorrer algo de Iguazú, fuimos a conocer un poco la zona, caminos del lugar y también entramos a La Aripuca, la cual es una réplica de una Aripuca, una especie de trampa para aves, pero lo llamativo de esto es q dicha replica está hecha en un tamaño inmenso, todo con maderas autóctonas de la zona, la verdad que muy lindo y un lugar con mucha naturaleza. Luego de este lugar seguimos haciendo caminos en moto hasta que se nos hizo la tardecita, Ema se fue a su casa y nosotros al hotel, como estábamos cansados compramos para hacer unos sándwich ya que no había ganas de cocinar. Después de cenar nos fuimos a dormir temprano ya que al otro día iríamos a Cataratas.
10 de Septiembre: Nos levantamos súper temprano ya que sabíamos que deberíamos dejar la habitación este día, la idea era preparara todo, dejar algunas cosas en el hotel y luego ir a pasar el día a Cataratas antes de irnos a lo de Manuel en Ciudad del Este, Paraguay. Así que armamos todo, dejamos en el hotel el bolso, carpa y bolsas de dormir y nos fuimos con Ema a Cataratas, el lugar por el cual tanto habíamos esperado, al cual llegamos después de un mes y pico de viaje, a un ritmo muy tranquilo y siempre haciendo amigos en el camino. Muy contentos de todo lo vivido hasta este momento, nos fuimos a conocer una de las maravillas del mundo. Que decir de Cataratas, todo fue fabulosamente a la perfección, al llegar gracias a Ema pudimos entrar gratis, así que re contentos ya adentro del parque comenzamos a caminar guiados por Ema, quien nos iba explicando algunas cosas, cuando empezamos a escuchar y a ver los primeros Saltos no podíamos creerlo, nos sacamos miles de fotos. Sabíamos que no íbamos a poder apreciar de cerca la Garganta del Diablo (el salto más grande de la zona) ya que en la última crecida el rio había arrasado con las pasarelas por dónde camina la gente y aún siguen arreglándolo. Pensábamos en que era una lástima no poder verla ya que por comentarios sabíamos que era imponente, así que como nos habíamos ahorrado lo de la entrada fuimos a averiguar para subir al gomon, que te lleva hacia el mismo salto, solo que por el agua y haciendo una aventura espectacular. Para nuestra sorpresa al llegar a donde debíamos averiguar, Ema se encontró con un familiar y no sé cómo, consiguió que nos dejen subir gratis a los 3 al gomón, no lo podíamos creer, así que allá fuimos más contentos que tortuga con rueditas!! Llegamos a el lugar de donde zarpaba el gomon nos pusimos nuestros chalecos y esperando a que la gente que había subido antes que nosotros se baje, nos cruzamos a los alemanes que habíamos visto en los Saltos del Moconá, estaban empapados pero muy felices, así que fotos abrazos y nosotros arriba del gomon que era nuestro turno. Increíble lo pequeño que siente uno en estos lugares, tanta agua, tanta fuerza de la naturaleza y uno teniendo la posibilidad de estar ahí en el medio, el gomon literalmente se mete debajo de las Cataratas de agua que trasladan millones de litros por segundo, que felicidad. Después de esto ya estábamos muy cansados así que nos pusimos a tomar unos mates y nos comimos unos sándwiches que nos habían quedado, después de esto decidimos volver al hotel para agarrar nuestras cosas e irnos a Ciudad del Este, con Ema que se había ofrecido a acompañarnos. Ya era de tardecita y teníamos todo atado a la moto, en menos de una hora hicimos el trayecto a Ciudad del Este, al llegar a la frontera paraguaya lo conocimos a Manuel, un símbolo entre los viajeros ya que ha recibido a muchos en su casa y de muy buena manera. Junto a Manuel fuimos a hacer nuestra entrada al país, esta era la primera vez que hacíamos este trámite ya que las demás veces que habiamos cruzado frontera había sido por un rato nomas y este trámite no fue necesario. Así que ya con nuestro permiso para estar 90 días en Paraguay nos fuimos tranquilos a casa de Manuel, junto a Ema que nos siguió acompañando esa noche. Al llegar lo conocimos a Juan, un motero de Colombia que está viajando en Suzuki 110 cc, también estaba Yohana, la señora de Manuel, junto a su hija Dara, y a su vez el hijo de Manuel, Marcos, junto a su novia Florencia. Manuel nos dijo si queríamos acompañarlo hasta un bar donde había una reunión de un grupo de motos de acá, Los Ángeles Rebeldes, así que allá fuimos, junto a Ema y Juan. Al llegar conocimos a este numeroso grupo y sus hermosas maquinas, todas motos de alta cilindrada, unas hermosuras! Nos dieron la bienvenida y tras una charla entre ellos nos invitaros a acompañarlos a Puerto Iguazú, ya que iban a cenar con un grupo de motos de allá.. Jaja recién veníamos y ya nos volvíamos para Argentina, aceptamos gustosos y allá fuimos todos juntos en una caravana interminable de motos. Llegamos a un resto bar en Iguazú donde comimos picada y pizzas, nosotros estábamos muertos del largo día pero la pasamos realmente bien. Después de medianoche emprendimos la vuelta todos juntos. Al llegar nos quedamos en casa de Manuel charlando un rato y tomando unas latas de cerveza, luego a dormir como angelitos ya que Manuel nos había dado habitación con cama, un genio.
Al otro día descansamos, aprovechamos la cama y la comodidad que nos hizo sentir Manuel, así que dormimos bastante, las Cataratas, más el viaje, reunión con los Ángeles Rebeldes, cerveza y demás nos habían dejado muertos. Después actualizamos la página de Facebook, bitácora y fotos para quedar bastante al día como nos gusta.
12 de septiembre: Nos fuimos cerca del mediodía a Puerto Iguazú, a retirar al correo unas herramientas que nos había mandado mi mama, de paso pasamos por la estación de servicio y ya llenamos el tanque y el bidón ya que en Argentina la nafta es mucho más barata que en Paraguay. A la noche junto a Manuel y Yohana nos fuimos al bar de Marcos, DC8 Moto-Bar, un lugar con mucha buena onda y unas cuantas motos antiguas en exposición, allí nos tomamos unas cuantas botellas de vino, muy divertida estuvo la noche y muy productiva ya que al contarle a Manuel que nosotros trabajamos de mozos en Argentina, nos dijo que su hijo iba a necesitar mozos para la noche siguiente que era sábado, así que habíamos conseguido trabajo.
13 de Septiembre: Lo ayudamos a Manuel a limpiar la pileta y aprovechando el tremendo calor que hacía estuvimos disfrutando de ella hasta que llegó la hora de ir a bañarse para ir a trabajar. El día laboral arranco muy tranquilo a partir de las 4 de la tarde ayudando en un cumpleaños infantil que se organizó en el bar, unos cuantos chicos pero acompañados de sus padres, nuestra función fue serviles las bebidas y comidas a toso, estuvo muy divertido, ya a la tardecita los chicos se empezaban a ir porque el cumpleaños finalizo y de a poco iba llegando la gente grande al bar donde se sirven picadas y esa noche tocaban unas bandas de rock por lo que se notaba bastante movimiento, así que ahí se puso lindo y empezamos a movernos atendiendo junto a chiqui otro que estaba haciendo un trabajo parecido al nuestro pero con más experiencia en el lugar, un capo chiqui!! La noche fue pasando y el trabajo lo llevamos de lujo para nuestra forma de ver, no solo nos sirvió económicamente sino que verdaderamente la pasamos muy bien.
14 de Septiembre: Nos acostamos bastante tarde y bastante tarde también nos levantamos, almuerzo y a disfrutar un poco del sol y la pileta, junto a Dara. A la noche cenamos acá en lo de Manuel y sin mucho más que hacer nos fuimos a dormir ya que al otro día iríamos todos juntos al centro a aprovechar los precios de acá y hacer algunas compras.
15 de septiembre: Nos levantamos bien temprano y junto a Manuel y Yohana nos fuimos al centro ya que esos nos iban a saber asesorar y llevar al lugar justo para comprar algunas cositas que andábamos necesitando sin dar demasiadas vueltas. Compramos una cubierta trasera para la moto, unas galochas para poner sobre el calzado cuando llueve, de excelente calidad y un precio baratísimo y lamparitas de repuesto para la moto, todo baratos así que contentos nos volvimos a casa, lo único que nos preocupaba era que no habíamos podido cambiar la campera de Pau, ya que la que nos mandó Stanley le quedaba grande y como no la había estrenado aun, intentamos cambiarla aquí en Ciudad el Este para no molestar a la gente de Stanley nuevamente, pero al final tuvimos que hacerlo ya que nuestra última carta era hablar con ellos ya que nos daba un poco de vergüenza pero en esto estaba nuestra seguridad de por medio ya que a Pau las protecciones le quedaban en cualquier lado. Solo le comentamos a Stanley la situación y nos dijo que le hubiéramos avisado antes que no había ni un solo problema en cambiarla así que arreglamos que nosotros le mandábamos la que le quedó grande y ellos nos mandaban una en el talle de Pau. Este tema de la campera nos puso contentos ya que habíamos solucionado el problema, lo único que esto atrasaba un poco la continuación de nuestro viaje pero por suerte en lo de Manuel estábamos muy bien y lo bueno es que uno siente que no está molestando ya que todos los días compartimos muchos ratos juntos, y lo pasamos muy bien.
16 de Septiembre: después de almorzar en lo de Manuel fuimos al taller de DC8 Moto-Bar ya que el día que estuvimos trabajando nos ofrecieron darnos el aceite para el cambio de la moto. Pedí las herramientas, trapo, aceite y todo lo necesario y en un ratito ya estaba el cambio hecho por nosotros mismos, teníamos para tirar unos cuantos km más dándole un poco de mimos a la moto que ya le tocaba. A la noche Manuel como siempre nos esperó con una exquisita comida, no solo nos da un excelente lugar en su casa sino que también nos cocina cosas muy ricas y muchas cosas que nosotros en Argentina no comemos así que probando día a día cosas buena y tratando de algún día poder cocinar nosotros para que prueben algo nuestro jaja
17 de Septiembre: nos levantamos temprano y nos fuimos a conocer la represa de Itaipú, esta es la represa con mayor producción de energía en todo el mundo, una obra realmente gigante y muy bien pensada. Acá es todo absolutamente gratuito, primero te muestran una película en una sala de cine, luego te llevan en un colectivo explicándote todo mientras se recorre la represa pudiendo bajar a sacar fotos, y también hay muchísimas cosas para visitar como museos, reservas naturales y zoológico. Luego de la represa elegimos ir al zoológico de Itaipú ya que nos quedaba de paso en nuestra vuelta a Ciudad Del Este, allí conocimos especies que no habíamos visto hasta el momento como el Yaguareté, Monos, Tucán y Papagayos, todos realmente hermosos. Por la tarde la idea era ir hasta Iguazú a retirar la encomienda para emprender viaje hasta Pedro Juan Caballero al otro día pero la encomienda nunca llegó, así que tuvimos que avisarle a Sabino, ña persona que nos esperaría al otro día en Pedro Juan Caballero que no íbamos a llegar, la salida se iba retrasando pero todo pasa por algo, además de que seguíamos pasándola bien en lo de Manuel.
18 de Septiembre: llovió el día entero por lo que nos dimos cuenta que de todas maneras no nos hubiésemos ido, así que sin poder hacer nada pasamos el día dentro de la casa, a la noche nos pusimos a preparar unas pizzas, las cuales las acompañamos de fernet con coca junto a unos amigos de Manuel. Al fin un día nos tocó cocinar a nosotros..

lunes, 8 de septiembre de 2014

Fotos de la provincia de Misiones

Fotos de la provincia de Corrientes

Fotos de Santa Ana, Entre Rios!

Fotos de Entre Rios

viernes, 5 de septiembre de 2014

CAPITULO 7

28 de Agosto: nos despertamos en el camping, el día estaba increíble así que decidimos que pasaríamos una noche más allí. Estuvimos todo el día a la orilla del rio, escuchando y viendo las cascadas mientras tomábamos un poco de sol relajándonos al máximo. Recién a la tardecita dejamos el rio para ir hasta el mercado a comprar unos churrascos para hacer a la parrilla a la noche, prendimos el fuego y comimos bien temprano, no muy tarde ya estábamos durmiendo. 29 de Agosto: nos levantamos temprano y lo llamamos a Rafael, amigo del pastor José quien muy amablemente nos esperaba esa noche en su casa en El Soberbio, como eran solo 50 km hasta allí decidimos que saldríamos después del mediodía, disfrutando así nuestras ultimas horas a orillas del rio. Después de una par de horas al sol empezamos a armar la moto para continuar nuestro viaje, a eso de las 5 de la tarde ya estábamos en El Soberbio, primero fuimos a conocer el pueblo, cargar nafta, calibrar las cubiertas para continuar al otro día y hasta nos tomamos unos mates observando el majestuoso Rio Uruguay. Después de los mates lo llamamos a Rafael y nos encontramos para ir hasta su casa, muy amable este hombre que nos recibió sin conocernos y sin saber nada de nosotros más que lo que el pastor José podía haberle contado por teléfono cuando lo llamó. Armamos la carpa en el fondo de la casa y más tarde nos fuimos hasta el mercado a comprar un poco de carne para agregarle al guiso que estaba haciendo Rafael. Compartimos la cena junto a él, su señora y su cuñado, realmente le salió muy bueno el guiso. Apenas terminamos de cenar, aunque era bien temprano nos fuimos a dormir ya que al otro día saldríamos para Moconá bien temprano a conocer sus saltos. 30 de Agosto: Nos levantamos a eso de las 7 am y mates de por medio fuimos desarmando campamento para irnos. Mientras atábamos todo a la moto se acercó Rafael brindándonos una taza de café con leche a cada uno con unos panes con dulce de leche, todo realmente riquísimo. Esta era la primera taza de leche en nuestro viaje así que la disfrutamos muchísimo. Después de este desayuno nos sacamos una foto junto a Rafael y Patricia y salimos rumbo a Moconá muy tranquilos ya que solo eran 80 km y la idea era pasar la noche allí, pero para nuestra sorpresa no iba a ser así ya que al llegar a Moconá fuimos al único camping que había y el precio era realmente elevado, comparable con el precio de un hotel con la diferencia que el precio era solo para armar la carpa, UNA LOCURA. Pensamos en armar la carpa al costado de la ruta pero preguntando nos dijeron que nos echarían ya que la única opción para acampar era este camping con sus súper precios. Esto nos cambiaba realmente los planes y no sabíamos que íbamos a hacer. Como habíamos ido a Moconá por sus saltos empezamos por el principio y nos dirijos al parque para conocerlos, ya veríamos donde pasábamos la noche, siempre algo bueno aparece. Llegamos al parque y como era de imaginar todo es dinero, averiguando allí dentro después de pagar la entrada al parque nos dijeron que con la entrada no se podían ver los saltos, que esa entrada era solo un seguro para estar allí dentro protegido en caso de que te pase algo, no nos gustó nada esto ya que nos choca mucho la idea de tener que pagar por conocer cosas que la naturaleza nos “regala” y el hombre siempre encontrando su negocio. La cuestión era que para observar los saltos había que pagar un gomon de un precio demasiado excesivo para nosotros, cosa que no podíamos pagar ya que como sabrán vamos justos con la plata, entonces recurrimos al poder de convencimiento del viajero, contándoles a los empleados del parque sobre nuestro viaje y sobre todo contándoles sobre el estilo de viaje y nuestras posibilidades económicas. De tanto charlar conseguimos que solo nos cobren a unos de los 2 para subir al gomon por lo que agradecemos mucho y “solamente” a los empleados del parque ya que quien lo maneja seguramente se esté llenando los bolsillos día a día con nuestras ganas de conocer los paisajes que están desde siempre. Una lástima que esto sea así aunque sabemos que es algo que pasa en todos lados, impidiendo a la gente que tiene muchos menos recursos que nosotros poder conocer este tipo de cosas, como somos bastante discutidores planteamos esta situación delante de todos sugiriéndoles que den la posibilidad a todo el mundo al menos una vez a la semana para que puedan conocer gratis esta maravilla natural, ya que hablando con la gente de allí de cerca nos dimos cuenta que la mayoría no conoce estos increíbles saltos a pesar de estar a pocos km de alli y todo debido a los costos, una verdadera lástima que el capitalismo deje de lado a cierto sector de la sociedad, mucha tristeza nos genera y no pudimos no decirlo. La cuestión es que renegando pagamos la vuelta en gomon y allá fuimos, olvidándonos del tema dinero comenzamos a disfrutar de esto que habíamos soñado con conocerlo desde hace rato, realmente vale la pena y nos produjo una felicidad y satisfacción casi inexplicable, son esos lugares donde uno se siente realmente chiquito, muy imponente haber navegado por allí viendo esa inmensidad, sacamos miles de fotos e hicimos algunos videos donde nuestras caras estaban deformadas de tanta felicidad. Antes de subir al gomón nos encontramos con una pareja de viajeros alemanes, quienes andaban en un motor home pero hasta Moconá habían ido en una moto scooter bien chiquita, unos genios. En un inglés básico de ambos pudimos entendernos perfectamente hablando por unos cuantos minutos y hasta pudiéndoles explicar sobre nuestro viaje y sobre la forma de solventarnos por lo que muy amablemente accedieron a comprarnos un parche bordado sumándose a nuestro sueño. Después el gomón nos pusimos la ropa para subirnos al moto y tuvimos que decidir entre volver a El Soberbio por asfalto haciendo muchísimos km de más para seguir luego hacia el norte, o hacer una ruta de ripio a San Pedro la cual nos habían dicho que estaba medianamente transitable. Elegimos la segunda opción ya que solo eran unos 80 km y hacia el camino mucho más directo para seguir rumbo norte como era nuestra idea. Paramos en un kiosco a comprar un paquete de arroz para tener algo por las dudas de que nos agarre la noche o tuviésemos algún imprevisto en el camino. Este camino atravesaba la Biósfera Yabotí con unas subidas y bajadas muy empinadas, sumándole a esto miles de curvas y muchísima piedra suelta de todo tamaño. Durante el trayecto, en medio de la selva Misionera, vimos serpientes y monos en medio del camino, algo realmente único y sorprendente. Íbamos a un ritmo muy tranquilo y con precaución ya que el camino tenía un grado de dificultad importante, tal es así, que en una subida escuchamos que venían unas motos detrás y por el ángulo de la pendiente que veníamos subiendo no las podía ver por los espejos, tal es así que cuando comenzó la bajada, empinada y de piedra suelta quise correrme a un lado para darles paso, pero la piedras hacían que no pudiera frenar, yendo la moto para donde se le antojaba y haciéndose casi incontrolable al punto de que se nos tumbó cayéndose la moto al piso, para nuestra suerte nosotros estábamos intactos y las motos que venían atrás no solo nos ayudaron a levantarla sino que luego, el resto del camino lo hicieron a nuestro ritmo por si llegásemos a tener algún percance parecido. Realmente agradecidos con estos chicos ya que a pesar de que este camino lo hacían casi todos los días para ir a su trabajo pudiéndolo haberlo hecho muchísimo más rápido que siguiéndonos a nosotros, no dudaron un segundo en aminorar su marcha y acompañarnos hasta llegar a la ruta en un par de horas de esfuerzo y manejo cuidadoso. Para nuestra suerte para la tardecita ya estábamos saliendo del ripio, solo nos quedaban unos km de ruta hasta San Pedro. Al llegar allí, ya se veía venir una gran tormenta, por lo que nos pusimos a buscar un hotel ya que de paso nos vendría muy bien para descansar bien después de tan agitado día. Como San Pedro no es un pueblo turístico no había muchas opciones hoteleras en cuanto a precio ni a calidad, por lo q nos resultó bastante elevado, no sabíamos que hacer ya que el precio no ayudaba pero el clima tampoco, pero como siempre la suerte nos acompaña, estando parados en la puerta de uno de los 2 hoteles del pueblo nos encontramos a un señor en su camioneta con un tráiler donde llevaba un karting. Él nos escuchó mientras con Pau definíamos donde pasaríamos la noche y se nos acercó a preguntarnos que pretensiones teníamos para dormir a lo q le contestamos que solo por la lluvia la única pretensión sería un techo. Este señor que también estaba en San Pedro de paso, ya que al otro día su hijo correría una carrera de karting nos dijo que a ellos, todos los que estaban para la carrera de karting les habían dado unas habitaciones en la escuela agraria totalmente gratis. Así que siguiendo las recomendaciones de este señor y mediante una mentirita piadosa nos acercamos a la escuela diciendo que estábamos con la gente de los kartings y automáticamente nos dieron una habitación totalmente gratis. Ya felices y acomodados en la habitación nos fuimos a dar una ducha, el agua estaba fresca pero a caballo regalado no se le miran los dientes así que la disfrutamos y nos bañamos que ya veníamos de un par de días de falta de ducha. Salimos a comprar un poco de pan y fiambre y volvimos a la habitación donde nos quedamos descansando y escuchando música hasta que nos llegó la hora de dormir y el sueño, como habíamos imaginado después de la medianoche se largó una lluvia torrencial la cual nos hizo pensar bastante que haríamos al otro día, pero en lugar de preocuparnos nos dejamos vencer por el sueño y ruido de la lluvia durmiendo como unos angelitos y dejando para el otro día el tema de pensar como continuaría nuestro viaje.

lunes, 1 de septiembre de 2014

CAPITULO 6

24 De Agosto: Nos levantamos temprano a preparar la moto ya que al mediodía había que dejar la habitación, mates de por medio fuimos armando todo y atando cada cosa en su lugar así que en un par de horitas ya teníamos todo listo. Ya habíamos hablado con Jorge Trainer de Posadas, miembro del Club Honda Falcon y aficionado por los viajes, quien muy amablemente nos había ofrecido su casa para quedarnos un par de noches, como hasta su casa teníamos menos de 100 km decidimos con Pau disfrutar de nuestro último día en las playas de Ituzaingó. Que buena decisión tomamos! ya que el día estaba espectacular, el cual disfrutamos al máximo tomando sol y metiéndonos al agua hasta casi las 5 de la tarde. Luego del relax, volvimos a “la barca” a buscar la moto para irnos y de paso nos pegamos una buena ducha y tomamos unos mates a la sombra antes de arrancar, verdaderamente hacía mucho calor. Luego de refrescarnos a la sombra nos pusimos las camperas y los cascos y salimos a la ruta, a una velocidad crucero inferior a los 100 km/h llegamos a la casa de Jorge en Posadas muy muy tranquilos. Conocimos a sus padres, a su hijo, a su hermano y a su novia, todas unas maravillosas personas. Tomamos unos mates todos juntos conociendo un poco más a fondo las historias de esta familia viajera, Jorge viajó en su Falcon por el sur Argentino y su padre, Jorge también además de ser un apasionado por los viajes es una persona sabia como pocas, nos habló mucho sobre la historia de Latinoamérica, recomendándonos muchos lugares a conocer y no por ser más lindos o más feos sino pura y exclusivamente basados en la historia de cada lugar, que lindo poder escuchar a gente que sabe tanto y que en cada oración te deja una enseñanza. Por siempre agradecidos con la familia Trainer no solo por brindarnos un lugarcito en su casa sino por brindarnos tanta sabiduría. Luego de los mates nos fuimos con Jorge y Yesica, su novia a dar unas vueltas para conocer un poco Posadas, una ciudad grande pero a simple vista bastante tranquila y sobre todo limpia. Llego la hora de la cena y los chicos nos invitaron a comer a una pizzería en la costanera mientras hablamos mucho sobre nuestro viaje, sobre el viaje de Jorge y sobre un montón de viajes más, la pasamos realmente muy bien, divirtiéndonos mucho. En medio de la cena los chicos nos preguntaron si queríamos salir en la radio de la policía de misiones el martes a la tarde, así que al aceptar este ofrecimiento ya estábamos definiendo nuestra estadía en Posadas hasta el miércoles por lo menos. Después de comer volvimos a casa de Jorge a descansar, para nuestra suerte nuevamente nos tocó dormir en cama, la cual daba a un ventanal grandísimo pudiendo apreciar muy bien la costa de Posadas y del otro lado de rio las costas de Encarnación, Paraguay. 25 de Agosto: nos levantamos temprano y con la moto lo más descargada posible nos fuimos a San Ignacio a conocer las ruinas, hermoso lugar, el cual fue reconstruido en partes y conservado de la mejor manera. En la entrada de las ruinas conocimos bastante gente que se nos acercó a hablar al ver la moto con las calcos de la página, para nuestra suerte además de la buena onda de ponerse a charlar con nosotros también colaboraron con el viaje comprándonos calcos y parches, cosa que dicho sea de paso, nos vienen ayudando un montón desde el primer día que salimos, y que para nosotros es muy importante para poder realizar este sueño. Ya para la tarde estábamos de vuelta en lo de Jorge quien muy amablemente nos prestó todos los elementos para darle una buena lavada a la moto y también para poder limpiar y lubricar bien la cadena de transmisión que venía de zafari en los Esteros del Iberá. Así que con todos los elementos nos pusimos en la puerta de la casa a lavar y secar la moto con pau y luego una buena limpieza con gas-oil a la cadena quedando la moto de lujo para seguir viaje! 26 de Agosto: arrancamos el día con más tranquilidad ya que nuestra única obligación era ir a la tarde a la radio cosa que estábamos muy felices y ansiosos por que llegue ese momento. Pensábamos cruzar a Paraguay caminando o en colectivo para conocer algo distinto pero finalmente, ante la invitación de Jorge padre a almorzar decidimos solo ir a caminar por la costanera de Posadas ya que el día estaba bárbaro, así que con pleno sol caminamos unas horitas tomando unos cuantos mates y ya para el mediodía estábamos de vuelta en la casa de Jorge para el almuerzo. A las 5 de la tarde nos vino a buscar Yesi para ir a la radio, cuantos nervios y cuanta felicidad, nuestra primer salida en radio. Por suerte todo salió de lujo pudiendo contar mucho sobre nuestro viaje y por sobre todas las cosas pudimos divertirnos y a pesar de tener un poco de nervios lo disfrutamos un montón. Un millón de gracias a la policía de misiones por entrevistarnos. Luego de la radio volvimos a lo de Jorge ya que habíamos hablado con otro amigo de Posadas, Javier González que a su vez también es otro miembro del Club Honda Falcon. Traíamos desde casa una remera de “Nico y Paula por Latinoamérica” para el, así que esta fue la mejor excusa para conocerlo y juntarnos en casa de Jorge todos y también las 3 Honda Falcon, que lindo verlas juntas y que lindo que el viaje nos siga cruzando con tanta buena gente, ya que en el caso de Javier solo lo vimos una hora o quizás menos pero alcanzo para darnos cuenta que es un tipazo al cual seguramente volveremos a ver en algún lado y podremos compartir más momentos agradables. Cuando se fue Javier nos fuimos con Pau a la cocina a ayudar a Gladis, la mama de Jorge a preparar la cena, una hamburguesas extremadamente completas con queso, lechuga tomate y huevo, que buenas estaban! Luego de la cena nos fuimos a preparar la moto para dejarla lista para el otro día ya que partiríamos para hacer toda la ruta costera bordeando el Rio Uruguay. 27 de Agosto: Amaneció muy fresco así que retrasamos la salida la cual estaba planeada para las 8 a.m. después de tomar varios mates, Jorge padre nos hizo un repaso de todo lo que nos había contado y explicado en estos días para que nada nos quedara en el aire, como le habíamos prestado mucha atención creo que lo sorprendimos diciéndole casi con exactitud el 90 % de las cosas que él nos había nombrado y que con mucho gusto trataremos de poder conocerlas, así que una vez más gracias a Jorge padre por brindarnos tantos conocimientos. Luego de charlar bastante y por lo tanto retrasarnos bastante, salimos con menos tiempo pero con mucha más información, como no tenemos apuro esto no hizo que cambiáramos nuestro ritmo sino que como siempre hicimos ruta lo más tranquilos posible, en un rato ya estábamos en Apóstoles, para comenzar a hacer la muy pintoresca ruta 2, llamada ruta costera, la cual nos llevó pegados a las costas del Rio Uruguay haciendo miles de curvas y ascendiendo y descendiendo en altura muchísimas veces. En el camino paramos a tomar mates a la orilla del rio y cuando ya estábamos por volver a la ruta para un señor a saludarnos al ver la moto cargada, el andaba con su esposa en su camioneta, su nombre era Miguel Ángel, y vivía en Santa Rosa, Brasil. Otro de los tantos apasionados por los viajes y las motos que nos cruzamos en el camino, muy buena onda este hombre con el cual nos quedamos hablando casi una hora, en ese tiempo nos sacó fotos, filmó videos y hasta nos invitó a ir a Brasil a su casa, lamentablemente no pudimos ir ya que ese mismo día el no estaría en Brasil y nosotros íbamos subiendo, pero quedara para otra vez con todo gusto. La charla con miguel Ángel atrasó aún más nuestros planes por lo que cuando salimos a la ruta nuevamente ya casi estaba atardeciendo. Igualmente hicimos varios km más llegando a Colonia Aurora donde encontramos un camping hermoso, con una cascada para nosotros solos y un precio muy accesible por suerte. Ya estaba oscureciendo, por lo que rápidamente armamos nuestra carpa mientras esperábamos al dueño del camping, Beto, quien estaba por llegar para conectarnos las luces. Mientras armábamos campamento, llego José, un pastor de San Francisco, otro pueblo de ahí cerca, con quien nos pusimos a charlar, muy amable José demostrando muchísimo interés por nuestro viaje al punto de que quisimos regalarle una calco nuestra y de todas maneras el quiso colaborar con este viaje no solo monetariamente sino también pasándonos un contacto de un amigo suyo para poder dormir más adelante cuando llegáramos al El Soberbio, gracias por la buena onda hermano! Mientras Pau terminaba de armar todo me fui hasta un mercadito a comprar unos chorizos para hacer unos buenos choripanes los cuales estuvieron listos en un par de horitas entre que juntamos leña y los cocinamos. Ya con la panza llena a meternos a la bolsa de dormir a dormir calentitos escuchando caer sin para el agua de las cascadas que teníamos a tan solo unos metros.

CAPITULO 5

18 De Agosto: dejamos atrás el hermoso pueblo de Santa Ana y la maravillosa provincia de Entre Ríos que tantas experiencias y amigos nos dio. En menos de una hora y media ya estábamos en la YPF de Monte Caseros, lo llamamos a Hugo y en unos minutos apareció a buscarnos en su moto con su hija Lorien, fuimos juntos hasta su casa donde nos recibió con su familia. Como para seguir sorprendiéndonos en este viaje Hugo y su esposa Silvina nos dijeron que el lugar donde dormiríamos seria en su cama ya que ellos dormirían en la habitación de sus hijos junto a ellos, cosa que nos costó aceptar pero estaban firmes en su decisión así que no nos quedó alternativa. Fuimos a recorrer el pueblo en el auto, con Hugo haciendo de guía turístico, dimos unas cuantas vueltas conociendo la costanera, las termas, la estatua de Papa Francisco, un hotel típico de la zona y quizás me esté olvidando de algo, pero lo importante es la actitud de Hugo y Silvina que no solo nos recibieron y hospedaron sino que con la paz y la buena onda que los caracteriza nos mostró cada lugar. Más tarde llego a la casa de Hugo, Rubén Sotelo y su señora, cenamos todos juntos y compartimos lindas charlas y unas cervecitas también, después de cenar nos Rubén se fue ya que al otro día trabajaba al igual que Hugo que se levantaba bastante temprano para entrar al banco, su trabajo. Nosotros nos quedamos en la habitación actualizando la página así que nos acotamos bastante tarde. 19 de Agosto: como nos habíamos dormido después de las 4 am nos costó levantarnos, arrancando el día bastante tarde. Estaba realmente soleado y caluroso así que después de almorzar nos fuimos con Silvina y Lorien a tomar mates a la costanera, muy hermoso lugar en el rio, pudiendo ver en frente las costas uruguayas y Brasileras. A la tardecita como estaba previsto hacer asado le hicimos compañía a Hugo mientas prendía el fuego, al rato llegaron Rubén Sotelo y Daniel Sax, ambos miembros de C.A.M.A.(centro de ayuda al motero en avería) . Al rato ya estábamos con Silvina, Hugo, Rubén, Daniel y nosotros, tomando unas cervezas mientras el asado terminaba de hacerse, realmente salió muy rico a pesar de que Hugo se auto describió como un asador del montón, cosa que no creemos que sea así. Después de la cena, unos duraznos con crema y dulce de leche y con la panza llenita a dormir ya que al otro día saldríamos bien temprano. 20 de Agosto: A eso de las 6 am Hugo nos despertó como le habíamos pedido así que nos tomamos unos mates y salimos rumbo a los Esteros del Ibera que tantas ganas teníamos de conocer, una mañana realmente hermosa con una temperatura que ya a esa hora era agradable, lo que nos hacía suponer que al mediodía iba a ser un infierno y no nos equivocamos, como las cebolla fuimos sacándonos nuestras capas de abrigo, usando la moto de perchero. Llegamos a Mercedes(Ctes) y agarramos el camino de ripio que nos llevaría a Colonia Carlos Pellegrini, un calor casi insoportable, pero la felicidad que teníamos por estar haciendo ese camino, más la expectativa por ver animales hizo que nuestras cabezas se olvidaran del sol, mentalizándonos casi exclusivamente en la fauna del lugar, km a km íbamos sorprendiéndonos con la cantidad de carpinchos, ciervos, chajá, zorros, yacaré, serpientes, aguiluchos, y demás animales que solo conocíamos por fotos e incluso algunos jamás los habíamos visto. Tuvimos la suerte de poder sacarles fotos muy de cerca a cada uno de ellos y cuando decimos cerca es porque realmente fue así, algunas fotos quedaron realmente excelentes dándonos la satisfacción de saber que podemos trasmitirles a todos las bellezas de nuestro país. A eso de las 4 de la tarde ya estábamos en Pellegrini, nos instalamos en el camping, fuimos un rato a la laguna, a juntar leña y a hacer las compras para cenar. La noche estaba espectacular así que nos acostamos en un banco de madera, que anteriormente habíamos llevado hasta el pasto paa poder apreciar el maravilloso cielo, totalmente lleno de estrellas, también nos acompañaban las luciérnagas haciendo que la noche sea perfecta, poco a poco nos fue llegando el sueño así que nos fuimos a descansar a la carpa. Al otro día apenas nos levantamos nos preparamos el mate, compramos unas frutas y salimos a caminar, recorrimos muchos senderos los cuales nos siguieron mostrando la diversidad de animales y plantas, luego, recorriendo el pueblo, conocimos a Tino un habitante de Pellegrini, al cual le preguntamos donde podíamos armar la carpa sin que nos cobren ya que en el camping no había demasiadas diferencias con acampar en cualquier lado. La respuesta de Tino nos dejó maravillados ya que nos mandó a armar la carpa a la casa de Don Tejeira, un Uruguayo amigo suyo que vive a 2 cuadras del camping, también nos ofreció su propia casa pero esta quedaba un poco más lejos, hasta pensó en nuestra comodidad, un maestro! Con la buena noticia de que podíamos acampar gratis, fuimos a hablar con Don Tejeira y tas su aprobación nos dirigimos al camping a buscar todas nuestras cosas para ir a armar campamento a lo de Tejeira. Ya era la tardecita así que armamos la carpa, charlamos un buen rato con Tejeira, luego nos comimos una ensaladita de arroz y verduras bien liviana y BARATA jaja y nos fuimos a dormir a las 21 hs, ya que al otro día se venía un camino muy difícil y arrancaríamos temprano. 22 de Agosto: A las 6 am ya estábamos arriba, desarmamos nuestro campamento, preparamos mate y a armar la moto! En poco más d una hora ya estábamos en el camino, el cual fue mucho más difícil de lo que nos habían dicho, unos arenales inmensos que hacían que la velocidad crucero sea de 20 km/h o menos, tal es así, que a las 12 del mediodía solo habíamos hecho 50 km, el calor insoportable hizo que tuviésemos que parar a descansar varias veces e hidratarnos. Con paciencia y cautela llegamos a ituzaingo, a las 4 de la tarde, fueron 130 km de arena y ripio más unos 30 km de ruta, costó pero valió la pena. En ituzaingo perdimos más de una hora buscando un camping económico y no lo encontramos, así que fuimos a nuestra segunda opción que era contar un poco sobre nuestro viaje y ofrecer publicidad a cambio de la estadía o de algún descuento y gracias a dios lo conseguimos, la gente del camping y cabañas “La Barca” no solo nos hizo un excelente precio sino que también nos dio una habitación, creo que nuestras caras demostraban que necesitábamos una cama después de tan agitado día debajo del sol y luchando contra los arenales en medio de los Esteros del Ibera. Ya instalados, ducha, cena y a la cama, las energías no daban para más! Al otro día nos levantamos temprano y nos fuimos a la playa, dicho sea de paso hermosísimas las playas de ituzaingo, con arena muy clara y el agua casi trasparente a pesar de ser un rio. Por la tarde fuimos a la casa de una motera de ituzaingo, Marian con quien compartimos unos buenos mates y charlas, ella es la organizadora del motoencuentro en esta ciudad. Por la mañ, estando en la playa habíamos comprado una boga a un pescador, así que a la tardecita ya estábamos prendiendo el fuego en la parrilla para cocinarla, le hicimos un adobe con cebolla, perejil, ajo y limón y a cocinarse nomas. Sentados en el quincho de “La Barca” esperamos a q este lista, en poco más de una hora ya estaba para servirse, en realidad una forma de decir ya que con el tenedor la fuimos comiendo poco a poco sin sacarla de la bandeja, realmente nos quedó exquisita, sumando así un pescado más de la zona a nuestro paladar. Después de cenar casi hasta reventar nos fuimos a dormir, esta sería nuestra última noche en Ituzaingó, ya que al otro día arrancaríamos para la provincia de la tierra colorada, Misiones.